¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? Después de tanto revuelo y especulaciones, resulta que liberaron a la mamá y a la hija Linares Monterrey involucradas en el caso de Ligia Faerron. El circo mediático andaba candentísimo estos días, y ahora esto… ¡tremendo despiche!
Como recordaremos, ambas fueron apresadas el lunes pasado, sospechosas de no colaborar con la investigación sobre la desaparición de Doña Ligia, la empresaria que lleva más de quince días sin aparecer. Según la Fiscalía, aparentemente no tenían suficiente evidencia sólida para mantenerlas bajo custodia preventiva, así que las dejaron ir con toda la investigación encima. Se dice que indagaron a fondo, pero al parecer no encontraron esos cabales que justificaran cerrarlas.
Esto no significa que hayan salido limpias, claro. Siguen vinculadas al caso, ¡ojo! Pero por ahora pueden moverse libremente, aunque seguramente la policía estará pegándoles como moscas, vigilando cada paso que den. Eso sí, pinta que la cosa se pone más turbia, porque si ellas no sabían mucho, ¿quién sabía?
Mientras tanto, todo el foco está puesto en González López, el principal sospechoso y, vamos a ser honestos, parece tenerle miedo a su propia sombra. A él le siguen sacando preguntas, buscando alguna grieta donde puedan meter el dedo. Dicen que fue el último en verla con su camioneta, un Volvo que anda desaparecido también. Y ahí está la clave, ¿no creen?
Pero la verdadera movida es en Javillos de Florencia, donde el OIJ está revolviendo tierra y cielo en una finca gigantesca, de unas 61 hectáreas, perteneciente a la madrastra del imputado y su pareja gringo. Con perros rastreadores y todo el tinglado, están buscando cualquier pista que pueda llevarlos a encontrar el cuerpo de Doña Ligia. El director del OIJ, Randall Zúñiga, dijo que no descansarán hasta dejar cada palmo de terreno revisado. ¡Imaginen el brete que eso implica!
La zona norte entera está consternada. Todo el mundo conoce a Don Ligia, siempre tan amable y trabajadora. Su hija, entre lágrimas, ha estado pidiendo por su regreso en redes sociales, aferrándose a la esperanza. Es duro, muy duro, ver cómo una persona desaparece así, sin explicación. Y más aún cuando salen a la luz tantas sospechas y mentiras.
Este caso ha levantado tanta polvareda, que hasta Douglas Sánchez tuvo que salir a defenderse de una diputada que lo amenazó con demanda. Parece que la verdad duele a algunos, y prefieren callar o atacar a quienes buscan revelarla. ¡Qué pena! Da gusto saber que todavía hay gente dispuesta a luchar por la justicia, aunque tenga que enfrentarse a amenazas y persecuciones. Todo esto demuestra que el sistema está lleno de agujeros, y es hora de ponerle parche, mi pana.
Con todas estas vueltas y retorzos, me pregunto: ¿creen ustedes que la liberación de la madre e hija es una estrategia para presionar al principal sospechoso o será simplemente que la Fiscalía no tiene pruebas suficientes para sostenerlas bajo arresto? ¡Déjennos sus opiniones en los comentarios y veamos qué piensa el foro de este asunto!
Como recordaremos, ambas fueron apresadas el lunes pasado, sospechosas de no colaborar con la investigación sobre la desaparición de Doña Ligia, la empresaria que lleva más de quince días sin aparecer. Según la Fiscalía, aparentemente no tenían suficiente evidencia sólida para mantenerlas bajo custodia preventiva, así que las dejaron ir con toda la investigación encima. Se dice que indagaron a fondo, pero al parecer no encontraron esos cabales que justificaran cerrarlas.
Esto no significa que hayan salido limpias, claro. Siguen vinculadas al caso, ¡ojo! Pero por ahora pueden moverse libremente, aunque seguramente la policía estará pegándoles como moscas, vigilando cada paso que den. Eso sí, pinta que la cosa se pone más turbia, porque si ellas no sabían mucho, ¿quién sabía?
Mientras tanto, todo el foco está puesto en González López, el principal sospechoso y, vamos a ser honestos, parece tenerle miedo a su propia sombra. A él le siguen sacando preguntas, buscando alguna grieta donde puedan meter el dedo. Dicen que fue el último en verla con su camioneta, un Volvo que anda desaparecido también. Y ahí está la clave, ¿no creen?
Pero la verdadera movida es en Javillos de Florencia, donde el OIJ está revolviendo tierra y cielo en una finca gigantesca, de unas 61 hectáreas, perteneciente a la madrastra del imputado y su pareja gringo. Con perros rastreadores y todo el tinglado, están buscando cualquier pista que pueda llevarlos a encontrar el cuerpo de Doña Ligia. El director del OIJ, Randall Zúñiga, dijo que no descansarán hasta dejar cada palmo de terreno revisado. ¡Imaginen el brete que eso implica!
La zona norte entera está consternada. Todo el mundo conoce a Don Ligia, siempre tan amable y trabajadora. Su hija, entre lágrimas, ha estado pidiendo por su regreso en redes sociales, aferrándose a la esperanza. Es duro, muy duro, ver cómo una persona desaparece así, sin explicación. Y más aún cuando salen a la luz tantas sospechas y mentiras.
Este caso ha levantado tanta polvareda, que hasta Douglas Sánchez tuvo que salir a defenderse de una diputada que lo amenazó con demanda. Parece que la verdad duele a algunos, y prefieren callar o atacar a quienes buscan revelarla. ¡Qué pena! Da gusto saber que todavía hay gente dispuesta a luchar por la justicia, aunque tenga que enfrentarse a amenazas y persecuciones. Todo esto demuestra que el sistema está lleno de agujeros, y es hora de ponerle parche, mi pana.
Con todas estas vueltas y retorzos, me pregunto: ¿creen ustedes que la liberación de la madre e hija es una estrategia para presionar al principal sospechoso o será simplemente que la Fiscalía no tiene pruebas suficientes para sostenerlas bajo arresto? ¡Déjennos sus opiniones en los comentarios y veamos qué piensa el foro de este asunto!