¡Ay, Dios mío, qué alivio! Por fin le están poniendo orden al Teatro Nacional. Ya saben, ese tesoro arquitectónico que nos da orgullo, pero que ha sufrido unos cuantos royazos por culpa del clima tropical. Resulta que ahora tienen un nuevo pararrayos y están chambeando a marchas forzadas en varias áreas del edificio.
Según Oscar Flores, jefe del departamento de Conservación, la instalación de este pararrayos no es novedad precisamente, sino parte de un sistema permanente de protección que ya debería haber estado ahí desde antes. Imagínate, el primer pararayos se puso allá por 1916, en tiempos de don Octavio Castro Saborío. ¡Eso sí que es historia! Pero bueno, parece que necesitaban actualizarlo, y así nomás lo hicieron. Lo importante es que ahora el Teatro pueda resistir esos tormentones que nos visitan seguido.
Pero esto no es todo, porque el Ministerio de Cultura y Juventud está invirtiendo unos ¢200 millones en trabajos especiales, divididos en cuatro etapas. La primera, que ya está en marcha, consiste en reforzar la cúpula y el techo. Díganme, ¿cuántos de ustedes han admirado la belleza de esa cúpula? Es impresionante, pero requiere mantenimiento constante para aguantar los aguaceros y el solazo.
Flores nos explica que los trabajos van viento en popa, cumpliendo con el cronograma establecido. La empresa contratista y los técnicos están trabajando duro para mantener el ritmo. No vaya a ser que el brete se demore demasiado, porque ya saben cómo son estos proyectos... ¡a veces parecen sacados de otra dimensión!
En la segunda etapa, se van a poner manos a la obra con tres puertas en la parte norte y tres en la parte sur. Guillermo Madriz, el director del Teatro, nos contó que esas puertas van a ser restauradas por completo y se les pondrá un color rojo bien parecido al que tienen los techos. Así queda perfecto con el estilo colonial del lugar. ¿Les gusta la idea del color rojo?
Y no es solo eso, porque la tercera etapa se enfoca en arreglar el muro exterior y las verjas. Se va a limpiar todo, analizar las condiciones de los materiales y restaurarlos. Hubo un momento que ¡tremenda bronca!, un carro se estiró contra el muro sur, causando daños considerables. Afortunadamente, este año van a dejarlo como nuevo. Parece que algunos conductores no respetan ni la cultura.
Finalmente, la cuarta etapa tendrá que ver con la Plaza de la Cultura. Van a quitar unos respiradores que estaban inyectando aire a los museos del Banco Central y causaban filtraciones. Además, van a reubicar los bustos del Paseo de los Artistas, poniéndolos en sus lugares definitivos. Un lindo detalle para darle un toque artístico a la zona.
Así que, vamos viendo cómo avanza esta restauración. Definitivamente, es una excelente noticia para Costa Rica, pues el Teatro Nacional es un símbolo de nuestra identidad cultural. Ahora me pregunto: ¿Creen que estas mejoras atraerán a más turistas al país y revitalizarán la escena artística nacional, o es simplemente un parche temporal ante el paso del tiempo?
Según Oscar Flores, jefe del departamento de Conservación, la instalación de este pararrayos no es novedad precisamente, sino parte de un sistema permanente de protección que ya debería haber estado ahí desde antes. Imagínate, el primer pararayos se puso allá por 1916, en tiempos de don Octavio Castro Saborío. ¡Eso sí que es historia! Pero bueno, parece que necesitaban actualizarlo, y así nomás lo hicieron. Lo importante es que ahora el Teatro pueda resistir esos tormentones que nos visitan seguido.
Pero esto no es todo, porque el Ministerio de Cultura y Juventud está invirtiendo unos ¢200 millones en trabajos especiales, divididos en cuatro etapas. La primera, que ya está en marcha, consiste en reforzar la cúpula y el techo. Díganme, ¿cuántos de ustedes han admirado la belleza de esa cúpula? Es impresionante, pero requiere mantenimiento constante para aguantar los aguaceros y el solazo.
Flores nos explica que los trabajos van viento en popa, cumpliendo con el cronograma establecido. La empresa contratista y los técnicos están trabajando duro para mantener el ritmo. No vaya a ser que el brete se demore demasiado, porque ya saben cómo son estos proyectos... ¡a veces parecen sacados de otra dimensión!
En la segunda etapa, se van a poner manos a la obra con tres puertas en la parte norte y tres en la parte sur. Guillermo Madriz, el director del Teatro, nos contó que esas puertas van a ser restauradas por completo y se les pondrá un color rojo bien parecido al que tienen los techos. Así queda perfecto con el estilo colonial del lugar. ¿Les gusta la idea del color rojo?
Y no es solo eso, porque la tercera etapa se enfoca en arreglar el muro exterior y las verjas. Se va a limpiar todo, analizar las condiciones de los materiales y restaurarlos. Hubo un momento que ¡tremenda bronca!, un carro se estiró contra el muro sur, causando daños considerables. Afortunadamente, este año van a dejarlo como nuevo. Parece que algunos conductores no respetan ni la cultura.
Finalmente, la cuarta etapa tendrá que ver con la Plaza de la Cultura. Van a quitar unos respiradores que estaban inyectando aire a los museos del Banco Central y causaban filtraciones. Además, van a reubicar los bustos del Paseo de los Artistas, poniéndolos en sus lugares definitivos. Un lindo detalle para darle un toque artístico a la zona.
Así que, vamos viendo cómo avanza esta restauración. Definitivamente, es una excelente noticia para Costa Rica, pues el Teatro Nacional es un símbolo de nuestra identidad cultural. Ahora me pregunto: ¿Creen que estas mejoras atraerán a más turistas al país y revitalizarán la escena artística nacional, o es simplemente un parche temporal ante el paso del tiempo?