¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con la problemática de los aguinaldos y los aumentos que nunca llegan. Resulta que este viernes, los trabajadores de la Municipalidad de Tibás decidieron sumar otro día a la huelga intermitente, mostrando que la paciencia se agota. Parece que la cosa está que arde, y no precisamente por el sol.
La bronca, según cuentan, viene de hace cinco meses. Cinco meses esperando que les paguen un retroactivo por el aumento salarial que aprobaron en el Concejo Municipal. Imagínate la frustración, compa. Uno trabaja honestamente, da la cara por la comunidad, y así te dejan esperando… ¡Qué torta!
La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) dice que casi el 70% de los funcionarios se han unido a la movilización. Eso demuestra que la molestia no es de unos pocos, sino de la mayoría. Al parecer, ese reajuste del 3,25% que tanto prometieron no ha llegado ni a taquitos a sus bolsillos. Y encima, con la inflación cómo está, ¡se aprovechan del pobre trabajador!
Alejandro Alvarado, el alcalde, intentaba apaciguar las aguas diciendo que no hubo afectación de servicios esenciales, como la recolección de basura. Pero claro, él anda por arriba, mientras la gente de abajo se come el polvo. Reconoció que sí hubo interrupciones en algunas áreas, pero rápido mandaron a los trabajadores a laburar de nuevo a las 10 de la mañana. Un respiro temporal, ¿verdad?
Pero el problema es más profundo que eso, mae. Henry Varela Carmona, presidente de la Seccional ANEP de Tibás, se fajó a defender los derechos laborales de sus compañeros. Él nos explica que ese aumento del 3,25% no compensa ni la pena del costo de vida. Dice que la canasta básica ha subido más de 13%, y el Banco Central, con su burocracia, tarda en ratificarlo. ¡Qué sal!
La bronca, según cuentan, viene de hace cinco meses. Cinco meses esperando que les paguen un retroactivo por el aumento salarial que aprobaron en el Concejo Municipal. Imagínate la frustración, compa. Uno trabaja honestamente, da la cara por la comunidad, y así te dejan esperando… ¡Qué torta!
La Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP) dice que casi el 70% de los funcionarios se han unido a la movilización. Eso demuestra que la molestia no es de unos pocos, sino de la mayoría. Al parecer, ese reajuste del 3,25% que tanto prometieron no ha llegado ni a taquitos a sus bolsillos. Y encima, con la inflación cómo está, ¡se aprovechan del pobre trabajador!
Alejandro Alvarado, el alcalde, intentaba apaciguar las aguas diciendo que no hubo afectación de servicios esenciales, como la recolección de basura. Pero claro, él anda por arriba, mientras la gente de abajo se come el polvo. Reconoció que sí hubo interrupciones en algunas áreas, pero rápido mandaron a los trabajadores a laburar de nuevo a las 10 de la mañana. Un respiro temporal, ¿verdad?
Pero el problema es más profundo que eso, mae. Henry Varela Carmona, presidente de la Seccional ANEP de Tibás, se fajó a defender los derechos laborales de sus compañeros. Él nos explica que ese aumento del 3,25% no compensa ni la pena del costo de vida. Dice que la canasta básica ha subido más de 13%, y el Banco Central, con su burocracia, tarda en ratificarlo. ¡Qué sal!
