¡Ay, la vaina! Se cerró el telón de la segunda temporada de ‘Mira Quién Baila’ y con ella, se apagaron los reflectores sobre algunas ‘tontas’ polémicas que rodearon a Toni Costa. El coreógrafo español, figura clave del jurado, no anduvo con rodeos al hablar con nosotros tras la gran final. Digamos que después de tanto ‘chingazo’, necesitaba descargarse un poquito.
Costa, quien ya había participado el año anterior, confesó que los comentarios negativos fueron abundantes, llegando incluso a límites de respeto que, según él, no aceptaba. “Cuando los comentarios van acompañados de faltas de respeto, ahí sí que duele”, declaró, mostrando cierta incomodidad ante la situación. Pero, como buen maestrillo, prefirió enfocarse en lo positivo y mantenerse firme en sus convicciones.
“Yo me quedo con lo que soy: una buena persona, un trabajador incansable,” afirmó con contundencia. Este comentario refleja una actitud de madurez y resiliencia ante la adversidad, características que han definido su trayectoria profesional. Parece que después de tantos años en esto del baile y el espectáculo, aprendió a sacudirse la crítica fácil y seguir adelante.
Según Costa, todas sus observaciones a los concursantes nacieron de su amplia experiencia y con la genuina intención de ayudarlos a crecer como bailarines. “Mi rol como juez es aportar, nunca criticar. Ver lo que hacen bien, lo que necesitan mejorar... Todo eso es parte del proceso, parte de exponerse públicamente. No todos van a recibir comentarios ‘chivísimos’, pero así es la vida.” De hecho, esas críticas, aunque a veces difíciles de escuchar, eran necesarias para llevar a los participantes al siguiente nivel.
Y es que ser juez en un programa como ‘Mira Quién Baila’ no es tarea fácil. Hay que tener estómago para las opiniones encontradas, para los juicios apresurados y para las redes sociales que, a veces, parecen un ring de boxeo. Costa reconoció que algunas críticas fueron desafortunadas, pero insistió en que reflejan más de la persona que critica que de la persona que recibe la crítica. Total, ¿quién no ha tenido que lidiar con envidias?
Su regreso a Costa Rica, después de su romance con Mimi Ortiz, fue recibido con nuevos desafíos y tensiones. Algunos comentarios, interpretados erróneamente, generaron fuertes reacciones en redes sociales. Pero Toni, lejos de amargarse, siguió dando lo mejor de sí en el escenario, demostrando que su talento y profesionalismo superan cualquier polémica. Ha sabido navegar las aguas turbulentas de la fama, manteniendo la compostura y el respeto, dos virtudes que lo caracterizan.
Costa también expresó su profunda gratitud hacia Teletica, la cadena que confió en su talento una vez más. Se siente verdaderamente parte de la “familia Teletica”, y ese cariño mutuo es evidente en su forma de hablar y de actuar. Desde su participación en el programa hasta su relación con Mimi, Toni ha logrado conectar con el público costarricense, convirtiéndose en una figura querida y respetada en la farándula nacional. Aunque a veces le tiren piedra, él sigue construyendo su camino con trabajo duro y pasión.
En fin, Toni Costa demostró que las polémicas no pueden opacar su talento ni su integridad. Siguiendo siendo auténtico y perseverante, se mantiene fiel a su esencia, cosechando éxitos y dejando una huella imborrable en el panorama artístico de Costa Rica. Ahora, dime tú: ¿crees que los jueces de programas de televisión deberían ignorar por completo los comentarios negativos de las redes sociales, o es importante tomar en cuenta las opiniones del público para mejorar el show? ¡Dale, cuéntame qué piensas!
Costa, quien ya había participado el año anterior, confesó que los comentarios negativos fueron abundantes, llegando incluso a límites de respeto que, según él, no aceptaba. “Cuando los comentarios van acompañados de faltas de respeto, ahí sí que duele”, declaró, mostrando cierta incomodidad ante la situación. Pero, como buen maestrillo, prefirió enfocarse en lo positivo y mantenerse firme en sus convicciones.
“Yo me quedo con lo que soy: una buena persona, un trabajador incansable,” afirmó con contundencia. Este comentario refleja una actitud de madurez y resiliencia ante la adversidad, características que han definido su trayectoria profesional. Parece que después de tantos años en esto del baile y el espectáculo, aprendió a sacudirse la crítica fácil y seguir adelante.
Según Costa, todas sus observaciones a los concursantes nacieron de su amplia experiencia y con la genuina intención de ayudarlos a crecer como bailarines. “Mi rol como juez es aportar, nunca criticar. Ver lo que hacen bien, lo que necesitan mejorar... Todo eso es parte del proceso, parte de exponerse públicamente. No todos van a recibir comentarios ‘chivísimos’, pero así es la vida.” De hecho, esas críticas, aunque a veces difíciles de escuchar, eran necesarias para llevar a los participantes al siguiente nivel.
Y es que ser juez en un programa como ‘Mira Quién Baila’ no es tarea fácil. Hay que tener estómago para las opiniones encontradas, para los juicios apresurados y para las redes sociales que, a veces, parecen un ring de boxeo. Costa reconoció que algunas críticas fueron desafortunadas, pero insistió en que reflejan más de la persona que critica que de la persona que recibe la crítica. Total, ¿quién no ha tenido que lidiar con envidias?
Su regreso a Costa Rica, después de su romance con Mimi Ortiz, fue recibido con nuevos desafíos y tensiones. Algunos comentarios, interpretados erróneamente, generaron fuertes reacciones en redes sociales. Pero Toni, lejos de amargarse, siguió dando lo mejor de sí en el escenario, demostrando que su talento y profesionalismo superan cualquier polémica. Ha sabido navegar las aguas turbulentas de la fama, manteniendo la compostura y el respeto, dos virtudes que lo caracterizan.
Costa también expresó su profunda gratitud hacia Teletica, la cadena que confió en su talento una vez más. Se siente verdaderamente parte de la “familia Teletica”, y ese cariño mutuo es evidente en su forma de hablar y de actuar. Desde su participación en el programa hasta su relación con Mimi, Toni ha logrado conectar con el público costarricense, convirtiéndose en una figura querida y respetada en la farándula nacional. Aunque a veces le tiren piedra, él sigue construyendo su camino con trabajo duro y pasión.
En fin, Toni Costa demostró que las polémicas no pueden opacar su talento ni su integridad. Siguiendo siendo auténtico y perseverante, se mantiene fiel a su esencia, cosechando éxitos y dejando una huella imborrable en el panorama artístico de Costa Rica. Ahora, dime tú: ¿crees que los jueces de programas de televisión deberían ignorar por completo los comentarios negativos de las redes sociales, o es importante tomar en cuenta las opiniones del público para mejorar el show? ¡Dale, cuéntame qué piensas!
