¡Ay, Dios mío! Qué manera de terminar una noche de fiesta, diay. Una muchacha costarricense, Bruna Araújo de Souza, de apenas 30 años, echó la cresta en Brasil tras tomarse unos tragos que andaban sabiendo a pura veneno. La chispa se apagó en medio de la rumba, dejando a toda su familia y amigos con el corazón roto y a las autoridades brasileñas buscando quiénes fueron los responsables de este despiste.
Según nos cuentan los diarios allá, Bruna estaba pasando un buen rato con sus panas en São Bernardo do Campo, disfrutando de un concierto. Pidió un vodkazo para animarse y, bueno, ahí empezó el brete. Lo que parecía una noche de diversión terminada en una verdadera torta, con consecuencias fatales que nadie esperaba. Se ha confirmado que la fallecida tenía raíces ticas, aunque residía en Brasil desde hace varios años, trabajando como diseñadora gráfica, según fuentes cercanas a la familia.
La cosa está fea, porque no es un caso aislado, chunche. Las autoridades sanitarias de São Paulo están levantando tanto polvo investigando una ola de intoxicaciones por metanol, un químico que, pa' ponerle pausa, es más peligroso que picadura de abeja. Ya van varios fallecidos y decenas de personas enfermas, todas con el mismo denominador común: habérsele metido unas bebidas alcohólicas que no estaban sabiendo bien. Parece que alguien anda vendiendo ganchitos, maes, y esto no tiene gracia.
Según cuentan los amigos de Bruna, ella se sintió malcita un par de horas después de haberse tomado el trago. Empezó con náuseas, mareos, la vista borrosa... cosas que cualquiera pensaría que es una cruda fuerte, pero no era así. Ella mandó unos audios a una amiga, diciendo que se sentía fatal, que iba a desmayarse, que no podía ni ver el celular. ¡Imagínate la bronca que debió estar viviendo! Fue llevada corriendo al centro médico, pero ya era demasiado tarde, los daños internos eran irreparables. Su pareja también está internada, luchando por recuperarse, qué sal!
Ahora, pa’ entender qué onda con el metanol, hay que decirles que ese químico es usado en industriales, en pinturas, en anticongelante... No debería andar mezclándose con nuestras gaseosas o cervezas, ¿verdad? Pero resulta que algunas personas, con poca monta, lo añaden al alcohol barato para aumentar el volumen y hacerse unos cuantos mangos extra. El problema es que hasta una gotita de metanol puede hacerle tremendo daño al cuerpo, provocando ceguera, problemas respiratorios e incluso la muerte. Es más peligroso que jugar a la ruleta rusa, maes.
Las investigaciones apuntan a una red de distribuidores ilegales, esos tipos que venden la varita por callejones oscuros, sin ningún permiso ni control sanitario. La policía ya cayó encima de varios lugares, decomisando botellas sospechosas y tomando declaraciones a los encargados. Dicen que encontraron niveles peligrosísimos de metanol en algunas muestras, lo que confirma que hubo una manipulación intencional. ¡Estos tipejos no tienen respeto por la vida humana, qué cosa más triste!
El gobierno de São Paulo ya lanzó recomendaciones pa’ cuidar a la gente. Recomiendan evitar comprar alcohol en lugares sospechosos o sin licencia, y denunciar cualquier venta ambulante o productos con precios demasiado baratos. También sugieren prestarle atención a las etiquetas, verificar que estén completas y oficiales. Y si sienten que algo no va bien, ¡mejor quedarse con agua fresca! Mejor prevenir que lamentar, dicen mis abuelos. Ahora, además, han suspendido temporalmente la venta de alcohol en ciertos establecimientos, para evitar que esto siga ocurriendo, nivel.
Este caso de Bruna, qué pesar, nos recuerda que la vida es frágil, diay, y que debemos tener cuidado con lo que consumimos. Un simple trago puede cambiarlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Nos queda aprender de esto y exigir mayores controles sanitarios. Y ahora les pregunto a ustedes, panas: ¿Cómo creen que se podrían fortalecer los mecanismos de control para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir en nuestros países? ¿Deberíamos exigir pruebas toxicológicas obligatorias en todos los puntos de venta de alcohol?
Según nos cuentan los diarios allá, Bruna estaba pasando un buen rato con sus panas en São Bernardo do Campo, disfrutando de un concierto. Pidió un vodkazo para animarse y, bueno, ahí empezó el brete. Lo que parecía una noche de diversión terminada en una verdadera torta, con consecuencias fatales que nadie esperaba. Se ha confirmado que la fallecida tenía raíces ticas, aunque residía en Brasil desde hace varios años, trabajando como diseñadora gráfica, según fuentes cercanas a la familia.
La cosa está fea, porque no es un caso aislado, chunche. Las autoridades sanitarias de São Paulo están levantando tanto polvo investigando una ola de intoxicaciones por metanol, un químico que, pa' ponerle pausa, es más peligroso que picadura de abeja. Ya van varios fallecidos y decenas de personas enfermas, todas con el mismo denominador común: habérsele metido unas bebidas alcohólicas que no estaban sabiendo bien. Parece que alguien anda vendiendo ganchitos, maes, y esto no tiene gracia.
Según cuentan los amigos de Bruna, ella se sintió malcita un par de horas después de haberse tomado el trago. Empezó con náuseas, mareos, la vista borrosa... cosas que cualquiera pensaría que es una cruda fuerte, pero no era así. Ella mandó unos audios a una amiga, diciendo que se sentía fatal, que iba a desmayarse, que no podía ni ver el celular. ¡Imagínate la bronca que debió estar viviendo! Fue llevada corriendo al centro médico, pero ya era demasiado tarde, los daños internos eran irreparables. Su pareja también está internada, luchando por recuperarse, qué sal!
Ahora, pa’ entender qué onda con el metanol, hay que decirles que ese químico es usado en industriales, en pinturas, en anticongelante... No debería andar mezclándose con nuestras gaseosas o cervezas, ¿verdad? Pero resulta que algunas personas, con poca monta, lo añaden al alcohol barato para aumentar el volumen y hacerse unos cuantos mangos extra. El problema es que hasta una gotita de metanol puede hacerle tremendo daño al cuerpo, provocando ceguera, problemas respiratorios e incluso la muerte. Es más peligroso que jugar a la ruleta rusa, maes.
Las investigaciones apuntan a una red de distribuidores ilegales, esos tipos que venden la varita por callejones oscuros, sin ningún permiso ni control sanitario. La policía ya cayó encima de varios lugares, decomisando botellas sospechosas y tomando declaraciones a los encargados. Dicen que encontraron niveles peligrosísimos de metanol en algunas muestras, lo que confirma que hubo una manipulación intencional. ¡Estos tipejos no tienen respeto por la vida humana, qué cosa más triste!
El gobierno de São Paulo ya lanzó recomendaciones pa’ cuidar a la gente. Recomiendan evitar comprar alcohol en lugares sospechosos o sin licencia, y denunciar cualquier venta ambulante o productos con precios demasiado baratos. También sugieren prestarle atención a las etiquetas, verificar que estén completas y oficiales. Y si sienten que algo no va bien, ¡mejor quedarse con agua fresca! Mejor prevenir que lamentar, dicen mis abuelos. Ahora, además, han suspendido temporalmente la venta de alcohol en ciertos establecimientos, para evitar que esto siga ocurriendo, nivel.
Este caso de Bruna, qué pesar, nos recuerda que la vida es frágil, diay, y que debemos tener cuidado con lo que consumimos. Un simple trago puede cambiarlo todo en un abrir y cerrar de ojos. Nos queda aprender de esto y exigir mayores controles sanitarios. Y ahora les pregunto a ustedes, panas: ¿Cómo creen que se podrían fortalecer los mecanismos de control para evitar que tragedias como esta vuelvan a ocurrir en nuestros países? ¿Deberíamos exigir pruebas toxicológicas obligatorias en todos los puntos de venta de alcohol?
