¡Ay, Dios mío! Qué susto nos llevamos acá en el Foro de Costa Rica con la movida que pasó en Heredia este fin de semana. Una señora falleció intoxicada en un hotel de Ulloa, cerca del Real Cariari, y para rematar, ocho personas terminaron requiriendo atención médica. ¡Una torta monumental!
Según el OIJ, la situación apunta a un posible suicidio, aunque todavía están investigando a fondo. No han soltado muchos detalles sobre la víctima, ni siquiera su nombre, para darle respeto a la familia en estos momentos tan difíciles. Uno se queda pensando qué habrá pasado para llegar a tamaña tragedia, ¿verdad?
Lo que sí sabemos es que la Cruz Roja recibió la primera alerta pasadas las cuatro de la tarde del sábado. Cuando llegaron, ya era demasiado tarde para la señora. Después, dos horas después, los bomberos tuvieron que ir nuevamente al mismo hotel porque había ocho personas presentando síntomas de intoxicación. ¡Imagínate el brete que eso le cayó a la Cruz Roja y a los bomberos!
Y ojo, señores, que la sustancia que causó todo esto es pura veneno: fosfuro de aluminio. Esto lo usan para matar bichos, fumigar granos, hasta para hacer cosas electrónicas. ¡Pero meterlo en el cuerpo es pa’ matarte, clarito! Parece que alguien no tenía ni idea de lo peligrosa que es esa vara.
Entre los afectados estaban empleados del hotel, así como unos compañeros de la Cruz Roja que iban atendiendo la emergencia. Afortunadamente, todos esos ocho están fuera de peligro, aunque debieron pasar un buen susto. Dicen que les dieron oxígeno y los trasladaron rapidito a un centro médico para que se recuperaran bien. Gracias a Dios que los rescatistas hicieron un trabajo chingón, ¿eh?
Luis Chaves, el vocero de los bomberos, comentó que evaluaron muy bien el hotel antes de permitir que volviera a abrir. Querían asegurarse de que estuviera seguro para todos los huéspedes. “Hicimos la evaluación del hotel para que siga operando de manera segura para sus ocupantes,” dijo Chaves. Eso da tranquilidad, pues ahora podemos estar más tranquilos si pensamos hospedarnos ahí alguna vez… aunque claro, con toda esta movida uno se piensa dos veces.
Ahora, la pregunta que ronda por la cabeza de muchos es: ¿cómo pudo ocurrir esto? ¿Hubo negligencia por parte del hotel? ¿Cómo llegaron a tener una sustancia tan peligrosa guardada? Y aún más importante, ¿qué tipo de ayuda psicológica deberían ofrecer a los sobrevivientes de esta tragedia? Porque esto, además de ser una pérdida humana, ha dejado a mucha gente afectada emocionalmente.
En fin, una situación lamentable que nos recuerda lo frágil que es la vida y la importancia de cuidar nuestra salud mental. El caso está en manos del OIJ para que puedan esclarecer qué pasó realmente. Pero me pregunto, considerando el impacto en la comunidad y la necesidad de apoyo psicológico, ¿debería el gobierno destinar fondos especiales para ayudar a quienes fueron afectados directa o indirectamente por esta tragedia?
Según el OIJ, la situación apunta a un posible suicidio, aunque todavía están investigando a fondo. No han soltado muchos detalles sobre la víctima, ni siquiera su nombre, para darle respeto a la familia en estos momentos tan difíciles. Uno se queda pensando qué habrá pasado para llegar a tamaña tragedia, ¿verdad?
Lo que sí sabemos es que la Cruz Roja recibió la primera alerta pasadas las cuatro de la tarde del sábado. Cuando llegaron, ya era demasiado tarde para la señora. Después, dos horas después, los bomberos tuvieron que ir nuevamente al mismo hotel porque había ocho personas presentando síntomas de intoxicación. ¡Imagínate el brete que eso le cayó a la Cruz Roja y a los bomberos!
Y ojo, señores, que la sustancia que causó todo esto es pura veneno: fosfuro de aluminio. Esto lo usan para matar bichos, fumigar granos, hasta para hacer cosas electrónicas. ¡Pero meterlo en el cuerpo es pa’ matarte, clarito! Parece que alguien no tenía ni idea de lo peligrosa que es esa vara.
Entre los afectados estaban empleados del hotel, así como unos compañeros de la Cruz Roja que iban atendiendo la emergencia. Afortunadamente, todos esos ocho están fuera de peligro, aunque debieron pasar un buen susto. Dicen que les dieron oxígeno y los trasladaron rapidito a un centro médico para que se recuperaran bien. Gracias a Dios que los rescatistas hicieron un trabajo chingón, ¿eh?
Luis Chaves, el vocero de los bomberos, comentó que evaluaron muy bien el hotel antes de permitir que volviera a abrir. Querían asegurarse de que estuviera seguro para todos los huéspedes. “Hicimos la evaluación del hotel para que siga operando de manera segura para sus ocupantes,” dijo Chaves. Eso da tranquilidad, pues ahora podemos estar más tranquilos si pensamos hospedarnos ahí alguna vez… aunque claro, con toda esta movida uno se piensa dos veces.
Ahora, la pregunta que ronda por la cabeza de muchos es: ¿cómo pudo ocurrir esto? ¿Hubo negligencia por parte del hotel? ¿Cómo llegaron a tener una sustancia tan peligrosa guardada? Y aún más importante, ¿qué tipo de ayuda psicológica deberían ofrecer a los sobrevivientes de esta tragedia? Porque esto, además de ser una pérdida humana, ha dejado a mucha gente afectada emocionalmente.
En fin, una situación lamentable que nos recuerda lo frágil que es la vida y la importancia de cuidar nuestra salud mental. El caso está en manos del OIJ para que puedan esclarecer qué pasó realmente. Pero me pregunto, considerando el impacto en la comunidad y la necesidad de apoyo psicológico, ¿debería el gobierno destinar fondos especiales para ayudar a quienes fueron afectados directa o indirectamente por esta tragedia?