¡Ay, Dios mío! Qué pesar... Aquí en Costa Rica estamos acostumbrados a leer cosas tristes, pero esta me tocó la fibra sensible. Imagínate, una pareja camino al hospital para celebrar la llegada de su bebé, y reciben la peor noticia posible. Un choque brutal en la Ruta 33 les arrebató la vida al papá y a uno de sus hijitos. ¡Qué torta!
Según nos cuentan desde Argentina, el accidente ocurrió cerca de Venado Tuerto, pasadas las siete de la mañana de este miércoles. Una lluvia torrencial complicó aún más la situación, haciendo que la carretera estuviera resbaladísima. Un camión chocó de frente contra el vehículo en el que iban la mamá, el papá y dos de sus hijos. Parece sacado de una novela, pero lamentablemente es real.
El jefe de bomberos de Venado Tuerto, Federico Miranda, fue claro: “La colisión fue totalmente frontal. Cuando llegamos, el conductor ya no tenía signos vitales”. Y eso es decir bastante. Los equipos de rescate tuvieron que trabajar contrarreloj para sacar a los niños del auto destrozado. Uno de ellos, desafortunadamente, no sobrevivió al traslado al hospital, a pesar de todos los esfuerzos médicos. ¡Qué sal!
El pequeño que sí logró llegar al Hospital Gutiérrez se encuentra grave, con fracturas y golpes muy fuertes. Dicen que está luchando por su vida, pero la situación es crítica. Esperemos que los doctores puedan hacer un milagro y que recupere energías pronto. ¡Uno quiere pensar que sí!
Por supuesto, el conductor del camión resultó ileso, qué carga. Pero eso no minimiza ni un poquito el dolor de esta familia. Cerraron la Ruta 33 por varias horas, mientras limpiaban el lugar y hacían las investigaciones correspondientes. Todo un brete tratar de descongestionar el tráfico con tanta gente preocupada por lo sucedido.
Pero la verdadera carga, la que pesa más, es para la señora que iba camino a tener a su bebé. Imagínatela, llena de expectativas, soñando con conocer a su retoño, y de repente… este golpe tan duro. La comunidad de Sancti Spíritu está brindándole todo su apoyo, pero no hay consuelo que pueda borrar este dolor. Necesitamos mandarle mucha energía positiva desde aquí, desde Costa Rica.
Este tipo de tragedias nos recuerdan la importancia de tomar precauciones al volante, especialmente en días de lluvia. Conducir a velocidad prudente, mantener la distancia y estar siempre atento a las condiciones de la carretera son medidas básicas que pueden evitar estas situaciones tan terribles. ¡Ojo, mae! Porque la carretera no perdona.
En fin, una historia que duele hasta los huesos. Una familia destruida, sueños rotos y un futuro incierto. ¿Ustedes creen que las campañas de concientización vial realmente funcionan o deberíamos buscar otras formas de reducir los accidentes en nuestras carreteras?
Según nos cuentan desde Argentina, el accidente ocurrió cerca de Venado Tuerto, pasadas las siete de la mañana de este miércoles. Una lluvia torrencial complicó aún más la situación, haciendo que la carretera estuviera resbaladísima. Un camión chocó de frente contra el vehículo en el que iban la mamá, el papá y dos de sus hijos. Parece sacado de una novela, pero lamentablemente es real.
El jefe de bomberos de Venado Tuerto, Federico Miranda, fue claro: “La colisión fue totalmente frontal. Cuando llegamos, el conductor ya no tenía signos vitales”. Y eso es decir bastante. Los equipos de rescate tuvieron que trabajar contrarreloj para sacar a los niños del auto destrozado. Uno de ellos, desafortunadamente, no sobrevivió al traslado al hospital, a pesar de todos los esfuerzos médicos. ¡Qué sal!
El pequeño que sí logró llegar al Hospital Gutiérrez se encuentra grave, con fracturas y golpes muy fuertes. Dicen que está luchando por su vida, pero la situación es crítica. Esperemos que los doctores puedan hacer un milagro y que recupere energías pronto. ¡Uno quiere pensar que sí!
Por supuesto, el conductor del camión resultó ileso, qué carga. Pero eso no minimiza ni un poquito el dolor de esta familia. Cerraron la Ruta 33 por varias horas, mientras limpiaban el lugar y hacían las investigaciones correspondientes. Todo un brete tratar de descongestionar el tráfico con tanta gente preocupada por lo sucedido.
Pero la verdadera carga, la que pesa más, es para la señora que iba camino a tener a su bebé. Imagínatela, llena de expectativas, soñando con conocer a su retoño, y de repente… este golpe tan duro. La comunidad de Sancti Spíritu está brindándole todo su apoyo, pero no hay consuelo que pueda borrar este dolor. Necesitamos mandarle mucha energía positiva desde aquí, desde Costa Rica.
Este tipo de tragedias nos recuerdan la importancia de tomar precauciones al volante, especialmente en días de lluvia. Conducir a velocidad prudente, mantener la distancia y estar siempre atento a las condiciones de la carretera son medidas básicas que pueden evitar estas situaciones tan terribles. ¡Ojo, mae! Porque la carretera no perdona.
En fin, una historia que duele hasta los huesos. Una familia destruida, sueños rotos y un futuro incierto. ¿Ustedes creen que las campañas de concientización vial realmente funcionan o deberíamos buscar otras formas de reducir los accidentes en nuestras carreteras?