¡Ay, Dios mío! Tres años, ¿se dan cuenta? Tres años después de enterrar el proyecto del tren eléctrico, el Gobierno decide sacarlo del cajón. Uno pensaría que ya iban aprendiendo, pero parece que la política nacional va así, de un lado pa’ otro, sin rumbo fijo. Lo bueno es que hay novedad, aunque no sea exactamente lo que esperábamos.
Recordemos que el proyecto original, ideado durante el gobierno de Carlos Alvarado, era una verdadera torta. Un tren completo, bajo concesión por 35 añitos, con cinco líneas que iban desde Paraíso hasta Ciruelas, pasando por Heredia, San José y Belén. Y encima, calcularon que nos costaría unos $1.400 millones, más un subsidio estatal anual que iba entre los $50 y los $150 millones. Eso sí que estaba salado, ni hablar de lo que eso hubiera afectado nuestras arcas públicas.
Por suerte (o quizás no tanto), la administración de Rodrigo Chaves puso el freno, argumentando que esos números eran una locura. Afortunadamente alguien se dio cuenta antes de meter la pata hasta el fondo. Y ahora, tres años después, vuelven con una versión reducida, digamos más “modesta”. En lugar de cinco líneas, solo proponen dos: San José-Paraíso y San José-Alajuela, pasando por Heredia. Se quedaron sin incluir la línea hacia Belén y otras dos que conectaban El Coyol y Ciruelas, en Alajuela. Una pena porque muchos se verían beneficiados con esas conexiones adicionales, pero bueno, se entiende que hay que ajustar el brete.
Esta nueva propuesta contempla 52 kilómetros de vía férrea en doble línea, 26 andenes nuevos, la rehabilitación de tres estaciones (Atlántico, Pacífico y Heredia) y la construcción de una más en Alajuela. También hablan de dos estacionamientos, un taller de mantenimiento en Alajuela, puentes, puentes... ¡Una infraestructura considerable, chunches y accesorios aparte!
Y para mover todo esto, necesitaríamos 28 trenes eléctricos, operando todos los días, desde las 4:00 a.m. hasta las 11:00 p.m., con frecuencias de 10 minutos en hora pico y 15 minutos en fines de semana y feriados. Suena cómodo, ¿eh? Imaginémonos llenos de gente en la mañana, ¡qué nivel! Aunque a veces pensar en cómo nos congestionamos en las rutas tradicionales, un tren eficiente podría ser un alivio bien grande, diay.
En cuanto al costo, la estimación actual es de $800 millones, significativamente menor que los $1.400 millones del proyecto anterior. La diferencia radica, como ya mencionamos, en que el recorrido es mucho más corto. Estos fondos provendrán de los $550 millones que consiguió el BCIE, una parte proveniente del Fondo Verde del Clima y otra negociada con el Banco Europeo de Inversión. Ahora, el gran desafío es que la Asamblea Legislativa apruebe estos créditos, antes de que cambien los diputados en febrero del 2026. Con los tiempos que se manejan en el Congreso, parece que este tema quedará botado en manos del próximo grupo de legisladores.
Ahora, volviendo un poquito a los inicios, recuerdo que cuando se canceló el proyecto inicial, el exministro Luis Amador decía que querían llegar “lo más al oeste posible”, pensando en lugares como Turrúcares, Orotina o Atenas. Pero al final, ni rastro de esos pueblos en este nuevo esquema. Parece que los intereses han cambiado, o simplemente, los presupuestos tampoco dieron para tanta ambición, qué pena por la gente de allá, la verdad.
Así que ahí tenemos el panorama. Un proyecto revivido, modificado, reducido, pero aún así, prometedor. Con financiamiento externo, necesidad de aprobación legislativa y un futuro incierto. ¿Ustedes creen que este nuevo intento tendrá éxito o caerá en el mismo olvido que el proyecto anterior? ¿Debería el gobierno priorizar ampliar la cobertura del tren eléctrico o enfocarse en optimizar las rutas actuales?
Recordemos que el proyecto original, ideado durante el gobierno de Carlos Alvarado, era una verdadera torta. Un tren completo, bajo concesión por 35 añitos, con cinco líneas que iban desde Paraíso hasta Ciruelas, pasando por Heredia, San José y Belén. Y encima, calcularon que nos costaría unos $1.400 millones, más un subsidio estatal anual que iba entre los $50 y los $150 millones. Eso sí que estaba salado, ni hablar de lo que eso hubiera afectado nuestras arcas públicas.
Por suerte (o quizás no tanto), la administración de Rodrigo Chaves puso el freno, argumentando que esos números eran una locura. Afortunadamente alguien se dio cuenta antes de meter la pata hasta el fondo. Y ahora, tres años después, vuelven con una versión reducida, digamos más “modesta”. En lugar de cinco líneas, solo proponen dos: San José-Paraíso y San José-Alajuela, pasando por Heredia. Se quedaron sin incluir la línea hacia Belén y otras dos que conectaban El Coyol y Ciruelas, en Alajuela. Una pena porque muchos se verían beneficiados con esas conexiones adicionales, pero bueno, se entiende que hay que ajustar el brete.
Esta nueva propuesta contempla 52 kilómetros de vía férrea en doble línea, 26 andenes nuevos, la rehabilitación de tres estaciones (Atlántico, Pacífico y Heredia) y la construcción de una más en Alajuela. También hablan de dos estacionamientos, un taller de mantenimiento en Alajuela, puentes, puentes... ¡Una infraestructura considerable, chunches y accesorios aparte!
Y para mover todo esto, necesitaríamos 28 trenes eléctricos, operando todos los días, desde las 4:00 a.m. hasta las 11:00 p.m., con frecuencias de 10 minutos en hora pico y 15 minutos en fines de semana y feriados. Suena cómodo, ¿eh? Imaginémonos llenos de gente en la mañana, ¡qué nivel! Aunque a veces pensar en cómo nos congestionamos en las rutas tradicionales, un tren eficiente podría ser un alivio bien grande, diay.
En cuanto al costo, la estimación actual es de $800 millones, significativamente menor que los $1.400 millones del proyecto anterior. La diferencia radica, como ya mencionamos, en que el recorrido es mucho más corto. Estos fondos provendrán de los $550 millones que consiguió el BCIE, una parte proveniente del Fondo Verde del Clima y otra negociada con el Banco Europeo de Inversión. Ahora, el gran desafío es que la Asamblea Legislativa apruebe estos créditos, antes de que cambien los diputados en febrero del 2026. Con los tiempos que se manejan en el Congreso, parece que este tema quedará botado en manos del próximo grupo de legisladores.
Ahora, volviendo un poquito a los inicios, recuerdo que cuando se canceló el proyecto inicial, el exministro Luis Amador decía que querían llegar “lo más al oeste posible”, pensando en lugares como Turrúcares, Orotina o Atenas. Pero al final, ni rastro de esos pueblos en este nuevo esquema. Parece que los intereses han cambiado, o simplemente, los presupuestos tampoco dieron para tanta ambición, qué pena por la gente de allá, la verdad.
Así que ahí tenemos el panorama. Un proyecto revivido, modificado, reducido, pero aún así, prometedor. Con financiamiento externo, necesidad de aprobación legislativa y un futuro incierto. ¿Ustedes creen que este nuevo intento tendrá éxito o caerá en el mismo olvido que el proyecto anterior? ¿Debería el gobierno priorizar ampliar la cobertura del tren eléctrico o enfocarse en optimizar las rutas actuales?