¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo con Trump sacando alguna jugada turbia. Resulta que el gobierno de Estados Unidos, directamente desde la Casa Blanca, ha puesto la lupa sobre la industria de dispositivos médicos, y eso, mis panas, nos pega directo a nosotros acá en Costa Rica. Parece que quieren investigar cómo llegan estos aparatitos a suelo gringo, y la cosa es que podrían ponerle aranceles a todo si no les gusta lo que ven.
La movida empezó el 26 de septiembre pasado, cuando publicaron un comunicado bien serio en el ‘Federal Register’, que es como el diario oficial de allá. Según parece, quieren saber cómo afectan las importaciones de equipo médico, jeringas, bombas de infusión y hasta válvulas cardíacas, a la seguridad nacional de Estados Unidos. Un poco exagerado, ¿verdad?, pero así trabajan ellos. Dicen que esto les da poder al presidente para meter aranceles sin tener que pedir permiso al Congreso, solo avisarle después. ¡Imagínense la bronca!
Esta investigación se basa en un artículo de la ley comercial del ’62, llamado Sección 232. Básicamente, le dan vía libre a Trump para proteger, según dicen, las industrias americanas. Pero pa’l pueblo llano, significa más impuestos y complicaciones para los exportadores, y nosotros somos expertos en mandar cosas buenas a gringolandia. Ya tenemos un arancel del 15% por unas cuantas cosas, gracias a actualizaciones anteriores, y ahora la amenaza es que suban aún más. ¡Qué sal!
El Departamento de Comercio, que es el encargado de estas cosas, está pidiendo opiniones a todos los interesados. Hasta el 17 de octubre de este mes podemos enviarles comentarios, datos y análisis sobre cómo esta investigación podría afectarnos. Esto es importante porque necesitamos demostrarles que nuestra industria es seria, que cumplimos con todas las normas y que estamos generando empleo en Costa Rica. ¡No podemos dejar que nos caigan trabas gratis!
Y ojo, porque la investigación va bastante específica. Quieren saber cuánta demanda hay de estos productos, cómo afecta a las cadenas de suministro mundial y si otros países están usando subsidios para vender más barato. También quieren ver si los precios están distorsionados en el mercado americano y si estos dispositivos son cruciales para la salud de los estadounidenses. Como si no tuvieran suficiente con sus propios problemas, ahora andan buscando dónde encontrar más… Diay.
Manuel Tovar, nuestro ministro de Comercio Exterior, ya puso el grito en el cielo. Reconoció que esta situación nos preocupa mucho, especialmente porque los dispositivos médicos representan casi el 40% de nuestras exportaciones. Es el brete más grande que tenemos en cuanto a economía. Empresas como Boston Scientific, Edwards Lifesciences, Terumo y Johnson & Johnson, que tienen fábricas aquí, están en modo alerta. Si los aranceles suben, el negocio se complica y eso se traduce en menos trabajos y menos divisas para el país. No queremos irnos al traste por culpa de unos aranceles.
Ahora, resulta que Trump promete “hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable”. ¡Pero cómo van a lograrlo si encarecen los aparatos que necesita la gente! Es un contrasentido total. Además, el Financial Times, ese periódico famoso de allá, salió con la nota diciendo que podríamos estar perdiendo terreno frente a competidores de China o Vietnam. ¡Qué torta! Tenemos que movernos rápido y buscar formas de seguir siendo competitivos, aunque tengan que ponernos trabas a cada rato.
En fin, la cosa pinta complicada, pero no perdemos la esperanza. Hay que darle duro a esas propuestas y tratar de convencerlos de que no nos metan más piedras al zapato. ¿Ustedes creen que el gobierno debería buscar acuerdos bilaterales con otros países para diversificar nuestras exportaciones y no depender tanto del mercado estadounidense? ¡Díganme qué opinan en los comentarios! De verdad que necesito saberlo, porque la vara se está poniendo dura.
La movida empezó el 26 de septiembre pasado, cuando publicaron un comunicado bien serio en el ‘Federal Register’, que es como el diario oficial de allá. Según parece, quieren saber cómo afectan las importaciones de equipo médico, jeringas, bombas de infusión y hasta válvulas cardíacas, a la seguridad nacional de Estados Unidos. Un poco exagerado, ¿verdad?, pero así trabajan ellos. Dicen que esto les da poder al presidente para meter aranceles sin tener que pedir permiso al Congreso, solo avisarle después. ¡Imagínense la bronca!
Esta investigación se basa en un artículo de la ley comercial del ’62, llamado Sección 232. Básicamente, le dan vía libre a Trump para proteger, según dicen, las industrias americanas. Pero pa’l pueblo llano, significa más impuestos y complicaciones para los exportadores, y nosotros somos expertos en mandar cosas buenas a gringolandia. Ya tenemos un arancel del 15% por unas cuantas cosas, gracias a actualizaciones anteriores, y ahora la amenaza es que suban aún más. ¡Qué sal!
El Departamento de Comercio, que es el encargado de estas cosas, está pidiendo opiniones a todos los interesados. Hasta el 17 de octubre de este mes podemos enviarles comentarios, datos y análisis sobre cómo esta investigación podría afectarnos. Esto es importante porque necesitamos demostrarles que nuestra industria es seria, que cumplimos con todas las normas y que estamos generando empleo en Costa Rica. ¡No podemos dejar que nos caigan trabas gratis!
Y ojo, porque la investigación va bastante específica. Quieren saber cuánta demanda hay de estos productos, cómo afecta a las cadenas de suministro mundial y si otros países están usando subsidios para vender más barato. También quieren ver si los precios están distorsionados en el mercado americano y si estos dispositivos son cruciales para la salud de los estadounidenses. Como si no tuvieran suficiente con sus propios problemas, ahora andan buscando dónde encontrar más… Diay.
Manuel Tovar, nuestro ministro de Comercio Exterior, ya puso el grito en el cielo. Reconoció que esta situación nos preocupa mucho, especialmente porque los dispositivos médicos representan casi el 40% de nuestras exportaciones. Es el brete más grande que tenemos en cuanto a economía. Empresas como Boston Scientific, Edwards Lifesciences, Terumo y Johnson & Johnson, que tienen fábricas aquí, están en modo alerta. Si los aranceles suben, el negocio se complica y eso se traduce en menos trabajos y menos divisas para el país. No queremos irnos al traste por culpa de unos aranceles.
Ahora, resulta que Trump promete “hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable”. ¡Pero cómo van a lograrlo si encarecen los aparatos que necesita la gente! Es un contrasentido total. Además, el Financial Times, ese periódico famoso de allá, salió con la nota diciendo que podríamos estar perdiendo terreno frente a competidores de China o Vietnam. ¡Qué torta! Tenemos que movernos rápido y buscar formas de seguir siendo competitivos, aunque tengan que ponernos trabas a cada rato.
En fin, la cosa pinta complicada, pero no perdemos la esperanza. Hay que darle duro a esas propuestas y tratar de convencerlos de que no nos metan más piedras al zapato. ¿Ustedes creen que el gobierno debería buscar acuerdos bilaterales con otros países para diversificar nuestras exportaciones y no depender tanto del mercado estadounidense? ¡Díganme qué opinan en los comentarios! De verdad que necesito saberlo, porque la vara se está poniendo dura.
