¡Ay, Dios mío! Un caso que te deja pensando... Una turista canadiense, Nicole Grigorov, llegó a nuestras tierras con la ilusión de renovarse un poquito, buscando una abdominoplastia a precios más accesibles que en casa. Pero parece que la cosa se le fue al traste, y vaya si se fue, porque terminó en la Clínica Bíblica en condiciones críticas. La cosa pinta fea, muy fea, y ahora toda la comunidad se une para ayudar a esta señora.
Según fuentes cercanas y lo que nos contó el director médico de la clínica, Rodolfo Garbanzo, la señora no fue operada ahí directamente. Ingresó con complicaciones graves producto de una cirugía previa realizada en otra clínica. Él mismo recalcó que gracias a la rápida respuesta y el equipamiento que tenemos por acá, lograron estabilizarla y darle la atención que necesitaba. ¡Menudo brete el que tuvieron que afrontar!
Las autoridades migratorias confirmaron que Nicole y su esposo, Adrián, ya abandonaron el país. Él estuvo visitándola en varias ocasiones durante su estancia, pero también se marchó hace unos días. Todo esto ocurre luego de que la turista llegara a Costa Rica el pasado 28 de septiembre, buscando quizás un respiro económico y un cambio estético, pero encontrándose con una tormenta inesperada.
La abdominoplastia, para quienes no sepan, es una cirugía que busca remover el exceso de piel y grasa del abdomen, además de tensar los músculos para lograr una figura más definida. Era el sueño de muchas mujeres, pero en este caso particular, se transformó en una auténtica pesadilla. Al parecer, una infección severa y un posterior shock séptico e insuficiencia cardíaca pusieron en peligro su vida. ¡Imagínate el susto que se llevó la familia!
De acuerdo con información proveniente de medios canadienses y británicos, la situación era tan grave que solo tenía un 5% de probabilidades de sobrevivir. Se la mantuvo conectada a un respirador artificial en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Bíblica, donde un equipo encabezado por el doctor Carlos Wu Chin luchaba contra reloj para mantenerla con vida. ¡Un verdadero acto de heroísmo por parte de esos profesionales!
Lo más preocupante es que, tal como reportó el Ontario Star, existe un alto riesgo de que Nicole tenga que someterse a amputaciones en sus manos y pies debido a la mala circulación sanguínea causada por la sepsis. Como bien explican los expertos, la falta de nutrientes llega a las extremidades, causando necrosis tisular y, en última instancia, gangrena. ¡Qué sal! La situación es angustiante y requiere urgentemente apoyo financiero.
Para hacer frente a los costosos tratamientos médicos, que ya superan los cien mil dólares, el hijo de la pareja, Nicholas, lanzó una campaña de recaudación de fondos a través de GoFundMe. Ya han logrado recolectar algo más de once mil dólares, pero aún les queda mucho camino por recorrer. En el mensaje publicado en la plataforma, agradecen enormemente la dedicación y profesionalismo del equipo médico de la Clínica Bíblica, destacando la compasión y fe demostrada por el Dr. Carlos Wu Chin. De verdad, ¡qué carga estar pasando por esto!
Ahora bien, dejando de lado el drama y enfocándonos en lo que podemos aportar como comunidad, me pregunto: ¿Creen que deberíamos exigir regulaciones más estrictas para las clínicas de turismo médico en Costa Rica, para evitar que situaciones como esta se repitan? ¿Y qué medidas consideramos que deberían tomarse para proteger mejor a los turistas que buscan servicios de salud en nuestro país?
Según fuentes cercanas y lo que nos contó el director médico de la clínica, Rodolfo Garbanzo, la señora no fue operada ahí directamente. Ingresó con complicaciones graves producto de una cirugía previa realizada en otra clínica. Él mismo recalcó que gracias a la rápida respuesta y el equipamiento que tenemos por acá, lograron estabilizarla y darle la atención que necesitaba. ¡Menudo brete el que tuvieron que afrontar!
Las autoridades migratorias confirmaron que Nicole y su esposo, Adrián, ya abandonaron el país. Él estuvo visitándola en varias ocasiones durante su estancia, pero también se marchó hace unos días. Todo esto ocurre luego de que la turista llegara a Costa Rica el pasado 28 de septiembre, buscando quizás un respiro económico y un cambio estético, pero encontrándose con una tormenta inesperada.
La abdominoplastia, para quienes no sepan, es una cirugía que busca remover el exceso de piel y grasa del abdomen, además de tensar los músculos para lograr una figura más definida. Era el sueño de muchas mujeres, pero en este caso particular, se transformó en una auténtica pesadilla. Al parecer, una infección severa y un posterior shock séptico e insuficiencia cardíaca pusieron en peligro su vida. ¡Imagínate el susto que se llevó la familia!
De acuerdo con información proveniente de medios canadienses y británicos, la situación era tan grave que solo tenía un 5% de probabilidades de sobrevivir. Se la mantuvo conectada a un respirador artificial en la unidad de cuidados intensivos de la Clínica Bíblica, donde un equipo encabezado por el doctor Carlos Wu Chin luchaba contra reloj para mantenerla con vida. ¡Un verdadero acto de heroísmo por parte de esos profesionales!
Lo más preocupante es que, tal como reportó el Ontario Star, existe un alto riesgo de que Nicole tenga que someterse a amputaciones en sus manos y pies debido a la mala circulación sanguínea causada por la sepsis. Como bien explican los expertos, la falta de nutrientes llega a las extremidades, causando necrosis tisular y, en última instancia, gangrena. ¡Qué sal! La situación es angustiante y requiere urgentemente apoyo financiero.
Para hacer frente a los costosos tratamientos médicos, que ya superan los cien mil dólares, el hijo de la pareja, Nicholas, lanzó una campaña de recaudación de fondos a través de GoFundMe. Ya han logrado recolectar algo más de once mil dólares, pero aún les queda mucho camino por recorrer. En el mensaje publicado en la plataforma, agradecen enormemente la dedicación y profesionalismo del equipo médico de la Clínica Bíblica, destacando la compasión y fe demostrada por el Dr. Carlos Wu Chin. De verdad, ¡qué carga estar pasando por esto!
Ahora bien, dejando de lado el drama y enfocándonos en lo que podemos aportar como comunidad, me pregunto: ¿Creen que deberíamos exigir regulaciones más estrictas para las clínicas de turismo médico en Costa Rica, para evitar que situaciones como esta se repitan? ¿Y qué medidas consideramos que deberían tomarse para proteger mejor a los turistas que buscan servicios de salud en nuestro país?
