¡Ay, Dios mío! Esto sí que es pura vida, mi gente. Resulta que en el Colegio Redentorista San Alfonso de Alajuela, los estudiantes de octavo grado hicieron unas cositas creativísimas con la música y la tecnología, pero la historia detrás de todo esto es simplemente... ¡única! Parece mentira, pero todo comenzó con un simple pastel de yuca del comedor.
Según cuentan, el profe de música, Elio Meléndez, les puso el reto de crear una canción usando herramientas digitales e inspirándose en su día a día en el colegio. Y ahí salió Angie Valeria Reyes con la idea maestra: ¡llevarle al mundo el sabor del pastel de yuca que sirven en el comedor! Porque díganlo, ¿quién puede resistirse a ese manjarcito tico?
Usaron plataformas tipo Suno, donde metían las ideas y la inteligencia artificial hacía la magia. Claro, no todo era facilito, porque también tuvieron que justificar por escrito qué onda su elección. Angie nos contó que el pastel de yuca es “realmente delicioso”, y bueno, ¿qué podemos decir? ¡Tiene toda la razón!
Imagínense la reacción de Elizabeth Arias, la cocinera del colegio. Dice que quedó súper contenta porque eso quiere decir que tiene clientas satisfechas. ¡Y qué orgullo para ella saber que su comida es fuente de inspiración para los jóvenes! Además, comenta que ahora, cuando preparen el pastel, van a poner la canción a todo volumen para seguir motivándose. ¡Eso es trabajar con corazón, mi pana!
Pero ojo, que la cancioncita de Angie no fue la única maravilla que sacaron del sombrero estos estudiantes. Sus compañeros también se dejaron llevar por la vena creativa y compusieron canciones sobre temas variopintos: los baños (ahí hay material pa’ una telenovela, seguro), mate en el trap (¡me pregunto cómo suena eso!), la falta del gimnasio (problema común en muchos colegios), la época de exámenes (uf, ay, ay…) y hasta el espíritu mismo del colegio. ¡Una explosión de talento, mi junta!
Lo bueno de todo esto es que el profe Meléndez quería darle un giro fresco a las clases de música, haciéndolas más atrayentes, dinámicas y conectadas con el mundo digital. Y vaya que lo logró. No solo aprendieron a usar herramientas tecnológicas, sino que además encontraron una forma divertida de expresar su realidad y su identidad como estudiantes del Redentorista. ¡Así se hace, profe!
Si quieren echarle un oído a la canción del pastel de yuca y a las otras creaciones musicales de estos jóvenes talentosos, acá les dejo el link: [https://suno.com/playlist/4e49095c-...laylist/4e49095c-bee7-4bdb-b14b-f7effd63367b). Prepárense para sentir el sabor de Costa Rica en cada nota. Hay que decirle al MEP que le pongan más apoyo a estas iniciativas, que dan mucho que hablar, mijo.
Ahora, cuéntenme: ¿Cuál ha sido la experiencia más peculiar que hayan visto surgir de los menús escolares en algún colegio de Costa Rica? ¿Les parece buena idea usar la música para conectar con la vida diaria de los estudiantes o creen que deberían enfocarse en otros aspectos?
Según cuentan, el profe de música, Elio Meléndez, les puso el reto de crear una canción usando herramientas digitales e inspirándose en su día a día en el colegio. Y ahí salió Angie Valeria Reyes con la idea maestra: ¡llevarle al mundo el sabor del pastel de yuca que sirven en el comedor! Porque díganlo, ¿quién puede resistirse a ese manjarcito tico?
Usaron plataformas tipo Suno, donde metían las ideas y la inteligencia artificial hacía la magia. Claro, no todo era facilito, porque también tuvieron que justificar por escrito qué onda su elección. Angie nos contó que el pastel de yuca es “realmente delicioso”, y bueno, ¿qué podemos decir? ¡Tiene toda la razón!
Imagínense la reacción de Elizabeth Arias, la cocinera del colegio. Dice que quedó súper contenta porque eso quiere decir que tiene clientas satisfechas. ¡Y qué orgullo para ella saber que su comida es fuente de inspiración para los jóvenes! Además, comenta que ahora, cuando preparen el pastel, van a poner la canción a todo volumen para seguir motivándose. ¡Eso es trabajar con corazón, mi pana!
Pero ojo, que la cancioncita de Angie no fue la única maravilla que sacaron del sombrero estos estudiantes. Sus compañeros también se dejaron llevar por la vena creativa y compusieron canciones sobre temas variopintos: los baños (ahí hay material pa’ una telenovela, seguro), mate en el trap (¡me pregunto cómo suena eso!), la falta del gimnasio (problema común en muchos colegios), la época de exámenes (uf, ay, ay…) y hasta el espíritu mismo del colegio. ¡Una explosión de talento, mi junta!
Lo bueno de todo esto es que el profe Meléndez quería darle un giro fresco a las clases de música, haciéndolas más atrayentes, dinámicas y conectadas con el mundo digital. Y vaya que lo logró. No solo aprendieron a usar herramientas tecnológicas, sino que además encontraron una forma divertida de expresar su realidad y su identidad como estudiantes del Redentorista. ¡Así se hace, profe!
Si quieren echarle un oído a la canción del pastel de yuca y a las otras creaciones musicales de estos jóvenes talentosos, acá les dejo el link: [https://suno.com/playlist/4e49095c-...laylist/4e49095c-bee7-4bdb-b14b-f7effd63367b). Prepárense para sentir el sabor de Costa Rica en cada nota. Hay que decirle al MEP que le pongan más apoyo a estas iniciativas, que dan mucho que hablar, mijo.
Ahora, cuéntenme: ¿Cuál ha sido la experiencia más peculiar que hayan visto surgir de los menús escolares en algún colegio de Costa Rica? ¿Les parece buena idea usar la música para conectar con la vida diaria de los estudiantes o creen que deberían enfocarse en otros aspectos?