¡Diatrucho, gente del Foro! Parece que octubre le pegó un portazo a la languidez económica. Según el Banco Central, el crecimiento total de la producción en octubre vino casi entero –el 86,5%, ¡una chimba!– de la manufactura y de los servicios profesionales, educativos, de salud, transporte, financieros e inmobiliarios. ¡Imagínate la movida!
Lo que nos cuenta el IMAE, ustedes saben, es el termómetro de cómo anda el brete. La manufactura lideró con un 48,7%, seguida por los servicios profesionales y administrativos (13,2%), la enseñanza y salud (7,6%) y así sucesivamente. Vamos, que la maquinaria anduvo a toda marcha, echándole ganas pa’ sacar adelante la cosa.
Pero analicemos esto con calma, porque siempre hay que ponerle lupa. Lo más llamativo es el crecimiento del sector manufacturero, ¡un 10,9%! Especialmente los regímenes especiales (RE) que, gracias a un buen empuje en las exportaciones de implementos médicos – ¡32,2%! – se dispararon. Además, la producción de barras y alambres de hierro también le dio un buen golpe de acelerador. Eso sí que es echarle mantequilla al motor.
El régimen definitivo (RD), aunque no creció tanto como los RE (solo 1,1%), tampoco se quedó atrás. Productos plásticos, baterías, pinturas, metales, hasta el pollo, la leche y el café vieron crecer su producción. ¡Eso sí que es variedad!, demostrando que la industria tica sabe diversificarse y buscar nuevas oportunidades. Aunque, claro, el papel y los textiles siguen teniendo un momento difícil, ahí sí se jalaron una torta.
Si revisamos los servicios, vemos un crecimiento del 4,3%. Pero ojo, que si bien crecieron, muchos desaceleraron su ritmo. Los servicios profesionales y administrativos, el transporte y almacenamiento, y los financieros, no anduvieron tan veloces como antes. Aunque los servicios de salud privada, ¡qué carga de trabajo!, se robaron el show con actividades hospitalarias, odontológicas y de laboratorio clínico a tope.
Y hablando de cosas que dan vida al país, el transporte de carga siguió creciendo, impulsado por el comercio exterior. Las finanzas también se mantuvieron firmes, con captación de ahorros y colocación de créditos, señal de que la confianza en la economía aún reina. Hasta los servicios inmobiliarios, con sus alquileres, le dieron un empujón al crecimiento general. Las comunicaciones, además, se dispararon gracias a los servicios informáticos, buscando nuevos mercados afuera; eso demuestra que estamos mirando hacia el futuro, mae.
Sin embargo, no todo es risa y champán, muchachos. El comercio tuvo una variación interanual de 2,7%, con la comercialización de vehículos presentando incluso una ligera caída. La producción agropecuaria sufrió un duro golpe (-2,1%), debido a esas condiciones climáticas que nos atormentaron el primer semestre y afectaron los cultivos de banano y piña. Y la construcción, con una caída del 3,3%, muestra que todavía tenemos mucho por hacer para dinamizar ese sector, aunque las viviendas de interés social están mostrando tímidas señales de recuperación. ¡Uf!, qué panorama mixto, diay.
En resumen, octubre cerró con un crecimiento del 4,6% en la producción nacional. Pero con todos estos datos, me pregunto: ¿Es sostenible este crecimiento liderado por la manufactura a largo plazo, o necesitamos encontrar nuevas variables que equilibren la economía costarricense y eviten depender tanto de un solo sector? ¿Qué estrategias creen que deberíamos implementar para impulsar otros sectores y asegurar un crecimiento más equitativo y resiliente?
Lo que nos cuenta el IMAE, ustedes saben, es el termómetro de cómo anda el brete. La manufactura lideró con un 48,7%, seguida por los servicios profesionales y administrativos (13,2%), la enseñanza y salud (7,6%) y así sucesivamente. Vamos, que la maquinaria anduvo a toda marcha, echándole ganas pa’ sacar adelante la cosa.
Pero analicemos esto con calma, porque siempre hay que ponerle lupa. Lo más llamativo es el crecimiento del sector manufacturero, ¡un 10,9%! Especialmente los regímenes especiales (RE) que, gracias a un buen empuje en las exportaciones de implementos médicos – ¡32,2%! – se dispararon. Además, la producción de barras y alambres de hierro también le dio un buen golpe de acelerador. Eso sí que es echarle mantequilla al motor.
El régimen definitivo (RD), aunque no creció tanto como los RE (solo 1,1%), tampoco se quedó atrás. Productos plásticos, baterías, pinturas, metales, hasta el pollo, la leche y el café vieron crecer su producción. ¡Eso sí que es variedad!, demostrando que la industria tica sabe diversificarse y buscar nuevas oportunidades. Aunque, claro, el papel y los textiles siguen teniendo un momento difícil, ahí sí se jalaron una torta.
Si revisamos los servicios, vemos un crecimiento del 4,3%. Pero ojo, que si bien crecieron, muchos desaceleraron su ritmo. Los servicios profesionales y administrativos, el transporte y almacenamiento, y los financieros, no anduvieron tan veloces como antes. Aunque los servicios de salud privada, ¡qué carga de trabajo!, se robaron el show con actividades hospitalarias, odontológicas y de laboratorio clínico a tope.
Y hablando de cosas que dan vida al país, el transporte de carga siguió creciendo, impulsado por el comercio exterior. Las finanzas también se mantuvieron firmes, con captación de ahorros y colocación de créditos, señal de que la confianza en la economía aún reina. Hasta los servicios inmobiliarios, con sus alquileres, le dieron un empujón al crecimiento general. Las comunicaciones, además, se dispararon gracias a los servicios informáticos, buscando nuevos mercados afuera; eso demuestra que estamos mirando hacia el futuro, mae.
Sin embargo, no todo es risa y champán, muchachos. El comercio tuvo una variación interanual de 2,7%, con la comercialización de vehículos presentando incluso una ligera caída. La producción agropecuaria sufrió un duro golpe (-2,1%), debido a esas condiciones climáticas que nos atormentaron el primer semestre y afectaron los cultivos de banano y piña. Y la construcción, con una caída del 3,3%, muestra que todavía tenemos mucho por hacer para dinamizar ese sector, aunque las viviendas de interés social están mostrando tímidas señales de recuperación. ¡Uf!, qué panorama mixto, diay.
En resumen, octubre cerró con un crecimiento del 4,6% en la producción nacional. Pero con todos estos datos, me pregunto: ¿Es sostenible este crecimiento liderado por la manufactura a largo plazo, o necesitamos encontrar nuevas variables que equilibren la economía costarricense y eviten depender tanto de un solo sector? ¿Qué estrategias creen que deberíamos implementar para impulsar otros sectores y asegurar un crecimiento más equitativo y resiliente?