¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan tener que esperar hasta el 2048 para una cita médica? Pues parece que eso le pasó a una abuelita por acá, y el candidato José Aguilar no se quedó calladito. Lanzó toda la bronca contra el CCSS diciendo que el sistema está hecho un desastre y que necesitamos un cambio radical, ¡urgente!
Aguilar, que anda buscando convencer a la gente de darle un voto en las próximas elecciones, explotó al conocer el caso de esta señora que tuvo que agendar su cita pa' dentro de ¡más de dos décadas! Lo contó todo en un video pa' las redes sociales, donde no escatimó en críticas hacia la Caja. Dijo que es una muestra clara de cómo la burocracia nos tiene atados y cómo la salud pública se va al garete.
"Esto no puede pasar, chunches", soltó Aguilar, visiblemente molesto. "Es inaceptable que tengamos que vivir así, esperando años para recibir una atención básica. ¡Ya basta de tanto papeleo y listas interminables! La gente necesita ayuda ahora, no en 2048". Puso énfasis en que la situación afecta especialmente a los adultos mayores, que son los que más necesitan cuidado y atención.
Y claro, como buen político, no se quedó solo en la bronca. Aguilar también presentó sus soluciones, que prometen sacudir el sistema de salud si llega a la Presidencia. Su idea principal es meterle pura tecnología, modernizar los procesos y buscar alianzas con hospitales privados. Dice que los quirófanos deberían estar funcionando las 24 horas, los 7 días de la semana, aprovechando cada segundo para atender a los pacientes.
“Pa’ que no se diga, vamos a digitalizar todo, mae,” afirmó Aguilar con vehemencia. “Que las citas se hagan online, que la información esté disponible al instante. Así evitamos que la gente tenga que pasar horas haciendo fila y llenando formularios”. Además, propuso abrir los quirófanos en turnos nocturnos y fines de semana, pa' aprovechar al máximo los recursos disponibles. ¡Imagínense, trabajar hasta tarde pa’ salvar vidas! Qué ganas de ver eso, diay…
Pero ahí no termina la cosa. Aguilar también quiere involucrar a los hospitales privados en el sistema. Según él, si hay camas disponibles en clínicas particulares, la gente debería poder acceder a ellas a través de la Caja. “Si la Caja no da abasto, que usemos la capacidad privada. No podemos permitir que la gente se muera esperando”, sentenció. Esta propuesta, obviamente, ha generado controversia entre algunos sectores, que temen que esto implique una privatización encubierta del sistema de salud.
Ahora bien, la reacción del CCSS no se hizo esperar. En un comunicado oficial, la Caja defendió su labor y aseguró que está haciendo todo lo posible para mejorar la calidad de la atención. Reconoció que existen problemas de saturación y largas listas de espera, pero atribuyó estos inconvenientes a la creciente demanda de servicios y a la falta de recursos. Algunos diputados, mientras tanto, parecen más preocupados por hacerse fotos con Aguilar que por analizar seriamente sus propuestas... ¡Qué torta!
En fin, la polémica está servida. Las promesas de Aguilar han levantado expectativas entre muchos ciudadanos, cansados de esperar indefinidamente por una cita médica. Pero también han despertado recelos en otros, que dudan de su capacidad para llevar a cabo estas reformas ambiciosas. ¿Será posible realmente transformar el CCSS y acabar con las listas de espera interminables, o estamos ante otra promesa electoral que se irá al traste? ¿Ustedes creen que las alianzas público-privadas son la solución o simplemente van a complicar aún más el sistema?
Aguilar, que anda buscando convencer a la gente de darle un voto en las próximas elecciones, explotó al conocer el caso de esta señora que tuvo que agendar su cita pa' dentro de ¡más de dos décadas! Lo contó todo en un video pa' las redes sociales, donde no escatimó en críticas hacia la Caja. Dijo que es una muestra clara de cómo la burocracia nos tiene atados y cómo la salud pública se va al garete.
"Esto no puede pasar, chunches", soltó Aguilar, visiblemente molesto. "Es inaceptable que tengamos que vivir así, esperando años para recibir una atención básica. ¡Ya basta de tanto papeleo y listas interminables! La gente necesita ayuda ahora, no en 2048". Puso énfasis en que la situación afecta especialmente a los adultos mayores, que son los que más necesitan cuidado y atención.
Y claro, como buen político, no se quedó solo en la bronca. Aguilar también presentó sus soluciones, que prometen sacudir el sistema de salud si llega a la Presidencia. Su idea principal es meterle pura tecnología, modernizar los procesos y buscar alianzas con hospitales privados. Dice que los quirófanos deberían estar funcionando las 24 horas, los 7 días de la semana, aprovechando cada segundo para atender a los pacientes.
“Pa’ que no se diga, vamos a digitalizar todo, mae,” afirmó Aguilar con vehemencia. “Que las citas se hagan online, que la información esté disponible al instante. Así evitamos que la gente tenga que pasar horas haciendo fila y llenando formularios”. Además, propuso abrir los quirófanos en turnos nocturnos y fines de semana, pa' aprovechar al máximo los recursos disponibles. ¡Imagínense, trabajar hasta tarde pa’ salvar vidas! Qué ganas de ver eso, diay…
Pero ahí no termina la cosa. Aguilar también quiere involucrar a los hospitales privados en el sistema. Según él, si hay camas disponibles en clínicas particulares, la gente debería poder acceder a ellas a través de la Caja. “Si la Caja no da abasto, que usemos la capacidad privada. No podemos permitir que la gente se muera esperando”, sentenció. Esta propuesta, obviamente, ha generado controversia entre algunos sectores, que temen que esto implique una privatización encubierta del sistema de salud.
Ahora bien, la reacción del CCSS no se hizo esperar. En un comunicado oficial, la Caja defendió su labor y aseguró que está haciendo todo lo posible para mejorar la calidad de la atención. Reconoció que existen problemas de saturación y largas listas de espera, pero atribuyó estos inconvenientes a la creciente demanda de servicios y a la falta de recursos. Algunos diputados, mientras tanto, parecen más preocupados por hacerse fotos con Aguilar que por analizar seriamente sus propuestas... ¡Qué torta!
En fin, la polémica está servida. Las promesas de Aguilar han levantado expectativas entre muchos ciudadanos, cansados de esperar indefinidamente por una cita médica. Pero también han despertado recelos en otros, que dudan de su capacidad para llevar a cabo estas reformas ambiciosas. ¿Será posible realmente transformar el CCSS y acabar con las listas de espera interminables, o estamos ante otra promesa electoral que se irá al traste? ¿Ustedes creen que las alianzas público-privadas son la solución o simplemente van a complicar aún más el sistema?
