¡Dígale ahí! La discusión del retiro total del ROPC (Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias) anda dando vueltas como trapo en ventorrillo. Parece que algunos políticos quieren hacer la agosto con votos fáciles, pero los economistas, esos sí que tienen la vara bien clavada, están soltando fuertes advertencias. Resulta que meterle mano a nuestros ahorritos para la vejez puede salirnos más caro que un viaje a Europa.
El economista Ronulfo Jiménez, que no se anda con rodeos, fue claro esta semana: permitir el retiro total es una 'mala política pública'. No es que no entendemos la necesidad de tenerla rápida a mano pa' emergencias – ¡a todos nos pasa! – pero él explica que eso pone en peligro nuestra tranquilidad financiera cuando estemos jubilados. Imagínense, amigos, vivir de lo que da el IVM (Invalidez, Vejez y Muerte). ¡Qué despecho!
Y ojo que no es cosa nuestra solamente. Jiménez nos recuerda el caso de Perú, un ejemplo clarito de cómo las cosas pueden salir torcidas. Por allá, desde el 2018 dejaron sacar el dinero de las pensiones y, pues díganle, la mayoría se lo gastó rapidito o lo dejó dando tumbos sin generar nada. Pocos lograron invertirlo bien, y ahora andan lidiando con las consecuencias. ¿Le suena familiar? Porque aquí podríamos meternos en el mismo brete.
Ahora, pensemos en el futuro. Si nos sacamos el dinero del ROPC, nuestras pensiones van a quedar pendejas. Ese dinerito extra que recibimos al jubilarnos, entre un 15% y un 20% de nuestro salario, ¡adiós! Estaremos dependiendo casi exclusivamente del IVM, que ya sabemos no es precisamente una fortuna. Eso sí que va a afectar nuestra calidad de vida, máxime considerando que con los años necesitamos más cuidado médico y otras cositas.
Pero no todo está perdido, chunches. El ROPC, hasta ahora, ha funcionado bastante bien. Sus inversiones han dado frutos, superando a muchas opciones de ahorro tradicionales, y las comisiones de administración son de las más bajas de la región. Esto gracias a que hay competencia entre las operadoras y la súper vigilando todo. ¡Qué carga sería si echáramos a perder todo eso por una decisión apresurada!
Además, la Sala Constitucional ya puso las cartas sobre la mesa. Ellos dicen que el ROPC no es un ahorro personal cualquiera; es parte fundamental del sistema de pensiones. Vaciarlo significaría romper con esa base y poner en riesgo todo el sistema. Ni hablar de lo que dirían el Banco Central y la Superintendencia de Pensiones, que también están preocupados por las posibles secuencias.
Claro, los políticos están haciendo pinta de que escuchan al pueblo, pero parece que algunos prefieren soluciones rápidas aunque sean dañinas a largo plazo. Jiménez y otros expertos nos recuerdan que debemos pensar bien las cosas. Una decisión popular hoy podría convertirce en un problema social y económico enorme dentro de unos años. ¡Más vale prevenir que lamentar, diay!
Así que, mis queridos lectores, aquí les dejo la reflexión: ¿Creen que el gobierno debería ceder ante la presión popular y permitir el retiro total del ROPC, asumiendo los riesgos potenciales, o deberíamos mantener el sistema actual, aunque implique sacrificar la posibilidad inmediata de acceder a esos fondos? ¡Compártanme sus opiniones en el foro! ¿Ustedes se retirarían?
El economista Ronulfo Jiménez, que no se anda con rodeos, fue claro esta semana: permitir el retiro total es una 'mala política pública'. No es que no entendemos la necesidad de tenerla rápida a mano pa' emergencias – ¡a todos nos pasa! – pero él explica que eso pone en peligro nuestra tranquilidad financiera cuando estemos jubilados. Imagínense, amigos, vivir de lo que da el IVM (Invalidez, Vejez y Muerte). ¡Qué despecho!
Y ojo que no es cosa nuestra solamente. Jiménez nos recuerda el caso de Perú, un ejemplo clarito de cómo las cosas pueden salir torcidas. Por allá, desde el 2018 dejaron sacar el dinero de las pensiones y, pues díganle, la mayoría se lo gastó rapidito o lo dejó dando tumbos sin generar nada. Pocos lograron invertirlo bien, y ahora andan lidiando con las consecuencias. ¿Le suena familiar? Porque aquí podríamos meternos en el mismo brete.
Ahora, pensemos en el futuro. Si nos sacamos el dinero del ROPC, nuestras pensiones van a quedar pendejas. Ese dinerito extra que recibimos al jubilarnos, entre un 15% y un 20% de nuestro salario, ¡adiós! Estaremos dependiendo casi exclusivamente del IVM, que ya sabemos no es precisamente una fortuna. Eso sí que va a afectar nuestra calidad de vida, máxime considerando que con los años necesitamos más cuidado médico y otras cositas.
Pero no todo está perdido, chunches. El ROPC, hasta ahora, ha funcionado bastante bien. Sus inversiones han dado frutos, superando a muchas opciones de ahorro tradicionales, y las comisiones de administración son de las más bajas de la región. Esto gracias a que hay competencia entre las operadoras y la súper vigilando todo. ¡Qué carga sería si echáramos a perder todo eso por una decisión apresurada!
Además, la Sala Constitucional ya puso las cartas sobre la mesa. Ellos dicen que el ROPC no es un ahorro personal cualquiera; es parte fundamental del sistema de pensiones. Vaciarlo significaría romper con esa base y poner en riesgo todo el sistema. Ni hablar de lo que dirían el Banco Central y la Superintendencia de Pensiones, que también están preocupados por las posibles secuencias.
Claro, los políticos están haciendo pinta de que escuchan al pueblo, pero parece que algunos prefieren soluciones rápidas aunque sean dañinas a largo plazo. Jiménez y otros expertos nos recuerdan que debemos pensar bien las cosas. Una decisión popular hoy podría convertirce en un problema social y económico enorme dentro de unos años. ¡Más vale prevenir que lamentar, diay!
Así que, mis queridos lectores, aquí les dejo la reflexión: ¿Creen que el gobierno debería ceder ante la presión popular y permitir el retiro total del ROPC, asumiendo los riesgos potenciales, o deberíamos mantener el sistema actual, aunque implique sacrificar la posibilidad inmediata de acceder a esos fondos? ¡Compártanme sus opiniones en el foro! ¿Ustedes se retirarían?
