¡Ay, Dios mío! Así estamos, mae. La Asamblea Legislativa cerró sus puertas este jueves, dejando atrás una última sesión marcada más por las quejas y cambios de agenda a última hora que por soluciones reales. Los diputados, hartitos de tanto brete, se lanzaron a 25 días de vacaciones, dejándonos a nosotros, el pueblo, con la mosca detrás de la oreja preguntándonos qué se hará con todos esos proyectos pendientes.
Desde Zapote nos dicen que el primer día de enero volverán a Cuesta de Moras, listos para retomar las labores, pero la verdad es que ya hemos escuchado eso antes. Con la llegada de estos últimos cuatro meses de gestión, se supone que van a echarle ganas para avanzar en temas cruciales, pero si la dinámica es la misma que vimos en diciembre, ¡nos vamos al traste!
En medio del caos, la diputada liberacionista Montserrat Ruíz soltó unas verdades que hicieron eco en el plenario. “Aquí hay que ser responsables,” exclamó con visible frustración. “No podemos venir a aprobar proyectos que no tenemos estudiados.” Le dio duro a la repentina modificación de la agenda, cambiando la convocatoria de proyectos de ley a última hora. Una verdadera torta, dirían algunos, porque parece que la planificación es un concepto ajeno a las paredes del Congreso.
Y no solo ella estaba molesta. El legislador Eliecer Feinzaig, con su característica honestidad, expresó su indignación: “¡Qué vergüenza me ha dado estar hoy aquí!” criticó duramente la actitud de sus colegas, acusándolos de ser unos charlatanes que prometen mucho y hacen poco. Un comentario que encendió aún más las llamas de la polémica en un ambiente ya tenso.
Pero no todo fue bronca y reclamaciones. En medio de los mensajes navideños y los deseos de felices fiestas, el Poder Ejecutivo aprovechó para colar algunas iniciativas interesantes. Uno de ellas es un nuevo expediente para regular el delito de intrusión informática, algo que se había vuelto urgente ante el aumento de ataques cibernéticos. También se aprobó un contrato de préstamo con el BID para fortalecer el sistema nacional de cuidados, una excelente noticia para las familias costarrriqueñas.
Otro proyecto que generó revuelo fue la autorización legal relacionada con un asunto todavía bajo reserva, lo que alimentó las especulaciones sobre posibles intereses ocultos. Los rumores corrieron como reguero de pólvora entre los periodistas acreditados, mientras que los diputados se apresuraban a escapar hacia sus destinos vacacionales, tratando de dejar atrás la controversia.
Lo cierto es que esta pausa legislativa llega en un momento complicado para el país. Las expectativas para el próximo año son altas, pero la capacidad del Congreso para cumplir con sus responsabilidades sigue siendo incierta. Será fundamental que, tras este descanso merecido, los diputados retomen sus tareas con renovadas energías y un compromiso real con el bienestar de la nación. De lo contrario, la gente va a seguir pensando que se fueron de fiesta a costa del trabajo de los demás.
Ahora bien, hablando claro: ¿Ustedes creen que estos 25 días de vacaciones serán realmente productivos para reflexionar y prepararse para los retos que vendrán, o simplemente serán una oportunidad para desconectar del brete y olvidarse de sus obligaciones como representantes del pueblo? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan ustedes de esta movida!
Desde Zapote nos dicen que el primer día de enero volverán a Cuesta de Moras, listos para retomar las labores, pero la verdad es que ya hemos escuchado eso antes. Con la llegada de estos últimos cuatro meses de gestión, se supone que van a echarle ganas para avanzar en temas cruciales, pero si la dinámica es la misma que vimos en diciembre, ¡nos vamos al traste!
En medio del caos, la diputada liberacionista Montserrat Ruíz soltó unas verdades que hicieron eco en el plenario. “Aquí hay que ser responsables,” exclamó con visible frustración. “No podemos venir a aprobar proyectos que no tenemos estudiados.” Le dio duro a la repentina modificación de la agenda, cambiando la convocatoria de proyectos de ley a última hora. Una verdadera torta, dirían algunos, porque parece que la planificación es un concepto ajeno a las paredes del Congreso.
Y no solo ella estaba molesta. El legislador Eliecer Feinzaig, con su característica honestidad, expresó su indignación: “¡Qué vergüenza me ha dado estar hoy aquí!” criticó duramente la actitud de sus colegas, acusándolos de ser unos charlatanes que prometen mucho y hacen poco. Un comentario que encendió aún más las llamas de la polémica en un ambiente ya tenso.
Pero no todo fue bronca y reclamaciones. En medio de los mensajes navideños y los deseos de felices fiestas, el Poder Ejecutivo aprovechó para colar algunas iniciativas interesantes. Uno de ellas es un nuevo expediente para regular el delito de intrusión informática, algo que se había vuelto urgente ante el aumento de ataques cibernéticos. También se aprobó un contrato de préstamo con el BID para fortalecer el sistema nacional de cuidados, una excelente noticia para las familias costarrriqueñas.
Otro proyecto que generó revuelo fue la autorización legal relacionada con un asunto todavía bajo reserva, lo que alimentó las especulaciones sobre posibles intereses ocultos. Los rumores corrieron como reguero de pólvora entre los periodistas acreditados, mientras que los diputados se apresuraban a escapar hacia sus destinos vacacionales, tratando de dejar atrás la controversia.
Lo cierto es que esta pausa legislativa llega en un momento complicado para el país. Las expectativas para el próximo año son altas, pero la capacidad del Congreso para cumplir con sus responsabilidades sigue siendo incierta. Será fundamental que, tras este descanso merecido, los diputados retomen sus tareas con renovadas energías y un compromiso real con el bienestar de la nación. De lo contrario, la gente va a seguir pensando que se fueron de fiesta a costa del trabajo de los demás.
Ahora bien, hablando claro: ¿Ustedes creen que estos 25 días de vacaciones serán realmente productivos para reflexionar y prepararse para los retos que vendrán, o simplemente serán una oportunidad para desconectar del brete y olvidarse de sus obligaciones como representantes del pueblo? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡quiero saber qué piensan ustedes de esta movida!