¡Ay, Dios mío! Se armó la gran movida aquí en Costa Rica. WeWork, esos gringos del coworking, siguen echándole ganas y acaban de abrirle al público su tercer espacio, esta vez en el Centro Corporativo El Cafetal, allá por Belén. Parece que le agarraron costra al país, y vaya que estamos recibiéndolos a lo grande.
Para los que no estén al tanto, WeWork llegó hace tiempo al país buscando conquistar a los emprendedores y empresas que quieren desprenderse de los oficinones tradicionales. La idea es simple: pagar por el espacio que necesitas, cuando lo necesitas, sin tener que meterle mano a todos los gastos de mantenimiento y esas cosas que te pueden sacar canas verdes. Con esta nueva sede, ya tienen un parque considerable de oficinas distribuidas en diferentes puntos del país.
Este nuevo brete, como decimos acá, no es precisamente pa’ bromear. Son más de 3.000 metros cuadrados dedicados al trabajo flexible, con capacidad para unas 650 estaciones. Imagínate la cantidad de gente que va a poder trabajar ahí, desde startups hasta multinacionales que prefieren moverse rápido. Y ni hablar de la ubicación; El Cafetal es como un hormiguero de negocios, lleno de empresas de zona franca y otros proyectos interesantes. Está bien cerquita de todo, así que pa' los que vivimos en la central es fácil llegar.
La inversión total en este proyecto superó los $3 millones, cortesía de Garnier & Garnier Desarrollos Inmobiliarios. Eso demuestra que hay confianza en el mercado costarricense, y que la gente busca alternativas más ágiles y económicas para trabajar. Según datos oficiales, ahora hay más de 160 empresas usando los espacios de WeWork aquí en el país, y en 2025 sumaron casi mil nuevos puestos de trabajo. ¡Eso sí es crecimiento!
Rashid Sauma, el jefe de WeWork para Centroamérica y el Caribe, soltó unas cuantas frases bonitas diciendo que Costa Rica es un mercado “altamente dinámico” y que El Cafetal reúne todas las condiciones para impulsar la colaboración y la productividad. Suena a comercial, claro, pero también refleja una realidad: el trabajo está cambiando, y la flexibilidad se ha convertido en un factor clave para atraer talento. Ya nadie quiere estar atascado en la oficina ocho horas diarias, quieren libertad para hacer otras cosas. ¡Y nosotros los entendemos!
Lo interesante de esta moda del coworking es que permite a las empresas adaptarse mucho más rápido a los cambios. Ya no tienes que preocuparte por renovar contratos de alquiler a largo plazo ni por invertir en mobiliario y equipos. Simplemente pagas por lo que usas y listo. Esto es especialmente útil para las empresas de zona franca, que a menudo necesitan ajustar su tamaño y operaciones constantemente. En fin, una solución ingeniosa para tiempos inciertos, diay.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Algunos puristas argumentan que estos espacios de coworking pueden fomentar la competencia desleal y perjudicar a las pequeñas empresas locales que no tienen los recursos para competir con los precios de WeWork. También preocupa un poco la sostenibilidad de este modelo, porque a veces parece que se prioriza la eficiencia económica sobre el bienestar de los empleados. Aunque bueno, eso siempre será una lucha constante en cualquier ámbito laboral.
En fin, WeWork sigue expandiéndose en Costa Rica, apostando por el futuro del trabajo flexible. Pero me pregunto, ¿cree usted que el auge de los espacios de coworking como WeWork representa una oportunidad genuina para el desarrollo económico del país, o simplemente es otra burbuja que estallará pronto? Déjenme saber qué piensan en los comentarios. ¡A ver si nos aclaramos un poquito!
Para los que no estén al tanto, WeWork llegó hace tiempo al país buscando conquistar a los emprendedores y empresas que quieren desprenderse de los oficinones tradicionales. La idea es simple: pagar por el espacio que necesitas, cuando lo necesitas, sin tener que meterle mano a todos los gastos de mantenimiento y esas cosas que te pueden sacar canas verdes. Con esta nueva sede, ya tienen un parque considerable de oficinas distribuidas en diferentes puntos del país.
Este nuevo brete, como decimos acá, no es precisamente pa’ bromear. Son más de 3.000 metros cuadrados dedicados al trabajo flexible, con capacidad para unas 650 estaciones. Imagínate la cantidad de gente que va a poder trabajar ahí, desde startups hasta multinacionales que prefieren moverse rápido. Y ni hablar de la ubicación; El Cafetal es como un hormiguero de negocios, lleno de empresas de zona franca y otros proyectos interesantes. Está bien cerquita de todo, así que pa' los que vivimos en la central es fácil llegar.
La inversión total en este proyecto superó los $3 millones, cortesía de Garnier & Garnier Desarrollos Inmobiliarios. Eso demuestra que hay confianza en el mercado costarricense, y que la gente busca alternativas más ágiles y económicas para trabajar. Según datos oficiales, ahora hay más de 160 empresas usando los espacios de WeWork aquí en el país, y en 2025 sumaron casi mil nuevos puestos de trabajo. ¡Eso sí es crecimiento!
Rashid Sauma, el jefe de WeWork para Centroamérica y el Caribe, soltó unas cuantas frases bonitas diciendo que Costa Rica es un mercado “altamente dinámico” y que El Cafetal reúne todas las condiciones para impulsar la colaboración y la productividad. Suena a comercial, claro, pero también refleja una realidad: el trabajo está cambiando, y la flexibilidad se ha convertido en un factor clave para atraer talento. Ya nadie quiere estar atascado en la oficina ocho horas diarias, quieren libertad para hacer otras cosas. ¡Y nosotros los entendemos!
Lo interesante de esta moda del coworking es que permite a las empresas adaptarse mucho más rápido a los cambios. Ya no tienes que preocuparte por renovar contratos de alquiler a largo plazo ni por invertir en mobiliario y equipos. Simplemente pagas por lo que usas y listo. Esto es especialmente útil para las empresas de zona franca, que a menudo necesitan ajustar su tamaño y operaciones constantemente. En fin, una solución ingeniosa para tiempos inciertos, diay.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. Algunos puristas argumentan que estos espacios de coworking pueden fomentar la competencia desleal y perjudicar a las pequeñas empresas locales que no tienen los recursos para competir con los precios de WeWork. También preocupa un poco la sostenibilidad de este modelo, porque a veces parece que se prioriza la eficiencia económica sobre el bienestar de los empleados. Aunque bueno, eso siempre será una lucha constante en cualquier ámbito laboral.
En fin, WeWork sigue expandiéndose en Costa Rica, apostando por el futuro del trabajo flexible. Pero me pregunto, ¿cree usted que el auge de los espacios de coworking como WeWork representa una oportunidad genuina para el desarrollo económico del país, o simplemente es otra burbuja que estallará pronto? Déjenme saber qué piensan en los comentarios. ¡A ver si nos aclaramos un poquito!