¡Aguante! La bronca con Randall Zuñiga sigue hirviendo, y el man ahora salió a dar su rol en medio del tole. Después de que la Corte lo suspendiera temporalmente del cargo, el director del OIJ decidió romper el silencio con un audio que mandó a volar por todos lados. Parece que la cosa está más complicada de lo que pensábamos, y el mae promete tener pruebas que van a dejar boquiabiertos a más de uno.
Como ya saben, la Corte Suprema de Justicia le dio 15 días de descanso obligatorio a Zuñiga mientras se investigan unas denuncias bien turbias sobre delitos sexuales. Esto ocurrió en medio de un momento súper sensible para el OIJ, que ya estaba recibiendo criticas a diestra y siniestra. La suspensión vino como anillo al dedo para algunos, quienes vieron en esto una forma de limpiar la casa y evitar conflictos de interés. La presión era máxima, y Zuñiga entendió eso, aunque parece que llegó un poco tarde.
En el audio, Zuñiga, con una voz tranquila pero firme, explica que él mismo pidió esa suspensión. Dice que lo hizo pensando en la transparencia del proceso y para darle espacio a los investigadores. “Es algo que considero oportuno y apropiado, incluso yo mismo promoví esta gestión para que se pudiera hacer, considerando que es lo más sano para que se dé un espacio al proceso y se continúen las diligencias correspondientes,” declaró. Un intento de mostrarse como el tipo que juega limpio, vamos. Pero a ver si convence a todos con eso.
Pero lo que realmente llamó la atención fueron sus declaraciones sobre las pruebas. Zuñiga asegura que tiene elementos que respaldan su versión, pero que esos todavía no han salido a la luz pública. “Tengo los elementos que respaldan mi versión y los presentaré cuando corresponda dentro del proceso penal”, dijo el ex jefe policial. El mae anda dando vueltas con esas pruebas, como quien esconde un chunche debajo de la almohada. Nos quedamos con ganas de saber qué tanta verdad hay en eso, porque la cosa pinta movida.
Ahora, recordemos que Zuñiga enfrenta no solo un proceso penal –con al menos tres denuncias penales– sino también un proceso administrativo disciplinario dentro del Poder Judicial. Eso significa que si es encontrado culpable, puede perder su empleo y hasta enfrentar cargos criminales más graves. La Fiscalía de Género no afloja, ni se relaja; mantienen las investigaciones abiertas y buscando más evidencias que puedan incriminarlo. Este brete está lejos de terminar, y la tensión en el ambiente es palpable.
Este caso ha generado un terremoto institucional en Costa Rica. El OIJ, que siempre ha sido criticado por su manejo de casos sensibles, ahora está bajo lupa más que nunca. La gente exige respuestas claras y transparentes, y quiere ver cómo se enfrentan estas acusaciones. La Corte Suprema está analizando cuidadosamente cada paso a seguir, tratando de equilibrar la necesidad de investigar a fondo con el respeto a la presunción de inocencia de Zuñiga. ¡Qué carga!
Y claro, esta coyuntura política llega justo cuando estamos a puertas de elecciones. El tema ha encendido todas las alarmas en los partidos políticos, y cada quién está tratando de manejar la información a su favor. Algunos aprovechan la oportunidad para atacar al gobierno, mientras que otros prefieren guardar silencio para no meterse en el fuego. Lo cierto es que este escándalo va a marcar la agenda nacional durante semanas, y posiblemente meses.
Entonces, aquí queda la reflexión: ¿Cree usted que Randall Zuñiga logró convencer con su defensa inicial, o piensa que estas promesas de pruebas ‘sorpresa’ son solo una estrategia para ganar tiempo y confundir a la opinión pública? ¿Debería renunciar a su puesto, aunque sea temporalmente, para no afectar la imagen del OIJ?
Como ya saben, la Corte Suprema de Justicia le dio 15 días de descanso obligatorio a Zuñiga mientras se investigan unas denuncias bien turbias sobre delitos sexuales. Esto ocurrió en medio de un momento súper sensible para el OIJ, que ya estaba recibiendo criticas a diestra y siniestra. La suspensión vino como anillo al dedo para algunos, quienes vieron en esto una forma de limpiar la casa y evitar conflictos de interés. La presión era máxima, y Zuñiga entendió eso, aunque parece que llegó un poco tarde.
En el audio, Zuñiga, con una voz tranquila pero firme, explica que él mismo pidió esa suspensión. Dice que lo hizo pensando en la transparencia del proceso y para darle espacio a los investigadores. “Es algo que considero oportuno y apropiado, incluso yo mismo promoví esta gestión para que se pudiera hacer, considerando que es lo más sano para que se dé un espacio al proceso y se continúen las diligencias correspondientes,” declaró. Un intento de mostrarse como el tipo que juega limpio, vamos. Pero a ver si convence a todos con eso.
Pero lo que realmente llamó la atención fueron sus declaraciones sobre las pruebas. Zuñiga asegura que tiene elementos que respaldan su versión, pero que esos todavía no han salido a la luz pública. “Tengo los elementos que respaldan mi versión y los presentaré cuando corresponda dentro del proceso penal”, dijo el ex jefe policial. El mae anda dando vueltas con esas pruebas, como quien esconde un chunche debajo de la almohada. Nos quedamos con ganas de saber qué tanta verdad hay en eso, porque la cosa pinta movida.
Ahora, recordemos que Zuñiga enfrenta no solo un proceso penal –con al menos tres denuncias penales– sino también un proceso administrativo disciplinario dentro del Poder Judicial. Eso significa que si es encontrado culpable, puede perder su empleo y hasta enfrentar cargos criminales más graves. La Fiscalía de Género no afloja, ni se relaja; mantienen las investigaciones abiertas y buscando más evidencias que puedan incriminarlo. Este brete está lejos de terminar, y la tensión en el ambiente es palpable.
Este caso ha generado un terremoto institucional en Costa Rica. El OIJ, que siempre ha sido criticado por su manejo de casos sensibles, ahora está bajo lupa más que nunca. La gente exige respuestas claras y transparentes, y quiere ver cómo se enfrentan estas acusaciones. La Corte Suprema está analizando cuidadosamente cada paso a seguir, tratando de equilibrar la necesidad de investigar a fondo con el respeto a la presunción de inocencia de Zuñiga. ¡Qué carga!
Y claro, esta coyuntura política llega justo cuando estamos a puertas de elecciones. El tema ha encendido todas las alarmas en los partidos políticos, y cada quién está tratando de manejar la información a su favor. Algunos aprovechan la oportunidad para atacar al gobierno, mientras que otros prefieren guardar silencio para no meterse en el fuego. Lo cierto es que este escándalo va a marcar la agenda nacional durante semanas, y posiblemente meses.
Entonces, aquí queda la reflexión: ¿Cree usted que Randall Zuñiga logró convencer con su defensa inicial, o piensa que estas promesas de pruebas ‘sorpresa’ son solo una estrategia para ganar tiempo y confundir a la opinión pública? ¿Debería renunciar a su puesto, aunque sea temporalmente, para no afectar la imagen del OIJ?