¡Aguante, pura vida! Parece mentira, pero Costa Rica se está posicionando como un jugadón en el mundillo de los semiconductores y los aparatos médicos. Ya saben, esos chunches que hacen funcionar nuestros celulares, computadoras y hasta los equipos que nos revisan en el hospital. Y ahora, la Universidad Latina le pone turbo con un paquetito de certificaciones que prometen llenar el vacío de técnicos que necesitan las empresas.
El brete es que la demanda de estos profesionales especializados va pa’ arriba. Según datos frescos, el país sacó unos $3.500 millones en equipo eléctrico y electrónico el año pasado. ¡Una barbaridad! Y eso es solo en Costa Rica; a nivel mundial, la industria de semiconductores se disparó un 19.1% gracias a cosas como la inteligencia artificial, los carros eléctricos y todos esos cacharitos inteligentes que tenemos en casa. Un imparable!
Pero, ¿dónde queda el talento tico? Ahí es donde entra la U Latina con este programa de certificaciones, diseñado pensando en lo que realmente necesitan las empresas. No es vainas teórica, chinos. Hablamos de cosas prácticas como Lean Manufacturing, control estadístico de procesos y hasta cómo moverse en esas salas limpias, que son un rollo pero esenciales para fabricar estos productos con precisión.
Luis Damazzio, el director del programa, lo puso claro: “Las empresas ya no andan buscando cualquiera. Quieren gente capaz de hacer trabajos técnicos bien pesados”. Por eso, las certificaciones tocan temas clave como la verificación y validación de semiconductores, el diseño de circuitos impresos (PCBs), e incluso el diseño de chips VLSI. ¡Un festín pa’ los cerebritos!
Y ni hablar de la industria médica, que se proyecta a exportar casi $9 mil millones este año. ¡Eso sí es moverla! Seríamos el número dos en Latinoamérica y estaríamos metidos entre los ocho países más importantes del mundo en esto. Pero claro, para lograrlo necesitamos una masa crítica de técnicos bien preparados. Más que nunca.
Lo bueno de estas certificaciones es que no necesitas ser un Einstein pa’ agarrarle la onda. La U Latina dice que combinan clases en el salón, sesiones en laboratorio y hasta pasantías en empresas. Así, aprendes haciendo y tienes un pie adentro del mercado laboral desde el primer día. Se trata de ir directo al grano, diay.
Pa’ armar estos programas, la U Latina se echó unas plenas con varias empresas del sector, preguntándoles qué sabían, qué necesitaban, cuáles eran los retos. Así aseguraron que los cursos estén al día con las últimas tendencias y ofrezcan herramientas útiles que puedan aplicar directamente en el trabajo. No es vaina inventada, sino respuestas a necesidades reales del mercado.
Con todo esto, parece que estamos viendo una oportunidad grandota pa’ que muchos jóvenes ticos le den una oportunidad al mundo de la tecnología. El futuro pinta chiva, si nos preparamos bien. Pero dime, vos qué opinás? ¿Crees que Costa Rica debería invertir aún más en educación técnica para aprovechar el auge de la industria de semiconductores y dispositivos médicos, o deberíamos enfocarnos en otros sectores?
El brete es que la demanda de estos profesionales especializados va pa’ arriba. Según datos frescos, el país sacó unos $3.500 millones en equipo eléctrico y electrónico el año pasado. ¡Una barbaridad! Y eso es solo en Costa Rica; a nivel mundial, la industria de semiconductores se disparó un 19.1% gracias a cosas como la inteligencia artificial, los carros eléctricos y todos esos cacharitos inteligentes que tenemos en casa. Un imparable!
Pero, ¿dónde queda el talento tico? Ahí es donde entra la U Latina con este programa de certificaciones, diseñado pensando en lo que realmente necesitan las empresas. No es vainas teórica, chinos. Hablamos de cosas prácticas como Lean Manufacturing, control estadístico de procesos y hasta cómo moverse en esas salas limpias, que son un rollo pero esenciales para fabricar estos productos con precisión.
Luis Damazzio, el director del programa, lo puso claro: “Las empresas ya no andan buscando cualquiera. Quieren gente capaz de hacer trabajos técnicos bien pesados”. Por eso, las certificaciones tocan temas clave como la verificación y validación de semiconductores, el diseño de circuitos impresos (PCBs), e incluso el diseño de chips VLSI. ¡Un festín pa’ los cerebritos!
Y ni hablar de la industria médica, que se proyecta a exportar casi $9 mil millones este año. ¡Eso sí es moverla! Seríamos el número dos en Latinoamérica y estaríamos metidos entre los ocho países más importantes del mundo en esto. Pero claro, para lograrlo necesitamos una masa crítica de técnicos bien preparados. Más que nunca.
Lo bueno de estas certificaciones es que no necesitas ser un Einstein pa’ agarrarle la onda. La U Latina dice que combinan clases en el salón, sesiones en laboratorio y hasta pasantías en empresas. Así, aprendes haciendo y tienes un pie adentro del mercado laboral desde el primer día. Se trata de ir directo al grano, diay.
Pa’ armar estos programas, la U Latina se echó unas plenas con varias empresas del sector, preguntándoles qué sabían, qué necesitaban, cuáles eran los retos. Así aseguraron que los cursos estén al día con las últimas tendencias y ofrezcan herramientas útiles que puedan aplicar directamente en el trabajo. No es vaina inventada, sino respuestas a necesidades reales del mercado.
Con todo esto, parece que estamos viendo una oportunidad grandota pa’ que muchos jóvenes ticos le den una oportunidad al mundo de la tecnología. El futuro pinta chiva, si nos preparamos bien. Pero dime, vos qué opinás? ¿Crees que Costa Rica debería invertir aún más en educación técnica para aprovechar el auge de la industria de semiconductores y dispositivos médicos, o deberíamos enfocarnos en otros sectores?
