¡Ay, Dios mío, qué alivio para todos! Después de casi 48 horas de angustia, finalmente encontraron a Doña Iris Ulloa Vásquez, la abuelita de 79 años que desapareció misteriosamente en Capellades, Alvarado, Cartago. La noticia corrió como pólvora por toda la comunidad y ahora, gracias a Dios, podemos decir que está bien, bien sana. Un respiro enorme para sus familiares y para todos nosotros que nos preocupamos por ella.
Doña Iris, la abuela querida, salió de su casa el pasado viernes, y desde entonces, nadie sabía dónde estaba. Se levantaron todos los equipos de búsqueda, vecinos se organizaron, patrulleros andaban buscando hasta debajo de las piedras, ¡de verdad, se armó un brete! La preocupación era a más no poder, porque estas cosas pasan, y con la edad, cualquier cosa puede complicarse. Todo el mundo aquí en Alvarado rezaba para que apareciera ilesa.
Carlos Brenes, uno de los familiares más cercanos, nos confirmó la buena noticia: "Ella está bien, está sana. Buen estado de salud. Aquí estamos con la Cruz Roja". Imagínate, después de tanto tiempo desaparecido, escuchar esas palabras… ¡uf!, te quitas un peso de encima. Todavía no saben exactamente dónde la encontraron, eso dicen que están investigando las autoridades, pero lo importante es que está a salvo y recibiendo la atención médica necesaria. Parece que la preocupación le jugó una mala pasada, ¡pero ya está entre nosotros!
Según fuentes cercanas a la familia, Doña Iris tiene dos hijos y tres nietos, quienes estaban destrozados ante la incertidumbre. Se imaginan el sufrimiento, sin saber si su madre, su abuela, estaba sufriendo, si necesitaba ayuda. Ahora pueden respirar tranquilos y pasarle a brindarles todo el amor y cariño que necesitan. Uno se pone a pensar en cómo se sintieron estos días... una torta haberla perdido así, sin saber nada.
Las autoridades todavía están evaluando su estado de salud completo, aunque preliminarmente aseguran que no presenta lesiones graves. La Cruz Roja ha sido fundamental en este proceso, brindando apoyo médico y psicológico tanto a Doña Iris como a su familia. Dicen que la están revisando concienzudamente para descartar cualquier problema relacionado con la exposición prolongada a las inclemencias del tiempo. Se puso el turbo, literalmente. Es admirable el esfuerzo coordinado entre la policía, los bomberos y la Cruz Roja para lograr este feliz desenlace.
Este caso nos recuerda lo importante que es mantenernos alerta y cuidar a nuestros adultos mayores, especialmente aquellos que viven solos. A veces, un pequeño descuido puede tener consecuencias inesperadas. Y también nos muestra la fuerza de nuestra comunidad, la solidaridad que siempre encontramos cuando alguien necesita ayuda. Aquí en Costa Rica tenemos ese espíritu de colaboración, siempre dispuestos a echarle un mano al vecino, diay. No importa de dónde seas, si estás en apuro, encontrarás gente dispuesta a ayudar.
Muchos se preguntan, ¿cómo pudo desaparecer una persona de edad avanzada sin que nadie se diera cuenta? ¿Fue un simple olvido, un accidente, o hay algo más detrás de esta historia? Es cierto que la memoria puede jugar malas pasadas, pero aún así, uno se queda pensando en qué sucedió realmente durante esos casi dos días. Las investigaciones continuarán para esclarecer todos los hechos y determinar qué causó la desaparición de Doña Iris, esperando que esto sirva de lección para todos.
En fin, una noticia que llena de alegría nuestros corazones. Que Doña Iris se recupere pronto y disfrute de la compañía de su familia. Pero me pregunto, ¿cree usted que las comunidades deberían implementar programas de rastreo personal para personas adultas mayores que viven solas, como medida preventiva ante situaciones similares?
Doña Iris, la abuela querida, salió de su casa el pasado viernes, y desde entonces, nadie sabía dónde estaba. Se levantaron todos los equipos de búsqueda, vecinos se organizaron, patrulleros andaban buscando hasta debajo de las piedras, ¡de verdad, se armó un brete! La preocupación era a más no poder, porque estas cosas pasan, y con la edad, cualquier cosa puede complicarse. Todo el mundo aquí en Alvarado rezaba para que apareciera ilesa.
Carlos Brenes, uno de los familiares más cercanos, nos confirmó la buena noticia: "Ella está bien, está sana. Buen estado de salud. Aquí estamos con la Cruz Roja". Imagínate, después de tanto tiempo desaparecido, escuchar esas palabras… ¡uf!, te quitas un peso de encima. Todavía no saben exactamente dónde la encontraron, eso dicen que están investigando las autoridades, pero lo importante es que está a salvo y recibiendo la atención médica necesaria. Parece que la preocupación le jugó una mala pasada, ¡pero ya está entre nosotros!
Según fuentes cercanas a la familia, Doña Iris tiene dos hijos y tres nietos, quienes estaban destrozados ante la incertidumbre. Se imaginan el sufrimiento, sin saber si su madre, su abuela, estaba sufriendo, si necesitaba ayuda. Ahora pueden respirar tranquilos y pasarle a brindarles todo el amor y cariño que necesitan. Uno se pone a pensar en cómo se sintieron estos días... una torta haberla perdido así, sin saber nada.
Las autoridades todavía están evaluando su estado de salud completo, aunque preliminarmente aseguran que no presenta lesiones graves. La Cruz Roja ha sido fundamental en este proceso, brindando apoyo médico y psicológico tanto a Doña Iris como a su familia. Dicen que la están revisando concienzudamente para descartar cualquier problema relacionado con la exposición prolongada a las inclemencias del tiempo. Se puso el turbo, literalmente. Es admirable el esfuerzo coordinado entre la policía, los bomberos y la Cruz Roja para lograr este feliz desenlace.
Este caso nos recuerda lo importante que es mantenernos alerta y cuidar a nuestros adultos mayores, especialmente aquellos que viven solos. A veces, un pequeño descuido puede tener consecuencias inesperadas. Y también nos muestra la fuerza de nuestra comunidad, la solidaridad que siempre encontramos cuando alguien necesita ayuda. Aquí en Costa Rica tenemos ese espíritu de colaboración, siempre dispuestos a echarle un mano al vecino, diay. No importa de dónde seas, si estás en apuro, encontrarás gente dispuesta a ayudar.
Muchos se preguntan, ¿cómo pudo desaparecer una persona de edad avanzada sin que nadie se diera cuenta? ¿Fue un simple olvido, un accidente, o hay algo más detrás de esta historia? Es cierto que la memoria puede jugar malas pasadas, pero aún así, uno se queda pensando en qué sucedió realmente durante esos casi dos días. Las investigaciones continuarán para esclarecer todos los hechos y determinar qué causó la desaparición de Doña Iris, esperando que esto sirva de lección para todos.
En fin, una noticia que llena de alegría nuestros corazones. Que Doña Iris se recupere pronto y disfrute de la compañía de su familia. Pero me pregunto, ¿cree usted que las comunidades deberían implementar programas de rastreo personal para personas adultas mayores que viven solas, como medida preventiva ante situaciones similares?
