¡Ay, Dios mío, qué movida! Resulta que Australia, esos paisanos que siempre andan adelantados, aprobaron una ley pa' quitarle el acceso a las redes sociales a los menores de 16 años. Y aquí en Costa Rica, el tema prendió como chinche en mondongo. De repente todos los psicólogos, abogados y hasta los señores de la esquina están opinando sobre si deberíamos hacer lo mismo. ¡Imagínate el bronca!
La idea detrás de esta ley aussie es sencilla: proteger la salud mental de los chavales. Dicen que Instagram, TikTok y otras plataformas están hechas pa’ engancharlos y que los cerebritos aún no tienen la madurez suficiente para resistirse. No es ningún secreto que hay una buena cantidad de puros preocupados por la ansiedad, la depresión y el bullying cibernético que andan por ahí. Parece que dicen que esos algoritmos están diseñados pa' drogar con dopamina.
Pero aquí viene el meollo del asunto. Aquí en Costa Rica, donde el celular es parte del cuerpo, cómo hacemos para implementar algo así? Ya imagínate el zarandeo. ¿Quién va a controlar eso? ¿El PANI? ¿El Ministerio de Educación? Y si lo hacemos, ¿cómo evitamos que los niños usen VPNs o creen cuentas falsas pa' saltársela? ¡Sería peor! Imagínate que se meten a sitios todavía peores...Eso sí sería un brete.
Muchos expertos están diciendo que, en lugar de prohibirlo todo, deberíamos enseñarles a los jóvenes a usar las redes sociales de forma responsable. Alfabetización digital, control parental, esas cosas. Que aprendan a manejar su tiempo y a no creerse todo lo que ven en internet. Pero claro, eso requiere esfuerzo y compromiso, y eso no es fácil en estos tiempos.
Ahora, legalmente hablando, el tema es complicado. ¿Cómo validamos la edad de alguien en internet sin pedirle datos personales sensibles a empresas extranjeras? Eso abriría otra lata de cachos con temas de privacidad y protección de datos. Además, las plataformas como Meta y TikTok seguramente reclamarían a gritos, y tendríamos que enfrentarnos a ellos en tribunales internacionales. ¡Qué torta!
Una de las cosas que más me llama la atención de toda esta historia es que Australia está asumiendo la responsabilidad como estado. Antes, siempre culpaban a los papás. Ahora, la carga la llevan las compañías tecnológicas. Están obligándolas a cerrar la llave a los menores bajo pena de multas astronómicas. Ahí sí que les duele el bolsillo. Eso pone presión a todas las demás compañías para que hagan algo parecido.
Y es que la realidad es que estamos viendo efectos negativos reales en los jóvenes. Desde retos peligrosos en TikTok hasta gente aprovechándose para robarles información personal, pasando por la constante comparación social que afecta su autoestima. No podemos seguir ignorando el problema. Necesitamos soluciones creativas y efectivas, que involucren tanto a padres como a educadores y a las propias plataformas.
Así que dime, ¿qué piensas tú? ¿Debería Costa Rica copiarle a Australia y prohibir el acceso a redes sociales a los menores de 16 años, o deberíamos enfocarnos en la educación y el control parental? ¿Estaremos dispuestos a sacrificar un poco la libertad individual por la tranquilidad mental de nuestros hijos?
La idea detrás de esta ley aussie es sencilla: proteger la salud mental de los chavales. Dicen que Instagram, TikTok y otras plataformas están hechas pa’ engancharlos y que los cerebritos aún no tienen la madurez suficiente para resistirse. No es ningún secreto que hay una buena cantidad de puros preocupados por la ansiedad, la depresión y el bullying cibernético que andan por ahí. Parece que dicen que esos algoritmos están diseñados pa' drogar con dopamina.
Pero aquí viene el meollo del asunto. Aquí en Costa Rica, donde el celular es parte del cuerpo, cómo hacemos para implementar algo así? Ya imagínate el zarandeo. ¿Quién va a controlar eso? ¿El PANI? ¿El Ministerio de Educación? Y si lo hacemos, ¿cómo evitamos que los niños usen VPNs o creen cuentas falsas pa' saltársela? ¡Sería peor! Imagínate que se meten a sitios todavía peores...Eso sí sería un brete.
Muchos expertos están diciendo que, en lugar de prohibirlo todo, deberíamos enseñarles a los jóvenes a usar las redes sociales de forma responsable. Alfabetización digital, control parental, esas cosas. Que aprendan a manejar su tiempo y a no creerse todo lo que ven en internet. Pero claro, eso requiere esfuerzo y compromiso, y eso no es fácil en estos tiempos.
Ahora, legalmente hablando, el tema es complicado. ¿Cómo validamos la edad de alguien en internet sin pedirle datos personales sensibles a empresas extranjeras? Eso abriría otra lata de cachos con temas de privacidad y protección de datos. Además, las plataformas como Meta y TikTok seguramente reclamarían a gritos, y tendríamos que enfrentarnos a ellos en tribunales internacionales. ¡Qué torta!
Una de las cosas que más me llama la atención de toda esta historia es que Australia está asumiendo la responsabilidad como estado. Antes, siempre culpaban a los papás. Ahora, la carga la llevan las compañías tecnológicas. Están obligándolas a cerrar la llave a los menores bajo pena de multas astronómicas. Ahí sí que les duele el bolsillo. Eso pone presión a todas las demás compañías para que hagan algo parecido.
Y es que la realidad es que estamos viendo efectos negativos reales en los jóvenes. Desde retos peligrosos en TikTok hasta gente aprovechándose para robarles información personal, pasando por la constante comparación social que afecta su autoestima. No podemos seguir ignorando el problema. Necesitamos soluciones creativas y efectivas, que involucren tanto a padres como a educadores y a las propias plataformas.
Así que dime, ¿qué piensas tú? ¿Debería Costa Rica copiarle a Australia y prohibir el acceso a redes sociales a los menores de 16 años, o deberíamos enfocarnos en la educación y el control parental? ¿Estaremos dispuestos a sacrificar un poco la libertad individual por la tranquilidad mental de nuestros hijos?
