¡Aguante, maes! Resulta que hay un berrinche tremendo pasando al norte, en tierras niponas. Mientras acá nos estamos agüitando con los sofocos, los cambios de humor y la crepita pa' la osteoporosis, ellas parecen tomárselo con calma. ¿Y saben qué? Hay una explicación, y no es magia, sino comida, pura comida. Parece que las japonesas tienen el secreto pa' vivir la menopausia sin dramas, y ahora, la ciencia está tratando de entender cómo hacen eso.
Según datos recientes del Barómetro de la Menopausia 2025, en España –que es parecido a nosotras en algunas cosas– más de 10 millones de mujeres andan batallando con este proceso. Ocho de cada diez féminas mayores de 40 le tienen miedo. Entiendanme, con razón: calorazos que te derriten, noches en vela, sentirse irritable como una abeja enfadada y que el metabolismo decida irse de vacaciones sin avisar... ¡un bajón!
Pero volviendo a Japón, los registros médicos muestran algo bien diferente. Pocas mujeres sufren esos típicos malestares de la menopausia. Y la experta en salud hormonal Lurdes Álvarez afirma que no es cuestión de genes, sino de lo que llevan al plato todos los días. Ahí es donde entra el 'secreto' que está dando vueltas al mundo científico y al foro de chismes de internet.
El ingrediente clave, según la doctora Álvarez, son las isoflavonas, unos compuestos naturales que se encuentran principalmente en la soya y sus derivados. ¡Uy, la soya! Algunos le tienen miedo, otros la aman. Pero parece que estas isoflavonas son unas ayuditas poderosas: imitan, aunque sea un poquito, la acción de las hormonas femeninas que nuestro cuerpo empieza a dejar de producir cuando llega la menopausia. Imaginenlo como un empujoncito extra pa’ mantener las cosas balanceadas.
Comidas como el tofu, el tempeh y la leche de soya son parte fundamental de la dieta japonesa. Gracias a esto, esas mujeres tienen menos sofocos, mejor ánimo y hasta una protección extra para el corazón. ¡Así que ya saben, si quieren sentirde más tranquilas durante este proceso, quizás deberíamos darle una oportunidad a estas comidas!
Pero ojo, que la soya no es la única arma secreta. También está el lúpulo, esa plantita que usamos para hacer cerveza. Sí, sí, la misma que refresca nuestros fines de semana. Resulta que contiene un compuesto llamado 8-prenil-naringenina, que algunos científicos consideran el fitoestrógeno más potente que existe. Un estudio mostró que los extractos de lúpulo podrían ser hasta cien veces más efectivos que las isoflavonas de soya para aliviar los sofocos. ¡Imagínense! Quién diría que una chela podría ayudarnos a pasar este bache.
Ahora, claro, nadie espera que nos cambiemos radicalmente de la noche a la mañana. Los expertos dicen que no hay una solución mágica; lo importante es tener un enfoque integral. Comer sano, mover el cuerpo, buscar apoyo médico y cuidarnos emocionalmente. Mirar a Japón puede ser una buena inspiración, porque ellos han hecho de una alimentación rica en vegetales, legumbres y soya algo habitual en su día a día. Es como decirles a nuestras abuelas que comer picadillo y frijoles verdes no es aburrido, sino saludable y sabroso.
Según datos recientes del Barómetro de la Menopausia 2025, en España –que es parecido a nosotras en algunas cosas– más de 10 millones de mujeres andan batallando con este proceso. Ocho de cada diez féminas mayores de 40 le tienen miedo. Entiendanme, con razón: calorazos que te derriten, noches en vela, sentirse irritable como una abeja enfadada y que el metabolismo decida irse de vacaciones sin avisar... ¡un bajón!
Pero volviendo a Japón, los registros médicos muestran algo bien diferente. Pocas mujeres sufren esos típicos malestares de la menopausia. Y la experta en salud hormonal Lurdes Álvarez afirma que no es cuestión de genes, sino de lo que llevan al plato todos los días. Ahí es donde entra el 'secreto' que está dando vueltas al mundo científico y al foro de chismes de internet.
El ingrediente clave, según la doctora Álvarez, son las isoflavonas, unos compuestos naturales que se encuentran principalmente en la soya y sus derivados. ¡Uy, la soya! Algunos le tienen miedo, otros la aman. Pero parece que estas isoflavonas son unas ayuditas poderosas: imitan, aunque sea un poquito, la acción de las hormonas femeninas que nuestro cuerpo empieza a dejar de producir cuando llega la menopausia. Imaginenlo como un empujoncito extra pa’ mantener las cosas balanceadas.
Comidas como el tofu, el tempeh y la leche de soya son parte fundamental de la dieta japonesa. Gracias a esto, esas mujeres tienen menos sofocos, mejor ánimo y hasta una protección extra para el corazón. ¡Así que ya saben, si quieren sentirde más tranquilas durante este proceso, quizás deberíamos darle una oportunidad a estas comidas!
Pero ojo, que la soya no es la única arma secreta. También está el lúpulo, esa plantita que usamos para hacer cerveza. Sí, sí, la misma que refresca nuestros fines de semana. Resulta que contiene un compuesto llamado 8-prenil-naringenina, que algunos científicos consideran el fitoestrógeno más potente que existe. Un estudio mostró que los extractos de lúpulo podrían ser hasta cien veces más efectivos que las isoflavonas de soya para aliviar los sofocos. ¡Imagínense! Quién diría que una chela podría ayudarnos a pasar este bache.
Ahora, claro, nadie espera que nos cambiemos radicalmente de la noche a la mañana. Los expertos dicen que no hay una solución mágica; lo importante es tener un enfoque integral. Comer sano, mover el cuerpo, buscar apoyo médico y cuidarnos emocionalmente. Mirar a Japón puede ser una buena inspiración, porque ellos han hecho de una alimentación rica en vegetales, legumbres y soya algo habitual en su día a día. Es como decirles a nuestras abuelas que comer picadillo y frijoles verdes no es aburrido, sino saludable y sabroso.