Bueno, bueno, bueno... Diciembre llegó volando y con él, la obligatoriedad de ponernos las pilas con el tercer adelanto del impuesto sobre la renta. Ya saben, esos trámites que a veces nos hacen sudar frío como cuando vamos a la OFI y nos toca hacer fila detrás de un señor que no entiende cómo funciona el cajero automático. Pero tranquilos, que aquí les voy a explicar todo pa' que no se vayan con la sorpresa y eviten que Hacienda les ponga el dedo encima.
Para empezar, esto no es novedad. Hacienda lleva rato sacándonos los canas verdes con estos adelantos, pero parece que cada año la gente se acuerda en el último minuto, generando un montón de papeleo innecesario y, peor aún, multas. El plazo límite es el 31 de diciembre, así que no le echen lana de gallina hasta el último día. Pa’ eso tenemos el estrés de los aguinaldos y las fiestas familiares, ¿verdad?
Ahora, la clave está en saber cuánto tienes que pagar. No es tan complicado, aunque a veces la calculadora nos juega una mala pasada. Básicamente, tienes que comparar dos números: el promedio del impuesto que pagaste los últimos tres años, o la renta neta de esos mismos años, contra el impuesto que determinaste en el 2024. El número más alto es con el que vas a calcular el 25%. Y listo, ahí tienes tu adelanto. Suena fácil, ¿no? Pues ojo, porque hay detalles que pueden cambiarle el panorama al bolsillo.
Aquí viene el truco: si tuviste ingresos extras el año pasado, digamos unas acciones que vendiste o algún inventario que sacaste fuera, y eso influyó en tu renta neta, no te alarmes. Podrías pedir una reducción, ¡o hasta la eliminación total! de ese adelanto. Eso se hace directo en TRIBU-CR, donde ahora tienen que hacer todo. Se acabó la época de ir corriendo a la oficina, pues ya todo es digital, y eso a algunos nos cuesta más que aprender inglés, ¡diay!
Y hablando de TRIBU-CR, aprovecha también para ver si tienes saldos a favor, como retenciones del 2% de renta o cualquier otro impuesto que te haya retenido Hacienda. Si tienes algo guardado, puedes usarlo para aplacar el golpe del adelanto. Imagínate tener unos cuantos quetzales ahí y poder restarle algo a lo que tienes que pagar... ¡qué alivio! Así que échale un ojo a la plataforma y ve si te puedes hacer unos ahorritos.
Pero acuérdense de algo importante: la ley del impuesto sobre la renta sigue siendo la misma. Nada de cambios drásticos en las tarifas ni en cómo se calcula. Lo único que cambió fue la forma de presentar y pagar, y eso puede ser un dolor de cabeza para los que estamos acostumbrados a las viejas costumbres. Entonces, prepárense para navegar entre botones y plataformas nuevas, ¡y rezar para que no haya fallas técnicas justo cuando necesitan entregar! Porque eso sería un despiche considerable.
El Colegio de Contadores Públicos está recomendando revisar bien todos los papeles y usar las herramientas que nos da Hacienda. No esperen a estar apurados a última hora, porque al final terminamos cometiendo errores y pagando intereses y recargos. Mejor prevenir que lamentar, como dice mi abuela… Y hablando de preventivos, ¡revisen sus declaraciones! Asegúrense de que todo esté correcto antes de pensar en las posadas y el turrón.
Así que ya lo saben, mae. Tercer adelanto de renta, plazo limitado, trámites digitales y posibles sorpresas en el camino. ¡A ponerle empeño y organizarnos para cerrar el año con el pie derecho! Ahora dime, ¿cree usted que Hacienda debería simplificar más los procesos para pagar estos adelantos o que siga siendo como está, que uno tiene que ser casi contador para entenderlos?
Para empezar, esto no es novedad. Hacienda lleva rato sacándonos los canas verdes con estos adelantos, pero parece que cada año la gente se acuerda en el último minuto, generando un montón de papeleo innecesario y, peor aún, multas. El plazo límite es el 31 de diciembre, así que no le echen lana de gallina hasta el último día. Pa’ eso tenemos el estrés de los aguinaldos y las fiestas familiares, ¿verdad?
Ahora, la clave está en saber cuánto tienes que pagar. No es tan complicado, aunque a veces la calculadora nos juega una mala pasada. Básicamente, tienes que comparar dos números: el promedio del impuesto que pagaste los últimos tres años, o la renta neta de esos mismos años, contra el impuesto que determinaste en el 2024. El número más alto es con el que vas a calcular el 25%. Y listo, ahí tienes tu adelanto. Suena fácil, ¿no? Pues ojo, porque hay detalles que pueden cambiarle el panorama al bolsillo.
Aquí viene el truco: si tuviste ingresos extras el año pasado, digamos unas acciones que vendiste o algún inventario que sacaste fuera, y eso influyó en tu renta neta, no te alarmes. Podrías pedir una reducción, ¡o hasta la eliminación total! de ese adelanto. Eso se hace directo en TRIBU-CR, donde ahora tienen que hacer todo. Se acabó la época de ir corriendo a la oficina, pues ya todo es digital, y eso a algunos nos cuesta más que aprender inglés, ¡diay!
Y hablando de TRIBU-CR, aprovecha también para ver si tienes saldos a favor, como retenciones del 2% de renta o cualquier otro impuesto que te haya retenido Hacienda. Si tienes algo guardado, puedes usarlo para aplacar el golpe del adelanto. Imagínate tener unos cuantos quetzales ahí y poder restarle algo a lo que tienes que pagar... ¡qué alivio! Así que échale un ojo a la plataforma y ve si te puedes hacer unos ahorritos.
Pero acuérdense de algo importante: la ley del impuesto sobre la renta sigue siendo la misma. Nada de cambios drásticos en las tarifas ni en cómo se calcula. Lo único que cambió fue la forma de presentar y pagar, y eso puede ser un dolor de cabeza para los que estamos acostumbrados a las viejas costumbres. Entonces, prepárense para navegar entre botones y plataformas nuevas, ¡y rezar para que no haya fallas técnicas justo cuando necesitan entregar! Porque eso sería un despiche considerable.
El Colegio de Contadores Públicos está recomendando revisar bien todos los papeles y usar las herramientas que nos da Hacienda. No esperen a estar apurados a última hora, porque al final terminamos cometiendo errores y pagando intereses y recargos. Mejor prevenir que lamentar, como dice mi abuela… Y hablando de preventivos, ¡revisen sus declaraciones! Asegúrense de que todo esté correcto antes de pensar en las posadas y el turrón.
Así que ya lo saben, mae. Tercer adelanto de renta, plazo limitado, trámites digitales y posibles sorpresas en el camino. ¡A ponerle empeño y organizarnos para cerrar el año con el pie derecho! Ahora dime, ¿cree usted que Hacienda debería simplificar más los procesos para pagar estos adelantos o que siga siendo como está, que uno tiene que ser casi contador para entenderlos?