¡Ay, Dios mío, qué vaina! La industria alimentaria está echándole duro pa' que cambie la situación del alcohol acá en Costa Rica. Parece que ya se cansaron de tener que bailar al son de Fanal, la fábrica que controla todo este brete. Según los de Cacia, esto les está costando un ojo de la cara y frenando el crecimiento de muchos negocios pequeños y medianos.
Todo este rollo viene por culpa de una ley antigua, vamos, de finales del siglo XIX, que dio el monopolio a Fanal. Originalmente, la idea era controlar el licor y evitar cosas raras, tipo contrabando y demás, pero ahora dicen que es como tener una pata atada. Imagínate, tener que pedir permiso pa' usar alcohol en tus productos, ¡qué torta!
Juan Ignacio Pérez, el jefe de Cacia, le soltó la bomba a Diario Extra explicando que Fanal no es ni siquiera el que fabrica el alcohol, sino más bien un intermediario. “Los que realmente lo producen son los ingenios, ¿me entiendes? Fanal solo juega a ser el mediador y así el Estado controla quién compra y quién no. Pero esa ley, heredada de los antepasados, nos tiene atados a todos.” Y eso, mis panas, implica tener que comprarles el alcohol a ellos, sin opción.
Lo peor es que, según Pérez, este monopolio les está generando un sobreprecio que supera el 30% en la materia prima. ¡Un peluche! Eso afecta directamente los precios que ustedes y yo pagamos por los productos en el supermercado. Y ni hablar de las empresas que necesitan alcohol para otros procesos productivos; tienen que andar rogando cuotas a Fanal, ¡una lata tremenda!
Y pa’ colmo, la Regla Fiscal, esa que nos ha complicado la vida a todos, ha pegado duro a Fanal. Ahora la entiidad hasta anda con problemas pa’ comprar alcohol a los productores nacionales. En 2022, apenas pudieron vender 7.5 millones de litros, contra los 11 millones del año anterior. “Se han puesto a contabilizar las compras de alcohol como si fueran gastos… ¿te imaginas?, llega un momento en que Fanal dice ‘no tengo lana pa’ comprar más’, y a toda la industria le toca quedarse sin producto”, lamenta Pérez. ¡Qué despiche!
Entonces, ¿cuál es la solución? Según los expertos, la industria debería poder negociar directamente con los ingenios, sin pasar por el filtro de Fanal. Sería como ponerle las cosas fáciles a los productores y dejar que cada quien haga su negocio. Incluso sugieren que se pueda importar la materia prima si resulta más barato, pero siempre y cuando haya competencia justa.
Pero no solo el alcohol es el problema, según Pérez. Hay otras capas de proteccionismo que hay que quitar. Mencionó que Laica, la asociación de ingenios, también pone trabas, aunque dice que si todos los ingenios estuvieran de acuerdo en que Laica sea su representante, no importaría. Lo importante es que los industriales tengan opciones y puedan competir en igualdad de condiciones. Además, enfatizó que tenemos que ser más eficientes y flexibles para enfrentar los desafíos globales. Infraestructura, seguridad y educación son, según él, los pilares fundamentales.
Al final del día, parece que esta vaina podría cambiar el panorama de la industria alimentaria en Costa Rica, pero todavía hay mucho camino por recorrer. ¿Ustedes creen que es justo que Fanal tenga tanto control sobre el alcohol? ¿Deberíamos abrir el mercado y dejar que los productores negocien directamente con los ingenios, o prefiere mantener el sistema actual?
Todo este rollo viene por culpa de una ley antigua, vamos, de finales del siglo XIX, que dio el monopolio a Fanal. Originalmente, la idea era controlar el licor y evitar cosas raras, tipo contrabando y demás, pero ahora dicen que es como tener una pata atada. Imagínate, tener que pedir permiso pa' usar alcohol en tus productos, ¡qué torta!
Juan Ignacio Pérez, el jefe de Cacia, le soltó la bomba a Diario Extra explicando que Fanal no es ni siquiera el que fabrica el alcohol, sino más bien un intermediario. “Los que realmente lo producen son los ingenios, ¿me entiendes? Fanal solo juega a ser el mediador y así el Estado controla quién compra y quién no. Pero esa ley, heredada de los antepasados, nos tiene atados a todos.” Y eso, mis panas, implica tener que comprarles el alcohol a ellos, sin opción.
Lo peor es que, según Pérez, este monopolio les está generando un sobreprecio que supera el 30% en la materia prima. ¡Un peluche! Eso afecta directamente los precios que ustedes y yo pagamos por los productos en el supermercado. Y ni hablar de las empresas que necesitan alcohol para otros procesos productivos; tienen que andar rogando cuotas a Fanal, ¡una lata tremenda!
Y pa’ colmo, la Regla Fiscal, esa que nos ha complicado la vida a todos, ha pegado duro a Fanal. Ahora la entiidad hasta anda con problemas pa’ comprar alcohol a los productores nacionales. En 2022, apenas pudieron vender 7.5 millones de litros, contra los 11 millones del año anterior. “Se han puesto a contabilizar las compras de alcohol como si fueran gastos… ¿te imaginas?, llega un momento en que Fanal dice ‘no tengo lana pa’ comprar más’, y a toda la industria le toca quedarse sin producto”, lamenta Pérez. ¡Qué despiche!
Entonces, ¿cuál es la solución? Según los expertos, la industria debería poder negociar directamente con los ingenios, sin pasar por el filtro de Fanal. Sería como ponerle las cosas fáciles a los productores y dejar que cada quien haga su negocio. Incluso sugieren que se pueda importar la materia prima si resulta más barato, pero siempre y cuando haya competencia justa.
Pero no solo el alcohol es el problema, según Pérez. Hay otras capas de proteccionismo que hay que quitar. Mencionó que Laica, la asociación de ingenios, también pone trabas, aunque dice que si todos los ingenios estuvieran de acuerdo en que Laica sea su representante, no importaría. Lo importante es que los industriales tengan opciones y puedan competir en igualdad de condiciones. Además, enfatizó que tenemos que ser más eficientes y flexibles para enfrentar los desafíos globales. Infraestructura, seguridad y educación son, según él, los pilares fundamentales.
Al final del día, parece que esta vaina podría cambiar el panorama de la industria alimentaria en Costa Rica, pero todavía hay mucho camino por recorrer. ¿Ustedes creen que es justo que Fanal tenga tanto control sobre el alcohol? ¿Deberíamos abrir el mercado y dejar que los productores negocien directamente con los ingenios, o prefiere mantener el sistema actual?