¡Ay, Dios mío! Esto sí que está feo. Los agricultores de Costa Rica, hartos de esperar y ver cómo se les va el rancho, han convocado a una marcha masiva este martes 11 de noviembre. No es bronca, es desesperación pura. Se dice que miles van a salir a las calles, desde Pavas hasta Bagacesito, exigiendo cambios ya. La cosa está que arde, diay.
Desde hace meses, el sector agrícola lleva tiempo chillando a plena voz – bueno, intentándolo – ante la falta de respuesta del gobierno. Promesas incumplidas, subsidios que nunca llegan, importaciones baratas que los ahogan… una lista larga de calamidades que han puesto a muchos productores al borde del abismo financiero. Algunos ya se fueron al traste, otros aguantando como pueden, pero la paciencia se acaba, y vaya que se acabó. Esta marcha es la demostración más clara de que la situación es crítica.
La movilización, organizada bajo el lema “Por nuestra tierra, por nuestro sustento”, comenzará puntualmente a las nueve de la mañana en el Parque Central. De ahí, la caravana de tractores, camiones cargados de hortalizas y campesinos enfurecidos marchará hacia Casa Presidencial, donde esperan entregar un pliego petitorio con sus demandas. Según fuentes cercanas a la organización, la intención no es causar disturbios, sino hacer escuchar su voz y llamar la atención de las autoridades.
“Nosotros no queremos regaños, queremos soluciones,” declaró don José Oviedo, vocero del movimiento agrario, durante una conferencia de prensa realizada este miércoles. “Hemos sido ninguneados, ignorados y tratados como si fuéramos invisibles. Pero estamos vivos, trabajamos la tierra, proveemos alimento a las familias costarricenses y merecemos respeto y apoyo.” Don José, con la cara curtida por el sol y la preocupación, remarcó que la marcha es un acto de amor por el campo y por el futuro de sus hijos.
Entre las principales exigencias planteadas por los agricultores figuran políticas públicas efectivas para fortalecer la producción nacional, precios justos para sus productos, renegociación de deudas agrícolas, acceso a créditos blandos y apoyo técnico para enfrentar los desafíos del cambio climático. También piden un alto inmediato a la entrada indiscriminada de productos importados que, aseguran, compiten deslealmente con la producción local. ¡Qué carga tener que luchar contra viento y marea solo para sobrevivir!
Además de las reivindicaciones económicas, los agricultores también denuncian la falta de inversión en infraestructura rural, carreteras en mal estado, sistemas de riego deficientes y ausencia de asistencia técnica especializada. “Es como si el gobierno pensara que la agricultura es cosa del pasado, que podemos seguir esperando mientras las tierras se secan y las cosechas se pierden,” lamentaba doña María Elena, una productora de café de Tarrazú que participará en la marcha. “Estamos cansados de promesas vacías y necesitamos hechos concretos que demuestren que el gobierno realmente se preocupa por el sector agrícola.”
Lo curioso del caso es que los organizadores han invitado a todos los candidatos a la presidencia de la República a sumarse a la marcha, aunque sea como observadores. Quieren que los aspirantes a liderar el país vean de primera mano la realidad del campo, escuchen las preocupaciones de los agricultores y formulen propuestas reales y viables para impulsar el desarrollo del sector. “Que vengan a sentir lo que sentimos, a caminar por nuestros caminos, a hablar con nuestras familias,” desafió don Ricardo, otro productor involucrado en la organización del paro. “Así sabrán de qué pie saltan si quieren gobernar este país.
En fin, la marcha del 11 de noviembre promete ser un día histórico para el sector agrícola costarricense. Un grito desesperado, pero lleno de esperanza, por un futuro mejor para el campo y para toda la nación. ¿Cree usted que esta movilización logrará despertar conciencias en el gobierno y generar cambios significativos para los agricultores, o simplemente será otra manifestación olvidada entre tantas otras? Déjeme saber su opinión en los comentarios.
Desde hace meses, el sector agrícola lleva tiempo chillando a plena voz – bueno, intentándolo – ante la falta de respuesta del gobierno. Promesas incumplidas, subsidios que nunca llegan, importaciones baratas que los ahogan… una lista larga de calamidades que han puesto a muchos productores al borde del abismo financiero. Algunos ya se fueron al traste, otros aguantando como pueden, pero la paciencia se acaba, y vaya que se acabó. Esta marcha es la demostración más clara de que la situación es crítica.
La movilización, organizada bajo el lema “Por nuestra tierra, por nuestro sustento”, comenzará puntualmente a las nueve de la mañana en el Parque Central. De ahí, la caravana de tractores, camiones cargados de hortalizas y campesinos enfurecidos marchará hacia Casa Presidencial, donde esperan entregar un pliego petitorio con sus demandas. Según fuentes cercanas a la organización, la intención no es causar disturbios, sino hacer escuchar su voz y llamar la atención de las autoridades.
“Nosotros no queremos regaños, queremos soluciones,” declaró don José Oviedo, vocero del movimiento agrario, durante una conferencia de prensa realizada este miércoles. “Hemos sido ninguneados, ignorados y tratados como si fuéramos invisibles. Pero estamos vivos, trabajamos la tierra, proveemos alimento a las familias costarricenses y merecemos respeto y apoyo.” Don José, con la cara curtida por el sol y la preocupación, remarcó que la marcha es un acto de amor por el campo y por el futuro de sus hijos.
Entre las principales exigencias planteadas por los agricultores figuran políticas públicas efectivas para fortalecer la producción nacional, precios justos para sus productos, renegociación de deudas agrícolas, acceso a créditos blandos y apoyo técnico para enfrentar los desafíos del cambio climático. También piden un alto inmediato a la entrada indiscriminada de productos importados que, aseguran, compiten deslealmente con la producción local. ¡Qué carga tener que luchar contra viento y marea solo para sobrevivir!
Además de las reivindicaciones económicas, los agricultores también denuncian la falta de inversión en infraestructura rural, carreteras en mal estado, sistemas de riego deficientes y ausencia de asistencia técnica especializada. “Es como si el gobierno pensara que la agricultura es cosa del pasado, que podemos seguir esperando mientras las tierras se secan y las cosechas se pierden,” lamentaba doña María Elena, una productora de café de Tarrazú que participará en la marcha. “Estamos cansados de promesas vacías y necesitamos hechos concretos que demuestren que el gobierno realmente se preocupa por el sector agrícola.”
Lo curioso del caso es que los organizadores han invitado a todos los candidatos a la presidencia de la República a sumarse a la marcha, aunque sea como observadores. Quieren que los aspirantes a liderar el país vean de primera mano la realidad del campo, escuchen las preocupaciones de los agricultores y formulen propuestas reales y viables para impulsar el desarrollo del sector. “Que vengan a sentir lo que sentimos, a caminar por nuestros caminos, a hablar con nuestras familias,” desafió don Ricardo, otro productor involucrado en la organización del paro. “Así sabrán de qué pie saltan si quieren gobernar este país.
En fin, la marcha del 11 de noviembre promete ser un día histórico para el sector agrícola costarricense. Un grito desesperado, pero lleno de esperanza, por un futuro mejor para el campo y para toda la nación. ¿Cree usted que esta movilización logrará despertar conciencias en el gobierno y generar cambios significativos para los agricultores, o simplemente será otra manifestación olvidada entre tantas otras? Déjeme saber su opinión en los comentarios.