¡Ay, Dios mío, qué historia más inspiradora! Cinco guerreras, sobrevivientes de cáncer, acabaron de completar el Reto Pelayo Vida, recorriendo nuestro hermoso país de costa a costa. Quince días de pura adrenalina, retos físicos y un montón de cosquillas al corazón verlas levantándose día tras día. ¡Se lo comieron to’!”, así dicen por ahí.
El Reto Pelayo Vida, ya van once años haciéndolo, siempre ha sido más que una carrera; es un homenaje a la vida y una demostración de que, aunque te dé un buen golpe la existencia, se puede seguir luchando. Este año, las cinco expedicionarias –Verónica Guillén, Mapi Morón, Idoia Fernández, Toñi Delgado y Eduina Rodríguez– le pusieron ganas al asunto, enfrentando terrenos complicadísimos y condiciones climáticas que ni el clima tico más loco inventaba.
Imagínate: empezaron en Playa Matapalo, en el Pacífico, con arena caliente y olas bravas, y terminaron en Turrialba, en el Caribe, rodeadas de selva húmeda y montañas imponentes. En medio, pasaron pedaleando por senderos empinados, remando rápidos turbulentos, caminando por lodo hasta las rodillas y escalando cerros que parecían tocar el cielo. Un brete, díganle a quien diga.
Y ni hablar del terreno. Desde Santa María hasta Río Pejibaye, pasando por Cerro Vueltas y Mollejones, estas mujeres se robaron el show. Se enfrentaron a la humedad pegajosa de la selva, a las lluvias torrenciales que te dejan como si te hubieran metido en un colador y a un calorcito que derretía hasta las piedras. Pero con una sonrisa y mucho temple tico, siguieron adelante. ¡Qué cargas!
Una de las participantes, Verónica Guillén, nos comentó que las tierras costarricenses les parecieron increíbles. Según ella, se quedaron embelesadas con la belleza de nuestros bosques, nuestras playas paradisíacas y, sobre todo, con la calidez de nuestra gente. “Nos recibieron con los brazos abiertos, nos dieron ánimos cuando estábamos flojas y nos hicieron sentir parte de este lindo país,” nos dijo con los ojos brillosos.
El cierre del reto en Turrialba estuvo cargado de emociones. El ICT (Instituto Costarricense de Turismo) organizó un recibimiento espectacular, con la participación de quince mujeres turrialbeñas también sobrevivientes de cáncer, quienes compartieron sus historias con las expedicionarias. Alberto López, el gerente del ICT, no pudo evitar decir que esta actividad es la viva representación del ‘Pura Vida’ costarricense. ¡Un abrazo enorme a esas mujeres!
Además, hubo música típica, comida deliciosa y la entrega de artesanías hechas por manos talentosas del programa 'Artesanías con Identidad'. Las autoridades locales, incluyendo al alcalde Carlos Hidalgo, expresaron su orgullo por albergar la última etapa de esta competencia tan especial. Y mientras tanto, el documental que grabaron durante todo el recorrido, promete dejar boquiabiertos, mostrando los paisajes asombrosos de Costa Rica y la increíble fuerza de voluntad de estas mujeres. Ya está programado para salir en Amazon Prime Video en 2026. ¡Qué tuanis!
Ahora me pregunto, queridos lectores del Foro, ¿qué mensaje creen que este tipo de iniciativas transmite a la sociedad costarricense sobre la importancia de la perseverancia y la unión frente a la adversidad? ¿Deberíamos impulsar más proyectos como el Reto Pelayo Vida para inspirar a otros a superar sus propios desafíos?
El Reto Pelayo Vida, ya van once años haciéndolo, siempre ha sido más que una carrera; es un homenaje a la vida y una demostración de que, aunque te dé un buen golpe la existencia, se puede seguir luchando. Este año, las cinco expedicionarias –Verónica Guillén, Mapi Morón, Idoia Fernández, Toñi Delgado y Eduina Rodríguez– le pusieron ganas al asunto, enfrentando terrenos complicadísimos y condiciones climáticas que ni el clima tico más loco inventaba.
Imagínate: empezaron en Playa Matapalo, en el Pacífico, con arena caliente y olas bravas, y terminaron en Turrialba, en el Caribe, rodeadas de selva húmeda y montañas imponentes. En medio, pasaron pedaleando por senderos empinados, remando rápidos turbulentos, caminando por lodo hasta las rodillas y escalando cerros que parecían tocar el cielo. Un brete, díganle a quien diga.
Y ni hablar del terreno. Desde Santa María hasta Río Pejibaye, pasando por Cerro Vueltas y Mollejones, estas mujeres se robaron el show. Se enfrentaron a la humedad pegajosa de la selva, a las lluvias torrenciales que te dejan como si te hubieran metido en un colador y a un calorcito que derretía hasta las piedras. Pero con una sonrisa y mucho temple tico, siguieron adelante. ¡Qué cargas!
Una de las participantes, Verónica Guillén, nos comentó que las tierras costarricenses les parecieron increíbles. Según ella, se quedaron embelesadas con la belleza de nuestros bosques, nuestras playas paradisíacas y, sobre todo, con la calidez de nuestra gente. “Nos recibieron con los brazos abiertos, nos dieron ánimos cuando estábamos flojas y nos hicieron sentir parte de este lindo país,” nos dijo con los ojos brillosos.
El cierre del reto en Turrialba estuvo cargado de emociones. El ICT (Instituto Costarricense de Turismo) organizó un recibimiento espectacular, con la participación de quince mujeres turrialbeñas también sobrevivientes de cáncer, quienes compartieron sus historias con las expedicionarias. Alberto López, el gerente del ICT, no pudo evitar decir que esta actividad es la viva representación del ‘Pura Vida’ costarricense. ¡Un abrazo enorme a esas mujeres!
Además, hubo música típica, comida deliciosa y la entrega de artesanías hechas por manos talentosas del programa 'Artesanías con Identidad'. Las autoridades locales, incluyendo al alcalde Carlos Hidalgo, expresaron su orgullo por albergar la última etapa de esta competencia tan especial. Y mientras tanto, el documental que grabaron durante todo el recorrido, promete dejar boquiabiertos, mostrando los paisajes asombrosos de Costa Rica y la increíble fuerza de voluntad de estas mujeres. Ya está programado para salir en Amazon Prime Video en 2026. ¡Qué tuanis!
Ahora me pregunto, queridos lectores del Foro, ¿qué mensaje creen que este tipo de iniciativas transmite a la sociedad costarricense sobre la importancia de la perseverancia y la unión frente a la adversidad? ¿Deberíamos impulsar más proyectos como el Reto Pelayo Vida para inspirar a otros a superar sus propios desafíos?