¡Ay, Dios mío! Parece que el sol se va de vacaciones, porque el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) nos avisa que este domingo no nos vamos a escapar de las lluvias. Ya saben cómo anda el clima últimamente, una cosa muy movida… parece que le dieron “carga” al tiempo.
Después de varios días de esa inestabilidad que nos ha tenido a todos en alerta –con el termómetro subiendo y bajando como popote–, ahora nos toca prepararnos para otra oleada de aguaceros. El IMN dice que las condiciones se mantienen similares a las semanas anteriores, así que saquen sus paraguas y abríguen bien a los pequeños, diay.
Lo que pinta más feo para empezar es en nuestras costas. Tanto la costa Pacífica como la Caribeña van a recibir una buena dosis de humedad desde temprano. Imagínense, madrugadores buscando café calentito y ¡bam!, les cae un chaparrón. En fin, pues… siempre hay que estar listos pa’ cualquier cosa en este país.
Pero ojo, ¡no todo está perdido! Parece que el Pacífico Norte podría tener un poco más de respiro, aunque no se hagan ilusiones demasiado, que el clima aquí es más cambiante que mi ex. Según el reporte, la tarde traerá consigo la extensión de esas nubes cargadas hacia las cordilleras, la Zona Norte, el Valle Central e incluso la vertiente del Pacífico. Qué brete, cambian las cosas rapidito.
Y hablando de la tarde, preparen los chunches si tienen planes al aire libre, porque ahí es cuando más probabilidad de lluvia tenemos. Algunos expertos dicen que estos patrones climáticos son consecuencia del fenómeno de El Niño, que ya sabemos, nos trae calorcito y sequías, pero también estos aguaceros inesperados. Un verdadero tortilla, vaya.
Claro, no olvidemos esos vientos alisios que andan dando vueltas, esta vez prometen llegar con fuerza moderada a fuerte. Así que, si tienen objetos sueltos en patios o balcones, ¡mejor asegúrenlos! No queremos que el viento se los lleve volando como hojas secas, ¿verdad, mae?
Ahora, más allá de la molestia de las lluvias, recordemos que estas precipitaciones son necesarias para nuestros ríos, lagos y reservas de agua. Aunque a veces nos molesten, el agua es vida, y necesitamos mantener esos ecosistemas saludables para nuestro futuro. Y no olvidemos que la agricultura depende de esto, entonces, a pesar de los inconvenientes, ¡hay que darle gracias al cielo!
Con todo esto dicho, me pregunto: ¿crees que deberíamos acostumbrarnos a vivir con este tipo de cambios climáticos erráticos o qué medidas urgentes debemos tomar a nivel nacional y global para mitigar los efectos del cambio climático y proteger nuestra querida Costa Rica?
Después de varios días de esa inestabilidad que nos ha tenido a todos en alerta –con el termómetro subiendo y bajando como popote–, ahora nos toca prepararnos para otra oleada de aguaceros. El IMN dice que las condiciones se mantienen similares a las semanas anteriores, así que saquen sus paraguas y abríguen bien a los pequeños, diay.
Lo que pinta más feo para empezar es en nuestras costas. Tanto la costa Pacífica como la Caribeña van a recibir una buena dosis de humedad desde temprano. Imagínense, madrugadores buscando café calentito y ¡bam!, les cae un chaparrón. En fin, pues… siempre hay que estar listos pa’ cualquier cosa en este país.
Pero ojo, ¡no todo está perdido! Parece que el Pacífico Norte podría tener un poco más de respiro, aunque no se hagan ilusiones demasiado, que el clima aquí es más cambiante que mi ex. Según el reporte, la tarde traerá consigo la extensión de esas nubes cargadas hacia las cordilleras, la Zona Norte, el Valle Central e incluso la vertiente del Pacífico. Qué brete, cambian las cosas rapidito.
Y hablando de la tarde, preparen los chunches si tienen planes al aire libre, porque ahí es cuando más probabilidad de lluvia tenemos. Algunos expertos dicen que estos patrones climáticos son consecuencia del fenómeno de El Niño, que ya sabemos, nos trae calorcito y sequías, pero también estos aguaceros inesperados. Un verdadero tortilla, vaya.
Claro, no olvidemos esos vientos alisios que andan dando vueltas, esta vez prometen llegar con fuerza moderada a fuerte. Así que, si tienen objetos sueltos en patios o balcones, ¡mejor asegúrenlos! No queremos que el viento se los lleve volando como hojas secas, ¿verdad, mae?
Ahora, más allá de la molestia de las lluvias, recordemos que estas precipitaciones son necesarias para nuestros ríos, lagos y reservas de agua. Aunque a veces nos molesten, el agua es vida, y necesitamos mantener esos ecosistemas saludables para nuestro futuro. Y no olvidemos que la agricultura depende de esto, entonces, a pesar de los inconvenientes, ¡hay que darle gracias al cielo!
Con todo esto dicho, me pregunto: ¿crees que deberíamos acostumbrarnos a vivir con este tipo de cambios climáticos erráticos o qué medidas urgentes debemos tomar a nivel nacional y global para mitigar los efectos del cambio climático y proteger nuestra querida Costa Rica?
