¡Ay, Dios mío, qué bronca! Este fin de semana nos dio un chaparrón que ni les cuento. Según el INM, fue como seis veces más intenso de lo que normalmente llueve acá. Imagínate, un diluvio digno de película, dejando a varios vecinos buscando dónde meterse. Parecía que el cielo se le vino encima, ¡qué torta!
El meteorólogo Eladio Solano, con toda la calma del mundo, nos explica que llovió a cántaros desde el sábado al mediodía hasta la mañana del domingo. Entre 150 y 200 litros por metro cuadrado, ¡ufff! Eso sí que es mojarse bien, chunche. Y no solo eso, sino que duró un montón, lo que provocó que ríos se desbordaran y algunas lomas dieran deslizamientos, ahí en San Ramón y Puntarenas. Menos mal que no hubo tragedias mayores, aunque la preocupación sí andaba rondando.
Para ponerle un poco de perspectiva, el INM nos dice que un aguacero normal en estos tiempos anda más o menos entre 30 y 35 mililitros. Entonces, esto que nos cayó fue unas seis veces más, ¡imagínate el jale! A ver quién no se agarró un sustillo, porque este clima, vamos, nos puso a todos a sudar frío. La CNE ya tuvo que abrir unos cuantos albergues para ayudar a la gente que se quedó sin casa o sin poder regresar a la suya.
Y hablando de gente necesitada, tenemos 453 personas refugiándose en diferentes lugares. La mayoría, unos 336 compas, están en la Escuela Riojalandia, allá en El Roble de Puntarenas. También hay 103 en la Escuela Augusto Colombari, en Barranca. Y otros 14, buscando refugio en el salón comunal de Paraíso, en Santa Cruz. Una muestra clara de cómo nos puede golpear la naturaleza si no estamos preparados.
Pero ojo, que esto no va a terminar acá. El INM advierte que a partir del miércoles, probablemente se ponga a llover aún más fuerte, sobre todo en el Pacífico y el Valle Central. Parece que la circulación de la atmósfera no nos quiere dar respiro. Además, la Zona de Convergencia Intertropical sigue cerca de Costa Rica, trayendo consigo altos niveles de humedad, así que agarren los impermeables y prepárense para lo peor, maes.
Lo que viene ahora, señores, es una vaguada atmosférica –algo así como una zona de baja presión– que se va a juntar con todo esto y va a aumentar la inestabilidad. Esto provoca que suba el aire caliente y húmedo, creando nubes más densas y aguaceros de mayor intensidad. Ya saben, lo típico de octubre, el mes en que más llueve en todo el año. Con razón dicen que octubre es un brete, porque siempre te da guerra con el clima.
Y como si fuera poco, ¡también tenemos una onda tropical acechándonos! La número 36 se mueve por el Atlántico, pero existe un 80% de probabilidad de que se convierta en ciclón tropical entre esta semana y la próxima. Aunque los modelos indican que no nos afectará directamente, ¡más vale prevenir que lamentar! No nos hagamos ilusiones, el mar tiene sus propios planes y nosotros debemos estar listos para cualquier eventualidad. Así que mantengan un ojo en las noticias y sigan las recomendaciones de las autoridades, porfa.
En resumen, estamos en medio de una tormenta perfecta: lluvias torrenciales, posibles deslizamientos, una onda tropical con potencial de huracán… ¡qué cuidado! Hay que tener mucha precaución, sobre todo en zonas propensas a inundaciones. Recordemos que los suelos siguen empapados de tanto aguacero reciente. Considerando todo esto, ¿creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para proteger a la población frente a estos fenómenos climáticos extremos, o simplemente esperar a que pase lo peor?
El meteorólogo Eladio Solano, con toda la calma del mundo, nos explica que llovió a cántaros desde el sábado al mediodía hasta la mañana del domingo. Entre 150 y 200 litros por metro cuadrado, ¡ufff! Eso sí que es mojarse bien, chunche. Y no solo eso, sino que duró un montón, lo que provocó que ríos se desbordaran y algunas lomas dieran deslizamientos, ahí en San Ramón y Puntarenas. Menos mal que no hubo tragedias mayores, aunque la preocupación sí andaba rondando.
Para ponerle un poco de perspectiva, el INM nos dice que un aguacero normal en estos tiempos anda más o menos entre 30 y 35 mililitros. Entonces, esto que nos cayó fue unas seis veces más, ¡imagínate el jale! A ver quién no se agarró un sustillo, porque este clima, vamos, nos puso a todos a sudar frío. La CNE ya tuvo que abrir unos cuantos albergues para ayudar a la gente que se quedó sin casa o sin poder regresar a la suya.
Y hablando de gente necesitada, tenemos 453 personas refugiándose en diferentes lugares. La mayoría, unos 336 compas, están en la Escuela Riojalandia, allá en El Roble de Puntarenas. También hay 103 en la Escuela Augusto Colombari, en Barranca. Y otros 14, buscando refugio en el salón comunal de Paraíso, en Santa Cruz. Una muestra clara de cómo nos puede golpear la naturaleza si no estamos preparados.
Pero ojo, que esto no va a terminar acá. El INM advierte que a partir del miércoles, probablemente se ponga a llover aún más fuerte, sobre todo en el Pacífico y el Valle Central. Parece que la circulación de la atmósfera no nos quiere dar respiro. Además, la Zona de Convergencia Intertropical sigue cerca de Costa Rica, trayendo consigo altos niveles de humedad, así que agarren los impermeables y prepárense para lo peor, maes.
Lo que viene ahora, señores, es una vaguada atmosférica –algo así como una zona de baja presión– que se va a juntar con todo esto y va a aumentar la inestabilidad. Esto provoca que suba el aire caliente y húmedo, creando nubes más densas y aguaceros de mayor intensidad. Ya saben, lo típico de octubre, el mes en que más llueve en todo el año. Con razón dicen que octubre es un brete, porque siempre te da guerra con el clima.
Y como si fuera poco, ¡también tenemos una onda tropical acechándonos! La número 36 se mueve por el Atlántico, pero existe un 80% de probabilidad de que se convierta en ciclón tropical entre esta semana y la próxima. Aunque los modelos indican que no nos afectará directamente, ¡más vale prevenir que lamentar! No nos hagamos ilusiones, el mar tiene sus propios planes y nosotros debemos estar listos para cualquier eventualidad. Así que mantengan un ojo en las noticias y sigan las recomendaciones de las autoridades, porfa.
En resumen, estamos en medio de una tormenta perfecta: lluvias torrenciales, posibles deslizamientos, una onda tropical con potencial de huracán… ¡qué cuidado! Hay que tener mucha precaución, sobre todo en zonas propensas a inundaciones. Recordemos que los suelos siguen empapados de tanto aguacero reciente. Considerando todo esto, ¿creen que el gobierno debería implementar medidas más estrictas para proteger a la población frente a estos fenómenos climáticos extremos, o simplemente esperar a que pase lo peor?