¡Ay, Dios mío, qué brígido! Así nos cayó la noticia de este lunes: el Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) prendió las alarmas y prohibió tajantemente la extracción y venta de mariscos bivalvos en varias zonas del Pacífico. Esto significa que si andabas planeando unos patacones con pianguitas para el fin de semana, mejor te esperas, porque ahora mismo eso es imposible.
Parece que encontraron niveles preocupantes de toxinas marinas, esas que le ponen hielo a la fiesta, específicamente del tipo paralizante. Según explican en SENASA, estas toxinas se acumulan en los moluscos como la piangua, el mejillón, la almeja y la ostra, y comerte esos bichitos contaminados puede traerle desde unas ganas incontrolables de echarle pum, hasta cosas peores, como problemas neurológicos e inclusive… bueno, ya saben. Mejor prevenir que lamentar, dicen ellos.
Lo que más me preocupa es cómo esto afecta a los pequeños pescadores y dueños de restaurante que dependen de estos mariscos para ganarse el sustento. Imagínate el golpe que les da, especialmente ahora que estamos en temporada alta. Muchos tienen sus bretes complicados ya, y esto no ayuda para nada. Ahora tendrán que buscar alternativas, y espero que el gobierno les dé una mano, porque esto no es broma.
La prohibición está vigente en varios puntos de la Zona Atlántica y del Pacífico. Entre los lugares afectados están la granja ostrícola Ostra Rica en Paquera, Puntarenas, y también ciertas áreas entre Playa Blanca y Punta Curú, en el mismo cantón. Eso sí, no vayan pensando que solo afecta a esos lugares; todos los moluscos provenientes de esas zonas quedan bajo la lupa, aunque hayan salido de otro lado. ¡Cuidado!
Ahora, para los que no estén familiarizados, ¿qué diablos son los moluscos bivalvos?
En pocas palabras, son esos marisquitos que tienen dos valvas o conchas. Como les decía, la piangua, el mejillón, la almeja, la ostra... Todos esos entrran en la categoría. No es solo que sepan feo, sino que el peligro radica en que esas toxinas pueden causar daño severo a nuestra salud. El SENASA no anda jugando con nosotros; hasta que tengan los análisis confirmados de que los mariscos están limpios, la prohibición se mantiene firme. Esperemos que pase rápido, pero la seguridad primero, vamos.
Desde SENASA hacen un llamado especial a los restaurantes, hoteles, pescaderías y a la gente en general para que comprueben bien el origen de los mariscos que consumen. No sean confiados, chequen que tengan los permisos y papeles en regla. Y si tienen alguna duda, mejor ni se arriesguen, pues corren el riesgo de estar vendiendo o consumiendo alimentos peligrosos. ¡Más vale seguro que pena!
Esto nos deja pensando… ¿Cómo podemos apoyar a los pescadores y negocios locales que se ven afectados por esta situación, sin poner en riesgo nuestra salud? ¿Será que necesitamos una regulación más estricta en la pesca artesanal para evitar este tipo de problemas en el futuro, o simplemente es cuestión de tener más conciencia como consumidores? Déjenme leer sus opiniones al respecto, ¡este tema me tiene pensando!
Parece que encontraron niveles preocupantes de toxinas marinas, esas que le ponen hielo a la fiesta, específicamente del tipo paralizante. Según explican en SENASA, estas toxinas se acumulan en los moluscos como la piangua, el mejillón, la almeja y la ostra, y comerte esos bichitos contaminados puede traerle desde unas ganas incontrolables de echarle pum, hasta cosas peores, como problemas neurológicos e inclusive… bueno, ya saben. Mejor prevenir que lamentar, dicen ellos.
Lo que más me preocupa es cómo esto afecta a los pequeños pescadores y dueños de restaurante que dependen de estos mariscos para ganarse el sustento. Imagínate el golpe que les da, especialmente ahora que estamos en temporada alta. Muchos tienen sus bretes complicados ya, y esto no ayuda para nada. Ahora tendrán que buscar alternativas, y espero que el gobierno les dé una mano, porque esto no es broma.
La prohibición está vigente en varios puntos de la Zona Atlántica y del Pacífico. Entre los lugares afectados están la granja ostrícola Ostra Rica en Paquera, Puntarenas, y también ciertas áreas entre Playa Blanca y Punta Curú, en el mismo cantón. Eso sí, no vayan pensando que solo afecta a esos lugares; todos los moluscos provenientes de esas zonas quedan bajo la lupa, aunque hayan salido de otro lado. ¡Cuidado!
Ahora, para los que no estén familiarizados, ¿qué diablos son los moluscos bivalvos?
En pocas palabras, son esos marisquitos que tienen dos valvas o conchas. Como les decía, la piangua, el mejillón, la almeja, la ostra... Todos esos entrran en la categoría. No es solo que sepan feo, sino que el peligro radica en que esas toxinas pueden causar daño severo a nuestra salud. El SENASA no anda jugando con nosotros; hasta que tengan los análisis confirmados de que los mariscos están limpios, la prohibición se mantiene firme. Esperemos que pase rápido, pero la seguridad primero, vamos.
Desde SENASA hacen un llamado especial a los restaurantes, hoteles, pescaderías y a la gente en general para que comprueben bien el origen de los mariscos que consumen. No sean confiados, chequen que tengan los permisos y papeles en regla. Y si tienen alguna duda, mejor ni se arriesguen, pues corren el riesgo de estar vendiendo o consumiendo alimentos peligrosos. ¡Más vale seguro que pena!
Esto nos deja pensando… ¿Cómo podemos apoyar a los pescadores y negocios locales que se ven afectados por esta situación, sin poner en riesgo nuestra salud? ¿Será que necesitamos una regulación más estricta en la pesca artesanal para evitar este tipo de problemas en el futuro, o simplemente es cuestión de tener más conciencia como consumidores? Déjenme leer sus opiniones al respecto, ¡este tema me tiene pensando!