¡Ay, Dios mío! ¿Hasta cuándo estos pilluelos no van a dejar tranquilos a los profes? El Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) soltó la bomba hace unos días: parece que hay una banda de rucios extranjeros – principalmente de México y Colombia – que anda citando a nuestros ingenieros y arquitectos para trabajos fantasma, con la intención de sacarle hasta la camisa. ¡Menuda birria!
La movida es así: te llaman desde números de afuera, te ofrecen un brete en alguna zona montañosa apartada, y cuando llegas, ¡bam!, te piden una lana descomunal para “liberarte”. Algunos casos son falsos secuestros, pura treta para asustarte, pero otros… bueno, otros terminan con el pobre profe bien pinchiado y sin un colón.
Una empresa de construcción, que prefirió mantener el nombre en privado para no meterse en problemas, nos contó cómo les ha llovido a cántaros con estos intentos de engaño. Le llegaron mensajes desde México y Colombia, invitándolos a visitar propiedades en lugares remotos. Obvio, les picó la curiosidad, pero gracias a Dios, se dieron cuenta a tiempo.
La empresa nos mostró unas capturas de pantalla donde ves el mensajero prometiéndote una pérgola espectacular y ofreciendo pagarte la mitad en efectivo. Te invitan a la ubicación, que siempre es en la montaña, y luego, ¡zas!, te enfrentan a la petición de rescate. ¡Parece película barata!
Uno de los casos más escalofriantes involucró a una ingeniera que se dirigía a Cartago y recibió una citación para inspeccionar un terreno en las montañas de Coris. Gracias a Dios, su papá le recomendó llevar compañía, porque cuando llegó al lugar, un sujeto con acento mexicano le dijo textualmente: “Ya vemos por dónde viene subiendo. Deje el carro ahí, porque desde ese punto no se puede subir en automóvil. Nosotros vamos a recogerla en una troca.” ¡Imagínate el susto!”. Afortunadamente, la ingeniera salió corriendo y evitó un embrollo mayor.
Otro par de situaciones similares se presentaron esta misma semana: uno desde México y otro desde Tarabaca de Aserrí. En ambos casos, los estafadores ofrecían pagar en efectivo y pedían una visita al sitio. Pero la empresa, aprendiendo de la experiencia, exigió una cancelación anticipada por transferencia bancaria, lo que espantó a los interesados. ¡Buen ojo, mases!
El CFIA ha lanzado una alerta nacional, pidiendo a todos los ingenieros y arquitectos que estén súper pilas con este tipo de contactos. Recomiendan investigar a fondo a quien te cite, reunirse en lugares seguros y, sobre todo, ¡no andar solos!”. Además, instan a denunciar cualquier sospecha a las autoridades competentes. ¡Es hora de ponerle pañales a estos pilluelos!
Ahora, dígame usté, ¿cree que esta moda de extorsiones con sabor extranjero va a seguir creciendo o será solo una fase pasajera? ¿Deberíamos exigir más controles en las fronteras o enfocarnos en educar a la gente sobre cómo identificar estas trampas? ¡Déjeme su opinión en los comentarios y veamos qué piensa el Foro sobre este tema!
La movida es así: te llaman desde números de afuera, te ofrecen un brete en alguna zona montañosa apartada, y cuando llegas, ¡bam!, te piden una lana descomunal para “liberarte”. Algunos casos son falsos secuestros, pura treta para asustarte, pero otros… bueno, otros terminan con el pobre profe bien pinchiado y sin un colón.
Una empresa de construcción, que prefirió mantener el nombre en privado para no meterse en problemas, nos contó cómo les ha llovido a cántaros con estos intentos de engaño. Le llegaron mensajes desde México y Colombia, invitándolos a visitar propiedades en lugares remotos. Obvio, les picó la curiosidad, pero gracias a Dios, se dieron cuenta a tiempo.
La empresa nos mostró unas capturas de pantalla donde ves el mensajero prometiéndote una pérgola espectacular y ofreciendo pagarte la mitad en efectivo. Te invitan a la ubicación, que siempre es en la montaña, y luego, ¡zas!, te enfrentan a la petición de rescate. ¡Parece película barata!
Uno de los casos más escalofriantes involucró a una ingeniera que se dirigía a Cartago y recibió una citación para inspeccionar un terreno en las montañas de Coris. Gracias a Dios, su papá le recomendó llevar compañía, porque cuando llegó al lugar, un sujeto con acento mexicano le dijo textualmente: “Ya vemos por dónde viene subiendo. Deje el carro ahí, porque desde ese punto no se puede subir en automóvil. Nosotros vamos a recogerla en una troca.” ¡Imagínate el susto!”. Afortunadamente, la ingeniera salió corriendo y evitó un embrollo mayor.
Otro par de situaciones similares se presentaron esta misma semana: uno desde México y otro desde Tarabaca de Aserrí. En ambos casos, los estafadores ofrecían pagar en efectivo y pedían una visita al sitio. Pero la empresa, aprendiendo de la experiencia, exigió una cancelación anticipada por transferencia bancaria, lo que espantó a los interesados. ¡Buen ojo, mases!
El CFIA ha lanzado una alerta nacional, pidiendo a todos los ingenieros y arquitectos que estén súper pilas con este tipo de contactos. Recomiendan investigar a fondo a quien te cite, reunirse en lugares seguros y, sobre todo, ¡no andar solos!”. Además, instan a denunciar cualquier sospecha a las autoridades competentes. ¡Es hora de ponerle pañales a estos pilluelos!
Ahora, dígame usté, ¿cree que esta moda de extorsiones con sabor extranjero va a seguir creciendo o será solo una fase pasajera? ¿Deberíamos exigir más controles en las fronteras o enfocarnos en educar a la gente sobre cómo identificar estas trampas? ¡Déjeme su opinión en los comentarios y veamos qué piensa el Foro sobre este tema!