¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un lío gordo. Miles de vuelos cancelados en Estados Unidos por culpa de un pleito presupuestario entre los políticos yankees. Y claro, esto nos afecta directamente a nosotros, los turistas ticos que queríamos irnos de escapada… ¡qué torta!
Parece que los republicanos y los demócratas no se ponen de acuerdo en cómo gastar la guitza del gobierno, así que le dieron un frenazo a varias agencias federales. Eso significa que hay menos personal en las torres de control, y como consecuencia, vuelos cancelados y retrasos a diestra y siniestra. Ya saben, la bronca política siempre termina afectando al bolsillo del pueblo.
Según información de la agencia AFP, más de mil vuelos se vieron afectados el viernes pasado, y se espera que unos setecientos más sufren la misma suerte hoy. Aeropuertos como Washington (Reagan), Chicago O’Hare y Atlanta son los que están peor sacudidos. Imaginen la fila en seguridad… ¡una locura! Definitivamente, no es el momento de ir buscando ofertas de última hora para visitar Disney World, chunches.
Robert Isom, el jefe de American Airlines, dijo que “esto es frustrante. No deberíamos estar en esta situación”. Totalmente de acuerdo, don Robert. Uno planea unas vacaciones con ilusión, junta la varita, y al final te encuentras con estos imprevistos. Donald Trump, pa'lante, también puso su granito de arena en redes sociales, arengando a los senadores a llegar a un acuerdo, pero parece que ahí no se mueven ni un palmo.
Werner Buchi, un señor jubilado esperando a su hija en el aeropuerto LaGuardia, comentó a la AFP que esto podría arruinar los planes de muchas familias. Rhonda, otra viajera, expresó su preocupación por las vacaciones que podrían verse afectadas. ¡Y razón tienen! Cosas como estas te dejan con un sabor amargo en la boca, especialmente cuando has ahorrado tanto tiempo para disfrutar.
Las aerolíneas American Airlines y Delta Air Lines ya anunciaron cancelaciones masivas –unas 220 diarias American y aproximadamente 170 en Delta–, y Southwest tampoco se salvó. Además, la situación se agrava porque estamos entrando en la temporada alta de viajes, justo antes del Día de Acción de Gracias. ¡Qué brete! Si esto se arrastra, vamos a tener un verdadero desmadre en los aeropuertos.
Parece que los republicanos y los demócratas no se ponen de acuerdo en cómo gastar la guitza del gobierno, así que le dieron un frenazo a varias agencias federales. Eso significa que hay menos personal en las torres de control, y como consecuencia, vuelos cancelados y retrasos a diestra y siniestra. Ya saben, la bronca política siempre termina afectando al bolsillo del pueblo.
Según información de la agencia AFP, más de mil vuelos se vieron afectados el viernes pasado, y se espera que unos setecientos más sufren la misma suerte hoy. Aeropuertos como Washington (Reagan), Chicago O’Hare y Atlanta son los que están peor sacudidos. Imaginen la fila en seguridad… ¡una locura! Definitivamente, no es el momento de ir buscando ofertas de última hora para visitar Disney World, chunches.
Robert Isom, el jefe de American Airlines, dijo que “esto es frustrante. No deberíamos estar en esta situación”. Totalmente de acuerdo, don Robert. Uno planea unas vacaciones con ilusión, junta la varita, y al final te encuentras con estos imprevistos. Donald Trump, pa'lante, también puso su granito de arena en redes sociales, arengando a los senadores a llegar a un acuerdo, pero parece que ahí no se mueven ni un palmo.
Werner Buchi, un señor jubilado esperando a su hija en el aeropuerto LaGuardia, comentó a la AFP que esto podría arruinar los planes de muchas familias. Rhonda, otra viajera, expresó su preocupación por las vacaciones que podrían verse afectadas. ¡Y razón tienen! Cosas como estas te dejan con un sabor amargo en la boca, especialmente cuando has ahorrado tanto tiempo para disfrutar.
Las aerolíneas American Airlines y Delta Air Lines ya anunciaron cancelaciones masivas –unas 220 diarias American y aproximadamente 170 en Delta–, y Southwest tampoco se salvó. Además, la situación se agrava porque estamos entrando en la temporada alta de viajes, justo antes del Día de Acción de Gracias. ¡Qué brete! Si esto se arrastra, vamos a tener un verdadero desmadre en los aeropuertos.