¡Ay, Dios mío, qué lío! Resulta que a partir del próximo año, el panorama de las declaraciones tributarias va a cambiar más rápido que gallo corre contra gallina. El Colegio de Contadores Públicos nos tiró la bomba: TRIBU-CR viene con sorpresas, y si no estamos pechos de esto, nos vamos a ir al traste con las multas. Prepárense, porque esto va a requerir más café y paciencia que subir Cerro Pelado.
Para refrescarles la memoria, TRIBU-CR es el nuevo sistema que Hacienda quiere implementar para modernizar la administración tributaria. Suena lindo, pero en la práctica significa nuevos formularios, nuevas fechas, y una curva de aprendizaje que da más miedo que la carretera a Bagaces. Ya no basta con saber cómo rellenar la D-151; ahora hay que dominar códigos y procesos que ni siquiera los contadores más viejos han visto antes. ¡Qué carga!
Lo primero que tienen que saber es que la querida D-151, esa compañera de toda la vida, se despide para siempre. Se transforma en la D-270, y eso no es lo peor. Ahora, en lugar de presentarla una vez al año, tendrán que hacerlo mensualmente. Sí, monthly! Durante el 2025, tendrán que mandar la info de enero a agosto en un solo reporte hasta finales de diciembre, ¡así que anoten bien esas fechas para no meter la pata! Parece que Hacienda quiere vernos sudar.
Y ni hablar de la D-152. Esa también desaparece y resurge como la D-299. Pero tranquilito, les dan un respiro: pueden juntar los datos de enero a agosto de 2025 en un solo formulario. Eso sí, tienen que mandarlo antes del 31 de diciembre, sino… bueno, ya saben, las multas no perdonan. Es como jugar a la lotería, pero en lugar de ganar, te cobran si te equivocas.
Pero esperen, que aún hay más. Aparece la Declaración Informativa de Precios de Transferencia, que suena a chino, pero básicamente afecta a los grandes contribuyentes, las zonas francas, y a cualquier negocio que mueva unos buenos billetes. Este reporte es anual, y tienen que presentarlo dentro de los tres meses siguientes al cierre del ejercicio. Así que, si cierran en diciembre, tienen hasta marzo para entregar la información. ¡Qué brete!
La presidenta del Colegio de Contadores Públicos, Dunia Zamora, nos echó una advertencia: si no nos ponemos las pilas y empezamos a estudiar estos nuevos formularios, nos tocará pagar sanciones que van desde multas proporcionales a nuestros ingresos hasta cargos por errores en los registros. Zamora recalcó que es importantísimo visitar el sitio web de Hacienda y contactar a los expertos del Colegio para resolver cualquier duda. Mejor prevenir que lamentar, dicen por ahí.
Ahora, no me vayan a decir que esto no les parece un poquito exagerado. A ver, entiendo que quieren modernizar el sistema, pero ¿tanta modificación de golpe? Me preocupa que muchos pequeños empresarios y trabajadores independientes se queden varados en este proceso. Imaginen al abuelito que apenas sabe prender la computadora tratando de entender todos estos tecnicismos... ¡Qué torta! Hay que buscar formas de facilitar este cambio, porque así no se le hace justicia a nadie.
En fin, amigos, la pelota está en nuestro tejado. Tenemos que prepararnos para estos cambios y asegurarnos de cumplir con nuestras obligaciones tributarias. Pero, díganme, ¿ustedes creen que Hacienda debería haber dado más tiempo de adaptación o deberían haber ofrecido algún tipo de capacitación gratuita para ayudar a los contribuyentes a familiarizarse con TRIBU-CR? ¿Les preocupa este cambio radical o piensan que es un paso necesario hacia una administración tributaria más eficiente?
Para refrescarles la memoria, TRIBU-CR es el nuevo sistema que Hacienda quiere implementar para modernizar la administración tributaria. Suena lindo, pero en la práctica significa nuevos formularios, nuevas fechas, y una curva de aprendizaje que da más miedo que la carretera a Bagaces. Ya no basta con saber cómo rellenar la D-151; ahora hay que dominar códigos y procesos que ni siquiera los contadores más viejos han visto antes. ¡Qué carga!
Lo primero que tienen que saber es que la querida D-151, esa compañera de toda la vida, se despide para siempre. Se transforma en la D-270, y eso no es lo peor. Ahora, en lugar de presentarla una vez al año, tendrán que hacerlo mensualmente. Sí, monthly! Durante el 2025, tendrán que mandar la info de enero a agosto en un solo reporte hasta finales de diciembre, ¡así que anoten bien esas fechas para no meter la pata! Parece que Hacienda quiere vernos sudar.
Y ni hablar de la D-152. Esa también desaparece y resurge como la D-299. Pero tranquilito, les dan un respiro: pueden juntar los datos de enero a agosto de 2025 en un solo formulario. Eso sí, tienen que mandarlo antes del 31 de diciembre, sino… bueno, ya saben, las multas no perdonan. Es como jugar a la lotería, pero en lugar de ganar, te cobran si te equivocas.
Pero esperen, que aún hay más. Aparece la Declaración Informativa de Precios de Transferencia, que suena a chino, pero básicamente afecta a los grandes contribuyentes, las zonas francas, y a cualquier negocio que mueva unos buenos billetes. Este reporte es anual, y tienen que presentarlo dentro de los tres meses siguientes al cierre del ejercicio. Así que, si cierran en diciembre, tienen hasta marzo para entregar la información. ¡Qué brete!
La presidenta del Colegio de Contadores Públicos, Dunia Zamora, nos echó una advertencia: si no nos ponemos las pilas y empezamos a estudiar estos nuevos formularios, nos tocará pagar sanciones que van desde multas proporcionales a nuestros ingresos hasta cargos por errores en los registros. Zamora recalcó que es importantísimo visitar el sitio web de Hacienda y contactar a los expertos del Colegio para resolver cualquier duda. Mejor prevenir que lamentar, dicen por ahí.
Ahora, no me vayan a decir que esto no les parece un poquito exagerado. A ver, entiendo que quieren modernizar el sistema, pero ¿tanta modificación de golpe? Me preocupa que muchos pequeños empresarios y trabajadores independientes se queden varados en este proceso. Imaginen al abuelito que apenas sabe prender la computadora tratando de entender todos estos tecnicismos... ¡Qué torta! Hay que buscar formas de facilitar este cambio, porque así no se le hace justicia a nadie.
En fin, amigos, la pelota está en nuestro tejado. Tenemos que prepararnos para estos cambios y asegurarnos de cumplir con nuestras obligaciones tributarias. Pero, díganme, ¿ustedes creen que Hacienda debería haber dado más tiempo de adaptación o deberían haber ofrecido algún tipo de capacitación gratuita para ayudar a los contribuyentes a familiarizarse con TRIBU-CR? ¿Les preocupa este cambio radical o piensan que es un paso necesario hacia una administración tributaria más eficiente?