¡Ay, Dios mío! Se armó un beiote en el MEP, pues ahí van preparando unas normas que nos van a hacer sudar frío a todos. Parece que quieren transformar nuestras escuelas en conventos, con reglas tan estrictas que hasta la abuela Gertrudis se quedaría boquiabierta. Prepárense porque a partir del 2026, el look de nuestros estudiantes podría tener que pasar por un filtro bien riguroso.
Según adelantan, el nuevo Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes (REA) busca unificar los criterios de imagen personal en todas las instituciones educativas del país – públicas y privadas. Imaginen el lío, pues… Directores y docentes tendrán la potestad de decidir qué onda sí se puede y qué no, poniendo fin a ese carnaval de colores y diseños que hemos visto últimamente en los pasillos escolares. Esto, claro, ha abierto un debate que está prendiendo velas en varios sectores.
Y ojo, que la cosa se pone seria. En el borrador que han dejado caer, vemos prohibiciones como el uso de maquillaje (labios, uñas, cejas, ¡todo!), la presencia de piercings dentro de las instalaciones y, aunque no vayan a castigar a los que ya tienen tinta, el MEP quiere freír mentes para evitar nuevos tatuajes entre los estudiantes. Además, le pondrán freno a esos pelos que parecen sacados de un video musical, esos tonos pastel, neón o metálicos que gritan “mirenme”. Pero tranquilos, el largo del cabello parece que está blindado gracias a decisiones anteriores de la Sala Constitucional, así que ahí sí podemos respirar un poquito.
Pero eso no es todo, pues. Otro cambiazito que ha levantado ampollas es la restricción casi total del uso de celulares en clase. Solamente el profe podrá permitir su uso para alguna actividad específica. La idea, según explican en el MEP, es quitar distracciones y meterle turbo a la participación y concentración de los estudiantes. Porque, díganlo ustedes, ¿cuántos no están pendientes del TikTok mientras deberían estar aprendiendo historia?
Las reacciones, como era de esperarse, están divididas. Hay quienes dicen que esto es justo lo que necesitaba el sistema educativo: ponerle orden y disciplina, devolverle ese ambiente de respeto y uniformidad que parecía haberse perdido. Argumentan que, con tantas libertades, los estudiantes se han desconcentrado y priorizan su apariencia personal por encima de sus estudios. "Es hora de recordarles que están allí para aprender, no para lucirse", decían algunos padres en redes sociales.
Por otro lado, también hay quien defiende la libertad de expresión y la identidad personal de los jóvenes. Consideran que estas medidas son exageradas e innecesarias, que atentan contra el derecho de los estudiantes a mostrar quiénes son. "¿Hasta cuándo vamos a seguir intentando imponer modelos estandarizados?”, se preguntaban algunos estudiantes en grupos de WhatsApp. También han surgido voces que critican la falta de enfoque en problemas reales como la calidad de la enseñanza y la infraestructura escolar.
Ahora mismo, el proyecto está dando vueltas en el Consejo Superior de Educación (CSE). Si le dan el visto bueno, estas nuevas reglas empezarían a regir a partir del próximo año lectivo, es decir, para el 2026. Mientras tanto, el MEP dice que seguirá escuchando opiniones y sugerencias del sector educativo y de la ciudadanía. Que todavía hay tiempo para hacer ajustes, aunque muchos dudan que escuchen mucho, pues ya tienen la hoja de ruta trazada.
En fin, una movida que tiene a todos hablando y analizando. ¿Será este el camino correcto para mejorar la educación pública en Costa Rica? ¿Se trata de una necesidad imperiosa para recuperar la disciplina o simplemente una limitación injustificada de la libertad individual? ¡Dime tú, compa! ¿Crees que el MEP se está pasando de la raya con estas restricciones o es necesario poner límites para que los muchachos se enfoquen en estudiar?
Según adelantan, el nuevo Reglamento de Evaluación de los Aprendizajes (REA) busca unificar los criterios de imagen personal en todas las instituciones educativas del país – públicas y privadas. Imaginen el lío, pues… Directores y docentes tendrán la potestad de decidir qué onda sí se puede y qué no, poniendo fin a ese carnaval de colores y diseños que hemos visto últimamente en los pasillos escolares. Esto, claro, ha abierto un debate que está prendiendo velas en varios sectores.
Y ojo, que la cosa se pone seria. En el borrador que han dejado caer, vemos prohibiciones como el uso de maquillaje (labios, uñas, cejas, ¡todo!), la presencia de piercings dentro de las instalaciones y, aunque no vayan a castigar a los que ya tienen tinta, el MEP quiere freír mentes para evitar nuevos tatuajes entre los estudiantes. Además, le pondrán freno a esos pelos que parecen sacados de un video musical, esos tonos pastel, neón o metálicos que gritan “mirenme”. Pero tranquilos, el largo del cabello parece que está blindado gracias a decisiones anteriores de la Sala Constitucional, así que ahí sí podemos respirar un poquito.
Pero eso no es todo, pues. Otro cambiazito que ha levantado ampollas es la restricción casi total del uso de celulares en clase. Solamente el profe podrá permitir su uso para alguna actividad específica. La idea, según explican en el MEP, es quitar distracciones y meterle turbo a la participación y concentración de los estudiantes. Porque, díganlo ustedes, ¿cuántos no están pendientes del TikTok mientras deberían estar aprendiendo historia?
Las reacciones, como era de esperarse, están divididas. Hay quienes dicen que esto es justo lo que necesitaba el sistema educativo: ponerle orden y disciplina, devolverle ese ambiente de respeto y uniformidad que parecía haberse perdido. Argumentan que, con tantas libertades, los estudiantes se han desconcentrado y priorizan su apariencia personal por encima de sus estudios. "Es hora de recordarles que están allí para aprender, no para lucirse", decían algunos padres en redes sociales.
Por otro lado, también hay quien defiende la libertad de expresión y la identidad personal de los jóvenes. Consideran que estas medidas son exageradas e innecesarias, que atentan contra el derecho de los estudiantes a mostrar quiénes son. "¿Hasta cuándo vamos a seguir intentando imponer modelos estandarizados?”, se preguntaban algunos estudiantes en grupos de WhatsApp. También han surgido voces que critican la falta de enfoque en problemas reales como la calidad de la enseñanza y la infraestructura escolar.
Ahora mismo, el proyecto está dando vueltas en el Consejo Superior de Educación (CSE). Si le dan el visto bueno, estas nuevas reglas empezarían a regir a partir del próximo año lectivo, es decir, para el 2026. Mientras tanto, el MEP dice que seguirá escuchando opiniones y sugerencias del sector educativo y de la ciudadanía. Que todavía hay tiempo para hacer ajustes, aunque muchos dudan que escuchen mucho, pues ya tienen la hoja de ruta trazada.
En fin, una movida que tiene a todos hablando y analizando. ¿Será este el camino correcto para mejorar la educación pública en Costa Rica? ¿Se trata de una necesidad imperiosa para recuperar la disciplina o simplemente una limitación injustificada de la libertad individual? ¡Dime tú, compa! ¿Crees que el MEP se está pasando de la raya con estas restricciones o es necesario poner límites para que los muchachos se enfoquen en estudiar?
