¡Ay, Dios mío! Una espeluznante mañana vivieron los pasajeros del vuelo AV4892 de Avianca, que iba de Popayán a Bogotá. Imagínate, apenas despegaron, una de las turbinas empezó a fallar. ¡Qué torta! La Aeronáutica Civil tuvo que intervenir rapidito para que aterrizaran de emergencia en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira. Menos mal que todo salió bien y nadie salió lastimado, aunque la bronca debe haber sido tremenda.
Según nos cuentan, todo comenzó cuando un pajarillo, sí señor, ¡un ave!, le dio directo a uno de los motores justo después de despegar del aeropuerto Guillermo León Valencia en Popayán. Un golpecito que pareció pequeño, pero que provocó un fallo importante en el motor, obligando a la tripulación a activar los protocolos de seguridad y cambiar de rumbo hacia Palmira, el aeropuerto más cercano. ¡Qué sal! Siempre pasa eso, pura mala suerte.
Algunos videos que circularon en redes sociales mostraron unas llamas y chispitas saliendo del motor izquierdo. ¡Imagínatelo! La gente asustadísima, viendo cómo el avión se mantenía en el aire a pesar de todo. Por suerte, los pilotos demostraron estar bien tranquilos y llevaron el brete con toda la calma, haciendo un aterrizaje preventivo sin mayores complicaciones. En definitiva, los muchachos hicieron un buen trabajo.
Avianca, pa' darle más tranquilidad a la gente, lanzó un comunicado asegurando que el aterrizaje fue totalmente controlado y que la seguridad siempre es su máxima prioridad. Eso dicen, claro, porque así tiene que ser. Pero bueno, al menos intentan mostrarse responsables. Lo importante es que todos llegaron sanos y salvos, ¿verdad?
Después del aterrizaje, los técnicos y mecánicos se pusieron manos a la obra para revisar el avión a fondo y ver qué onda con el motor averiado. Mientras tanto, los pasajeros fueron acomodados en otro vuelo para terminar su viaje a Bogotá. Supongo que muchos andaban todavía temblorosos, pero al menos pudieron llegar a su destino.
Pero la cosa no quedó ahí. Avianca también aprovechó el momento para pedirle a las autoridades aeronáuticas que pongan orden en el asunto de los pájaros en los aeropuertos. Dicen que hay que hacer mesas de trabajo, buscar soluciones y prevenir estos incidentes. ¡Qué carga! Porque parece que esto es algo que pasa seguido por acá. Ya sabemos que en Colombia hay animales silvestres por todos lados, pero en los aeropuertos hay que ponerle cuidado extra.
Según nos cuentan, todo comenzó cuando un pajarillo, sí señor, ¡un ave!, le dio directo a uno de los motores justo después de despegar del aeropuerto Guillermo León Valencia en Popayán. Un golpecito que pareció pequeño, pero que provocó un fallo importante en el motor, obligando a la tripulación a activar los protocolos de seguridad y cambiar de rumbo hacia Palmira, el aeropuerto más cercano. ¡Qué sal! Siempre pasa eso, pura mala suerte.
Algunos videos que circularon en redes sociales mostraron unas llamas y chispitas saliendo del motor izquierdo. ¡Imagínatelo! La gente asustadísima, viendo cómo el avión se mantenía en el aire a pesar de todo. Por suerte, los pilotos demostraron estar bien tranquilos y llevaron el brete con toda la calma, haciendo un aterrizaje preventivo sin mayores complicaciones. En definitiva, los muchachos hicieron un buen trabajo.
Avianca, pa' darle más tranquilidad a la gente, lanzó un comunicado asegurando que el aterrizaje fue totalmente controlado y que la seguridad siempre es su máxima prioridad. Eso dicen, claro, porque así tiene que ser. Pero bueno, al menos intentan mostrarse responsables. Lo importante es que todos llegaron sanos y salvos, ¿verdad?
Después del aterrizaje, los técnicos y mecánicos se pusieron manos a la obra para revisar el avión a fondo y ver qué onda con el motor averiado. Mientras tanto, los pasajeros fueron acomodados en otro vuelo para terminar su viaje a Bogotá. Supongo que muchos andaban todavía temblorosos, pero al menos pudieron llegar a su destino.
Pero la cosa no quedó ahí. Avianca también aprovechó el momento para pedirle a las autoridades aeronáuticas que pongan orden en el asunto de los pájaros en los aeropuertos. Dicen que hay que hacer mesas de trabajo, buscar soluciones y prevenir estos incidentes. ¡Qué carga! Porque parece que esto es algo que pasa seguido por acá. Ya sabemos que en Colombia hay animales silvestres por todos lados, pero en los aeropuertos hay que ponerle cuidado extra.