¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez, amigos del Foro. Resulta que estábamos todos ilusionados con la promesa de un nuevo hospital en Limón, ¿eh? Uno decente, que atendiera dignamente a la población, porque díganle a mi abuela que allá arriba le toca batallar para conseguir atención médica. Pero parece que la cosa se complica más de lo esperado y ahora tenemos otro bajón en la mesa.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que debería estar acelerando el trámite, anda con el freno puesto porque aún no tienen la bendita viabilidad ambiental. Imagínense, a una semanita de que reciban las propuestas de construcción, todavía les falta este papelete crucial, cortesía de la Setena. ¡Qué torta! Como si la salud pública no fuera ya bastante complicada, ahora nos inventamos trabas burocráticas.
Según le platicaron a Ambar Segura, Jorge Granados, el gerente de Infraestructura de la CCSS, no pueden ni siquiera soñar con adjudicar el proyecto hasta que tengan ese aval. “No puedo asignarle a una empresa un proyecto que no tiene la viabilidad ambiental”, sentenció. Suena lógico, claro, pero da una sensación de desesperanza cuando uno piensa en cuánto tiempo llevamos esperando esto. Ya casi me aprendí de memoria las promesas políticas de cada campaña electoral, y el hospital de Limón sigue siendo un sueño difuso.
Ahora bien, revirtiendo un poquito la historia, resulta que desde 2019 y 2020, cuando la CCSS mandó al ICE a hacer un estudio para ver qué terreno era bueno para levantar el hospital, ya habían elegido uno que parecía ser el indicado. Dijeron que cumplía con todas las condiciones técnicas necesarias, pero aparentemente olvidaron consultar a la Setena o al SINAC para ver si había algún problema ambiental que les pudiera torcer la jugada. ¡Qué descuido!
Y ojo, que tampoco fue por falta de intentos. En 2022, la CCSS sí anduvo preguntándole al SINAC si había restricciones ambientales en el terreno, pero nunca recibió respuesta. Además, el ICE confirmó que el lugar no era un humedal, basándose en un decreto que existe. También declararon el terreno de interés público para poder empezar con las expropiaciones, como si eso fuera suficiente para solucionar todo el lío. Parece que nadie pensaba en la viabilidad ambiental hasta que llegó la hora de entregar las llaves, ¿verdad?
La realidad es que estamos frente a un panorama desalentador. Las ofertas se abrirán el 17 de diciembre, pero sin el aval de la Setena, el proyecto queda congelado. Se van al traste las esperanzas de miles de limonenses que necesitan urgentemente un centro médico adecuado. Hablando de urgencias, ¿cuántas personas más tendrán que esperar indefinidamente por atención médica mientras tanto?
Entendemos que los trámites administrativos llevan su tiempo y que la burocracia a veces es lenta, pero en temas de salud pública no hay margen para la demora. Estamos hablando de la vida de las personas, de su bienestar, de su acceso a servicios básicos. Y ver cómo se estira el asunto así, sin una solución clara, es francamente frustrante. Una cosita es que se atrase un proyecto de construcción de una carretera, pero cuando hablamos de hospitales, el asunto cambia totalmente, ¿me comprenden?
Y aquí llegamos a la pregunta clave, mis queridos foreros: ¿ustedes creen que realmente vamos a ver ese nuevo hospital funcionando en Limón, o esto se convertirá en otra promesa incumplida? ¿Qué medidas deberían tomar la CCSS y el gobierno para agilizar los trámites y asegurar que el proyecto avance sin mayores contratiempos? ¡Den sus opiniones! ¡Anímense a comentar y a compartir sus experiencias!
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), que debería estar acelerando el trámite, anda con el freno puesto porque aún no tienen la bendita viabilidad ambiental. Imagínense, a una semanita de que reciban las propuestas de construcción, todavía les falta este papelete crucial, cortesía de la Setena. ¡Qué torta! Como si la salud pública no fuera ya bastante complicada, ahora nos inventamos trabas burocráticas.
Según le platicaron a Ambar Segura, Jorge Granados, el gerente de Infraestructura de la CCSS, no pueden ni siquiera soñar con adjudicar el proyecto hasta que tengan ese aval. “No puedo asignarle a una empresa un proyecto que no tiene la viabilidad ambiental”, sentenció. Suena lógico, claro, pero da una sensación de desesperanza cuando uno piensa en cuánto tiempo llevamos esperando esto. Ya casi me aprendí de memoria las promesas políticas de cada campaña electoral, y el hospital de Limón sigue siendo un sueño difuso.
Ahora bien, revirtiendo un poquito la historia, resulta que desde 2019 y 2020, cuando la CCSS mandó al ICE a hacer un estudio para ver qué terreno era bueno para levantar el hospital, ya habían elegido uno que parecía ser el indicado. Dijeron que cumplía con todas las condiciones técnicas necesarias, pero aparentemente olvidaron consultar a la Setena o al SINAC para ver si había algún problema ambiental que les pudiera torcer la jugada. ¡Qué descuido!
Y ojo, que tampoco fue por falta de intentos. En 2022, la CCSS sí anduvo preguntándole al SINAC si había restricciones ambientales en el terreno, pero nunca recibió respuesta. Además, el ICE confirmó que el lugar no era un humedal, basándose en un decreto que existe. También declararon el terreno de interés público para poder empezar con las expropiaciones, como si eso fuera suficiente para solucionar todo el lío. Parece que nadie pensaba en la viabilidad ambiental hasta que llegó la hora de entregar las llaves, ¿verdad?
La realidad es que estamos frente a un panorama desalentador. Las ofertas se abrirán el 17 de diciembre, pero sin el aval de la Setena, el proyecto queda congelado. Se van al traste las esperanzas de miles de limonenses que necesitan urgentemente un centro médico adecuado. Hablando de urgencias, ¿cuántas personas más tendrán que esperar indefinidamente por atención médica mientras tanto?
Entendemos que los trámites administrativos llevan su tiempo y que la burocracia a veces es lenta, pero en temas de salud pública no hay margen para la demora. Estamos hablando de la vida de las personas, de su bienestar, de su acceso a servicios básicos. Y ver cómo se estira el asunto así, sin una solución clara, es francamente frustrante. Una cosita es que se atrase un proyecto de construcción de una carretera, pero cuando hablamos de hospitales, el asunto cambia totalmente, ¿me comprenden?
Y aquí llegamos a la pregunta clave, mis queridos foreros: ¿ustedes creen que realmente vamos a ver ese nuevo hospital funcionando en Limón, o esto se convertirá en otra promesa incumplida? ¿Qué medidas deberían tomar la CCSS y el gobierno para agilizar los trámites y asegurar que el proyecto avance sin mayores contratiempos? ¡Den sus opiniones! ¡Anímense a comentar y a compartir sus experiencias!