¡Ay, Dios mío! Se armó un bronca tremenda con estos aumentos que nos esperan el próximo año. Resulta que Hacienda y la Caja se pusieron de acuerdo para estrarnos un poquito más, y eso que todavía estamos digiriendo las fiestas decembrinas. No pienses que es magia, ni siquiera un error de planilla, ¡es pura matemática fría que nos va a afectar a todos!
La cosa es así: vamos a tener un doble golpe directo al bolsillo. Por un lado, los tramos de Impuesto sobre la Renta se ajustaron gracias a la inflación negativa del 2025 (sí, suena raro, pero así es). Esto quiere decir que, aunque no hayan aprobado ninguna ley nueva en la Asamblea, ahora tenemos que declarar renta sobre montos menores. ¡Una verdadera torta!
Y eso no es todo, porque la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) también anda con sus propios planes. Están aumentando las cuotas del IVM, esos aportes que hacemos para la jubilación y otros beneficios. Aunque parezca poco, unos cuantos porcentajes acá y allá, al final del mes se siente el pinchazo en la cartera.
Imagínate, un mae que gana un millón de colones al mes, antes estaba más o menos tranquilo, pero ahora tendrá que entregarle unos ¢10.000 extra entre renta e IVM. ¡Eso sí que duele! Es como si te quitaran la mitad del aguacate con limón del almuerzo, algo esencial en nuestra vida diaria.
Los expertos dicen que esto puede incluso desincentivar la formalidad, que la gente se espante y busque trabajar “por fuera”, donde no tienen que pagar tanto impuesto. Y ahí sí que se va todo al traste, porque Hacienda deja de recibir dinero y la economía se pone peor. ¡Qué brete!
Algunos analistas laborales advierten que este tipo de ajustes, aunque puedan parecer técnicos, terminan erosionando nuestro poder adquisitivo. Nos cuesta más comprar lo mismo, las cosas siguen caras y nosotros seguimos ganando casi lo mismo. ¡Un verdadero baile de viejos!
Este fenómeno, que muchos llaman “aumento de impuestos encubierto”, nos demuestra que en Costa Rica, mantener el mismo salario nominal no siempre significa mantener el mismo poder de compra. Con la inflación y los aumentos en las cuotas de la Caja, cada vez nos queda menos para gastar en nuestras necesidades básicas y en darle una vida digna a nuestros hijos.
Entonces, dime tú, ¿qué podemos hacer ante esta situación? ¿Debería el gobierno reconsiderar estos ajustes o estás dispuesto a aguantar el tirón y seguir remando contra corriente? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
La cosa es así: vamos a tener un doble golpe directo al bolsillo. Por un lado, los tramos de Impuesto sobre la Renta se ajustaron gracias a la inflación negativa del 2025 (sí, suena raro, pero así es). Esto quiere decir que, aunque no hayan aprobado ninguna ley nueva en la Asamblea, ahora tenemos que declarar renta sobre montos menores. ¡Una verdadera torta!
Y eso no es todo, porque la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) también anda con sus propios planes. Están aumentando las cuotas del IVM, esos aportes que hacemos para la jubilación y otros beneficios. Aunque parezca poco, unos cuantos porcentajes acá y allá, al final del mes se siente el pinchazo en la cartera.
Imagínate, un mae que gana un millón de colones al mes, antes estaba más o menos tranquilo, pero ahora tendrá que entregarle unos ¢10.000 extra entre renta e IVM. ¡Eso sí que duele! Es como si te quitaran la mitad del aguacate con limón del almuerzo, algo esencial en nuestra vida diaria.
Los expertos dicen que esto puede incluso desincentivar la formalidad, que la gente se espante y busque trabajar “por fuera”, donde no tienen que pagar tanto impuesto. Y ahí sí que se va todo al traste, porque Hacienda deja de recibir dinero y la economía se pone peor. ¡Qué brete!
Algunos analistas laborales advierten que este tipo de ajustes, aunque puedan parecer técnicos, terminan erosionando nuestro poder adquisitivo. Nos cuesta más comprar lo mismo, las cosas siguen caras y nosotros seguimos ganando casi lo mismo. ¡Un verdadero baile de viejos!
Este fenómeno, que muchos llaman “aumento de impuestos encubierto”, nos demuestra que en Costa Rica, mantener el mismo salario nominal no siempre significa mantener el mismo poder de compra. Con la inflación y los aumentos en las cuotas de la Caja, cada vez nos queda menos para gastar en nuestras necesidades básicas y en darle una vida digna a nuestros hijos.
Entonces, dime tú, ¿qué podemos hacer ante esta situación? ¿Debería el gobierno reconsiderar estos ajustes o estás dispuesto a aguantar el tirón y seguir remando contra corriente? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!