¡Ay, Dios mío, qué vaina! Resulta que a partir del 26 de diciembre, si quieres irte pa' Estados Unidos, prepárate para sacar la lengua y que te tomen huella digital. Sí, leyeron bien, los gringos van a implementar un sistema de control biométrico a tope para todos los que no somos ciudadanos. Parece que ahora quieren saber hasta dónde andamos comiendo hot dogs allá.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, esto va en plan de 'seguridad nacional'. Dicen que necesitan detectar documentos falsos, chequear si nos quedamos más tiempo del debido y corregir cositas en sus bases de datos. Como si nosotros fuéramos pura banda criminal, ¡diay! A ver, entiendo que quieran controlar las cosas, pero ¿hasta dónde tienen que meternos los dedos?
La nueva normativa afecta a todito el mundo, desde el turista más relajado hasta el estudiante que anda buscando mejorar su inglés. Ya no hay excepciones para menores ni para los abuelitos que van a visitar a sus nietos. Todos vamos a tener que ponerle cara al scanner y dejar nuestras huellas digitales para que ellos vayan registrando nuestros movimientos como si fuéramos ovejas en corral.
Y ojo, porque no es solo la foto y la huella dactilar. En algunos casos, pueden pedirte los rasgos faciales, imagínate eso. Dicen que todo esto es para prevenir el terrorismo y el crimen organizado, pero a muchos nos suena a exceso de control y a invasión de la privacidad. A mi me preocupa cómo van a proteger esos datos, ¿no vaya a ser que terminen en manos equivocadas?
Claro, los abogados ya están dando vueltas pensando en cómo atacar esta ley. Argumentan que viola nuestros derechos individuales y que no hay suficientes garantías para asegurar que la información biométrica no se use de manera indebida. También dicen que no está claro cuánto tiempo van a almacenar estos datos y cómo podrán corregir errores si nos equivocamos de dedo al momento de hacer el escaneo, ¡qué bronca!
Para nosotros, los catrachos que andamos cruzando la frontera, esto significa llegar con más tiempo extra al aeropuerto o al punto fronterizo. Porque aunque sea automático, seguramente habrá filas y demoras mientras se adapta el sistema. Así que ya saben, no lleguen corriendo como si fueran corredores de Fórmula 1, porque ahí se van a quedar atascados. Mejor llegan dos horas antes para quitarse estrés.
Esta medida, obviamente, genera mucha controversia. Algunos lo ven como una herramienta necesaria para combatir el crimen y garantizar la seguridad, mientras que otros lo consideran una afrenta a la libertad individual y un ataque a la privacidad. Lo cierto es que cambiará la forma en que viajamos a Estados Unidos, y quizás tengamos que acostumbrarnos a ser tratados como sospechosos en lugar de turistas. Al final, es como dice el dicho: 'el que quiere celeste, que le den morado', pero bueno, ¡nos toca aguantar!
Ahora dime, ¿ustedes qué piensan? ¿Les parece justo este nuevo control biométrico o creen que es un abuso de poder? ¿Se sienten cómodos dejando sus datos personales en manos del gobierno de Estados Unidos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero leerlas!
Según el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU, esto va en plan de 'seguridad nacional'. Dicen que necesitan detectar documentos falsos, chequear si nos quedamos más tiempo del debido y corregir cositas en sus bases de datos. Como si nosotros fuéramos pura banda criminal, ¡diay! A ver, entiendo que quieran controlar las cosas, pero ¿hasta dónde tienen que meternos los dedos?
La nueva normativa afecta a todito el mundo, desde el turista más relajado hasta el estudiante que anda buscando mejorar su inglés. Ya no hay excepciones para menores ni para los abuelitos que van a visitar a sus nietos. Todos vamos a tener que ponerle cara al scanner y dejar nuestras huellas digitales para que ellos vayan registrando nuestros movimientos como si fuéramos ovejas en corral.
Y ojo, porque no es solo la foto y la huella dactilar. En algunos casos, pueden pedirte los rasgos faciales, imagínate eso. Dicen que todo esto es para prevenir el terrorismo y el crimen organizado, pero a muchos nos suena a exceso de control y a invasión de la privacidad. A mi me preocupa cómo van a proteger esos datos, ¿no vaya a ser que terminen en manos equivocadas?
Claro, los abogados ya están dando vueltas pensando en cómo atacar esta ley. Argumentan que viola nuestros derechos individuales y que no hay suficientes garantías para asegurar que la información biométrica no se use de manera indebida. También dicen que no está claro cuánto tiempo van a almacenar estos datos y cómo podrán corregir errores si nos equivocamos de dedo al momento de hacer el escaneo, ¡qué bronca!
Para nosotros, los catrachos que andamos cruzando la frontera, esto significa llegar con más tiempo extra al aeropuerto o al punto fronterizo. Porque aunque sea automático, seguramente habrá filas y demoras mientras se adapta el sistema. Así que ya saben, no lleguen corriendo como si fueran corredores de Fórmula 1, porque ahí se van a quedar atascados. Mejor llegan dos horas antes para quitarse estrés.
Esta medida, obviamente, genera mucha controversia. Algunos lo ven como una herramienta necesaria para combatir el crimen y garantizar la seguridad, mientras que otros lo consideran una afrenta a la libertad individual y un ataque a la privacidad. Lo cierto es que cambiará la forma en que viajamos a Estados Unidos, y quizás tengamos que acostumbrarnos a ser tratados como sospechosos en lugar de turistas. Al final, es como dice el dicho: 'el que quiere celeste, que le den morado', pero bueno, ¡nos toca aguantar!
Ahora dime, ¿ustedes qué piensan? ¿Les parece justo este nuevo control biométrico o creen que es un abuso de poder? ¿Se sienten cómodos dejando sus datos personales en manos del gobierno de Estados Unidos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero leerlas!
