A ver, a ver... ¿Alguna vez te has preguntado por qué tu carro anda a 100 en el tablero, pero Waze te dice que vas a 95? Tranquilo, no estás loco, ni tu celular está pirata. Hay una razón bien específica detrás de esta jugada, y no es precisamente un complot de las automotrices, sino una norma internacional que rige cómo leemos la velocidad en Costa Rica.
La cosa es así: el velocímetro de tu carro siempre está calibrado para mostrarle una velocidad ligeramente superior a la real. Sí, así como lo escuchas. No es un error, es un diseño deliberado, amparado en una normativa europea llamada UNECE nº 39. Esta reglamentación, que nos llegó por importación, dicta que el velocímetro no puede marcar una velocidad inferior a la que realmente estás llevando el carro. Digamos que la intención es noble, protegerte a ti y a todos nosotros de caernos en el picado sin darnos cuenta.
Imagínate el desastre: ¿si el velocímetro te muestra 100km/h cuando en realidad vas a 110km/h? Podrías estar pasando los límites de velocidad sin siquiera saberlo, exponiéndote a multas abultadas y, peor aún, a un accidente. Por eso, los fabricantes agregan ese pequeño margen de “más”, asegurándose de que, en el peor de los casos, te estén dando una advertencia, no una patada en el trasero.
Ahora, ¿qué pasa con esas aplicaciones tan precisas como Waze o Google Maps? Pues esos usan el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para calcular la velocidad. Miden la distancia recorrida dividida por el tiempo que tardaste en recorrerla, lo que generalmente da una lectura más certera. Eso explica por qué a veces sientes que el celular te está frenando cuando el carro pide paso. Pero ojo, que aunque sean más exactos, no son las autoridades definitivas en caso de un control de tránsito.
En Colombia, por ejemplo, puedes llegar a pagar hasta 650.000 colones por exceso de velocidad, ¡unas papas! En Costa Rica, las multas varían dependiendo del grado de la infracción, pero pueden superar los 300.000 colones si te pasas de listo. Y como si fuera poco, seguir hablando por teléfono mientras conduces también te costará caro, a menos que tengas el celular configurado antes de arrancar. Ojo, porque el descuido puede salir caro, ¡y nadie quiere perderse el fin de semana por una imprudencia!
Esta historia del velocímetro engañoso viene de atrás, desde los años setenta, cuando la cantidad de carros en Europa explotó y había un caos de diferentes sistemas de medición. Entonces decidieron estandarizar la forma en que los velocímetros mostraban la velocidad, buscando uniformidad y, sobre todo, seguridad. Así que ya sabes, esa pequeña “mentira” del carro tiene una justificación histórica y técnica.
Y, ¿qué significa todo esto para nosotros, los ticos que nos movemos por las carreteras y rutas cantonales? Simple: toma la lectura del velocímetro como una advertencia conservadora. Si te marca 100, probablemente vayas un poquito por debajo, lo cual te ayuda a mantener la calma y a evitar sorpresas desagradables en el bolsillo. Pero, por favor, no confíes ciegamente en el GPS, porque la señal puede fallar en zonas montañosas o dentro de túneles, como los que tenemos por estos lados.
Entonces, la próxima vez que notes la diferencia entre el velocímetro y el celular, recuerda que esa pequeña discrepancia está ahí para ayudarte. No es un defecto, es una medida de seguridad. Confiésale un poquito a tu carro, que él está tratando de cuidarte. Ahora dime, ¿crees que deberíamos exigir que los velocímetros sean más transparentes sobre esta diferencia, o prefieres mantener el sistema actual que prioriza la seguridad, aunque te haga sentir un poquito engañado?
La cosa es así: el velocímetro de tu carro siempre está calibrado para mostrarle una velocidad ligeramente superior a la real. Sí, así como lo escuchas. No es un error, es un diseño deliberado, amparado en una normativa europea llamada UNECE nº 39. Esta reglamentación, que nos llegó por importación, dicta que el velocímetro no puede marcar una velocidad inferior a la que realmente estás llevando el carro. Digamos que la intención es noble, protegerte a ti y a todos nosotros de caernos en el picado sin darnos cuenta.
Imagínate el desastre: ¿si el velocímetro te muestra 100km/h cuando en realidad vas a 110km/h? Podrías estar pasando los límites de velocidad sin siquiera saberlo, exponiéndote a multas abultadas y, peor aún, a un accidente. Por eso, los fabricantes agregan ese pequeño margen de “más”, asegurándose de que, en el peor de los casos, te estén dando una advertencia, no una patada en el trasero.
Ahora, ¿qué pasa con esas aplicaciones tan precisas como Waze o Google Maps? Pues esos usan el Sistema de Posicionamiento Global (GPS) para calcular la velocidad. Miden la distancia recorrida dividida por el tiempo que tardaste en recorrerla, lo que generalmente da una lectura más certera. Eso explica por qué a veces sientes que el celular te está frenando cuando el carro pide paso. Pero ojo, que aunque sean más exactos, no son las autoridades definitivas en caso de un control de tránsito.
En Colombia, por ejemplo, puedes llegar a pagar hasta 650.000 colones por exceso de velocidad, ¡unas papas! En Costa Rica, las multas varían dependiendo del grado de la infracción, pero pueden superar los 300.000 colones si te pasas de listo. Y como si fuera poco, seguir hablando por teléfono mientras conduces también te costará caro, a menos que tengas el celular configurado antes de arrancar. Ojo, porque el descuido puede salir caro, ¡y nadie quiere perderse el fin de semana por una imprudencia!
Esta historia del velocímetro engañoso viene de atrás, desde los años setenta, cuando la cantidad de carros en Europa explotó y había un caos de diferentes sistemas de medición. Entonces decidieron estandarizar la forma en que los velocímetros mostraban la velocidad, buscando uniformidad y, sobre todo, seguridad. Así que ya sabes, esa pequeña “mentira” del carro tiene una justificación histórica y técnica.
Y, ¿qué significa todo esto para nosotros, los ticos que nos movemos por las carreteras y rutas cantonales? Simple: toma la lectura del velocímetro como una advertencia conservadora. Si te marca 100, probablemente vayas un poquito por debajo, lo cual te ayuda a mantener la calma y a evitar sorpresas desagradables en el bolsillo. Pero, por favor, no confíes ciegamente en el GPS, porque la señal puede fallar en zonas montañosas o dentro de túneles, como los que tenemos por estos lados.
Entonces, la próxima vez que notes la diferencia entre el velocímetro y el celular, recuerda que esa pequeña discrepancia está ahí para ayudarte. No es un defecto, es una medida de seguridad. Confiésale un poquito a tu carro, que él está tratando de cuidarte. Ahora dime, ¿crees que deberíamos exigir que los velocímetros sean más transparentes sobre esta diferencia, o prefieres mantener el sistema actual que prioriza la seguridad, aunque te haga sentir un poquito engañado?