Maes, hay noticias que, diay, te dejan un sabor agridulce. Por un lado, uno siente un alivio enorme de que la justicia, aunque a veces camine lento, parece que al final llega. Por otro, te recuerda la tragedia que dio origen a todo. Hoy nos levantamos con una de esas: el OIJ acaba de confirmar que detuvieron al principal sospechoso de asesinar a don Gerardo Quirós, el oficial de seguridad de 63 años al que balearon sin piedad en el muelle del Incop, allá en Puntarenas. Una vara que tenía a mucha gente con el Jesús en la boca desde mayo.
Hagamos un toque de memoria porque la violencia a veces nos pasa por encima y se nos olvidan las caras. Don Gerardo estaba en su casetilla, haciendo su brete como cualquier otro día, cuando en apariencia llegó este sujeto y, sin mediar palabra, le vació un arma encima. Así de crudo. ¡Qué sal la del pobre señor! Tenía 63 años, probablemente pensando más en la pensión que en otra cosa, y un mae de 34 decide que su vida ya no vale. Es el tipo de injusticia que te revuelve el estómago, porque no hay forma de entender qué puede llevar a alguien a cometer un acto tan atroz contra una persona que solo está pulseándola para llevar el arroz y los frijoles a la casa.
Acá es donde uno dice: "¡qué buen brete el del OIJ!". Porque desde aquel 20 de mayo, los agentes se pusieron las pilas. No fue un caso de un día para otro. La vara es que armar un caso sólido, que no se caiga en los Tribunales, requiere un trabajo de hormiga, de seguir pistas, de atar cabos que a simple vista no tienen conexión. Fueron tres meses de investigación sigilosa que hoy dieron frutos. El OIJ no solo identificó al sospechoso, un hombre de apellido Ramírez, sino que acumuló la evidencia suficiente como para que un juez les diera luz verde para reventarle la puerta y sacarlo de la cama.
El operativo fue esta mañana, con el primer gallo, en una choza en el sector de Juanito Mora de Barranca. Para los que no conocen, es una zona complicada del Puerto. Los agentes judiciales cayeron con todo, allanaron la vivienda y no solo se llevaron al mae esposado, sino que también decomisaron "evidencia importante", que es el término técnico para decir que encontraron chunches que lo vinculan directamente con el asesinato. Ahora Ramírez queda a las órdenes del Ministerio Público, y si se confirma que fue él, diay, se le fue la vida al traste por completo. Le esperan años a la sombra, un futuro que él mismo se construyó a punta de plomo.
La captura, sin duda, es una luz de esperanza para la familia de don Quirós y para la comunidad porteña, que vive ahogada en una ola de violencia que parece no tener fin. Pero esto me deja pensando y aquí es donde quiero leerlos a ustedes. Más allá de celebrar el buen trabajo del OIJ en este caso puntual, ¿creen ustedes que estas capturas realmente logran bajar la sensación de inseguridad en zonas tan calientes como el Puerto, o es como intentar secar el mar con una cuchara mientras las causas reales del problema siguen intactas? Los leo.
Hagamos un toque de memoria porque la violencia a veces nos pasa por encima y se nos olvidan las caras. Don Gerardo estaba en su casetilla, haciendo su brete como cualquier otro día, cuando en apariencia llegó este sujeto y, sin mediar palabra, le vació un arma encima. Así de crudo. ¡Qué sal la del pobre señor! Tenía 63 años, probablemente pensando más en la pensión que en otra cosa, y un mae de 34 decide que su vida ya no vale. Es el tipo de injusticia que te revuelve el estómago, porque no hay forma de entender qué puede llevar a alguien a cometer un acto tan atroz contra una persona que solo está pulseándola para llevar el arroz y los frijoles a la casa.
Acá es donde uno dice: "¡qué buen brete el del OIJ!". Porque desde aquel 20 de mayo, los agentes se pusieron las pilas. No fue un caso de un día para otro. La vara es que armar un caso sólido, que no se caiga en los Tribunales, requiere un trabajo de hormiga, de seguir pistas, de atar cabos que a simple vista no tienen conexión. Fueron tres meses de investigación sigilosa que hoy dieron frutos. El OIJ no solo identificó al sospechoso, un hombre de apellido Ramírez, sino que acumuló la evidencia suficiente como para que un juez les diera luz verde para reventarle la puerta y sacarlo de la cama.
El operativo fue esta mañana, con el primer gallo, en una choza en el sector de Juanito Mora de Barranca. Para los que no conocen, es una zona complicada del Puerto. Los agentes judiciales cayeron con todo, allanaron la vivienda y no solo se llevaron al mae esposado, sino que también decomisaron "evidencia importante", que es el término técnico para decir que encontraron chunches que lo vinculan directamente con el asesinato. Ahora Ramírez queda a las órdenes del Ministerio Público, y si se confirma que fue él, diay, se le fue la vida al traste por completo. Le esperan años a la sombra, un futuro que él mismo se construyó a punta de plomo.
La captura, sin duda, es una luz de esperanza para la familia de don Quirós y para la comunidad porteña, que vive ahogada en una ola de violencia que parece no tener fin. Pero esto me deja pensando y aquí es donde quiero leerlos a ustedes. Más allá de celebrar el buen trabajo del OIJ en este caso puntual, ¿creen ustedes que estas capturas realmente logran bajar la sensación de inseguridad en zonas tan calientes como el Puerto, o es como intentar secar el mar con una cuchara mientras las causas reales del problema siguen intactas? Los leo.