¡Ay, Dios mío! Quién se imaginó que esto del proyecto La Esperanza iba a echarse a perder así, ¿verdad, maes? Resulta que Don Chito, el Presidente, anda diciendo que el municipío estaba echando atrás la inauguración, pero el Alcalde Randall Vega salió a defenderse como tigre, negando rotundamente esas habladurías y aclarando que había cositas técnicas pendientes, bien clarito.
La jugada empezó cuando el gobierno intentó meterle mano al acueducto sin avisarle al municipío, ¡con la Fuerza Pública encima! Un despiche, vamos. Vega contó que se enteraron casi en caliente de que el AyA iba a conectar el agua en 48 horas o enfrentarían consecuencias legales. Un brete, porque ni siquiera tenían un acuerdo formal, solamente la indicación del AyA que les tomó por sorpresa un sábado cualquiera.
Y claro, Don Chito, aprovechando sus programitas de tele desde Casa Presidencial, ha ido soltando pullas contra el municipío y contra unas diputadas de Naranjo, Montserrat Ruiz, Priscilla Vindas y María Marta Padilla, acusándolas de estar metidas en la vaina. Pero Vega respondió directo: 'No tienen absolutamente nada que ver, mae'. Ahí quedó claro que este asunto va más allá de lo técnico.
Vega detalló que no eran solo las firmas las que faltaban. Había temas de desfogue de aguas pluviales, conexiones con la planta de tratamiento, energización del proyecto, y hasta revisones de seguridad de bomberos que todavía estaban pendientes. ¡Un montón de cosas!, y eso es lo que explica por qué no se podía inaugurar a toda máquina como quería el Presidente.
Ahora, resulta que el Ejecutivo tenía un interés particular en acelerar la cosa, queriendo inaugurar el proyecto aunque estuviera a medio andar. ¿Por qué tanta prisa? Eso es lo que Vega no entiende, pero sospecha que hay algo más detrás de tanto empuje. Unas movidas raras, vamos.
Luego, vino la cereza del pastel: la Sala Cuatro del Tribunal Constitucional le dio la razón al municipío, otorgándole tres semanas para conectar el acueducto. Lo curioso es que, según Vega, ellos ya estaban dando servicio a las viviendas con anticipación, ¡diez días antes de que el fallo entrara en vigor! El AyA terminó tomando control de la situación, pero Vega insiste en que la resolución judicial legalizó lo que ya estaban haciendo.
Para poner las cosas en perspectiva, el condominio La Esperanza tiene 120 viviendas, pero actualmente viven solo 10 familias. Se trata de un proyecto habitacional que prometía darle una mejor calidad de vida a muchas personas en la zona de Naranjo, pero parece que entre papeles, intereses políticos y burocracia, la cosa se ha complicado más de la cuenta. Una pena, porque la intención original era muy buena.
En fin, este rollo ha generado mucha controversia en la provincia de Alajuela y ha puesto en evidencia las tensiones entre el poder ejecutivo y los gobiernos locales. Ahora, díganme, ¿creen que Don Chito realmente tenía intenciones ocultas al insistir tanto en la inauguración de La Esperanza, o simplemente quería mostrar resultados rápidos antes de las próximas elecciones?
La jugada empezó cuando el gobierno intentó meterle mano al acueducto sin avisarle al municipío, ¡con la Fuerza Pública encima! Un despiche, vamos. Vega contó que se enteraron casi en caliente de que el AyA iba a conectar el agua en 48 horas o enfrentarían consecuencias legales. Un brete, porque ni siquiera tenían un acuerdo formal, solamente la indicación del AyA que les tomó por sorpresa un sábado cualquiera.
Y claro, Don Chito, aprovechando sus programitas de tele desde Casa Presidencial, ha ido soltando pullas contra el municipío y contra unas diputadas de Naranjo, Montserrat Ruiz, Priscilla Vindas y María Marta Padilla, acusándolas de estar metidas en la vaina. Pero Vega respondió directo: 'No tienen absolutamente nada que ver, mae'. Ahí quedó claro que este asunto va más allá de lo técnico.
Vega detalló que no eran solo las firmas las que faltaban. Había temas de desfogue de aguas pluviales, conexiones con la planta de tratamiento, energización del proyecto, y hasta revisones de seguridad de bomberos que todavía estaban pendientes. ¡Un montón de cosas!, y eso es lo que explica por qué no se podía inaugurar a toda máquina como quería el Presidente.
Ahora, resulta que el Ejecutivo tenía un interés particular en acelerar la cosa, queriendo inaugurar el proyecto aunque estuviera a medio andar. ¿Por qué tanta prisa? Eso es lo que Vega no entiende, pero sospecha que hay algo más detrás de tanto empuje. Unas movidas raras, vamos.
Luego, vino la cereza del pastel: la Sala Cuatro del Tribunal Constitucional le dio la razón al municipío, otorgándole tres semanas para conectar el acueducto. Lo curioso es que, según Vega, ellos ya estaban dando servicio a las viviendas con anticipación, ¡diez días antes de que el fallo entrara en vigor! El AyA terminó tomando control de la situación, pero Vega insiste en que la resolución judicial legalizó lo que ya estaban haciendo.
Para poner las cosas en perspectiva, el condominio La Esperanza tiene 120 viviendas, pero actualmente viven solo 10 familias. Se trata de un proyecto habitacional que prometía darle una mejor calidad de vida a muchas personas en la zona de Naranjo, pero parece que entre papeles, intereses políticos y burocracia, la cosa se ha complicado más de la cuenta. Una pena, porque la intención original era muy buena.
En fin, este rollo ha generado mucha controversia en la provincia de Alajuela y ha puesto en evidencia las tensiones entre el poder ejecutivo y los gobiernos locales. Ahora, díganme, ¿creen que Don Chito realmente tenía intenciones ocultas al insistir tanto en la inauguración de La Esperanza, o simplemente quería mostrar resultados rápidos antes de las próximas elecciones?
