¡Ay, Dios mío! Ya estamos viendo cómo los ciberdelincuentes andan más encima que chancho en mercado. No es jaco, pura verdad, los fraudes electrónicos, el ciberacoso y el robo de identidad se nos están comiendo vivo. Parece que vivir pegados al celular nos ha abierto las puertas a estos tipos, y ahora toca agarrarle el modo rápido porque la cosa se está poniendo fea.
Lo que pasa es que con tanta inteligencia artificial y cosas conectadas por doquier, les facilita muchísimo el brete a estos mangantes. Antes era difícil, ahora tienen herramientas que ni nos imaginamos. Unos cuantos click y ya te están sacando los fondos de la cuenta o usando tu nombre para meterse en líos.
Los expertos en seguridad informática no paran de insistirnos: la ciberseguridad ya no es cosa de técnicos raritos, es cosito nuestro. Porque al final, todos somos responsables de proteger nuestra información. Y créeme, la info es lo más valioso que tenemos hoy en día – más que el café colón, ¡y eso dice bastante!
Piensa que si no te proteges bien, puedes perderle la camisa, sufrir daño emocional y hasta meterte en problemas legales. No es broma, mae. Las estafas de inversión, las compras falsas... ¡los fraudos online están causando perdidas millonarias a nivel mundial! Según dicen unos gringos de McKinsey, ya gastamos más de 200 mil millones de dólares en ciberseguridad, pero igual seguimos perdiendo miles de millones. ¡Qué sal!
¿Te acuerdas cuando te llegaba un correo diciendo que ganaste un viaje gratis? Pues ahora es peor. Te mandan notificaciones falsas de multas de tránsito, supuestas facturas impagas… ¡de todo pa’ engañarte! Estos tipos son maestros en disfrazarse de funcionarios oficiales, y ahí tienes que estar más alerta que gato amagüeso.
Pero no todo es plata, hay cosas mucho peores. El ciberacoso y el 'grooming' (que es cuando te coquetean online con malas intenciones) siguen aumentando, especialmente entre los más jóvenes. Plataformas como Snapchat se han convertido en terrenos perfectos para estas agresiones. Imagínate, tus hijos o tus sobrinos están expuestos a peligros que ni siquiera conoces. ¡Es un tema serio que debemos tomar con toda la seriedad del mundo!
Además, ahora le suman la suplantación de identidad. Con el auge del internet, los jueguecitos online y las criptomonedas, los delincuentes andan inventándose identidades falsas para hacer compras ilegales, sacar préstamos a tu nombre e incluso dañar tu reputación crediticia. ¡Qué torta! Imagina tener que limpiar tu nombre después de semejante desastre.
Entonces, ¿qué hacemos? Bueno, los especialistas dicen que la clave está en educarnos digitalmente, activar la autentificación multifactor (esos códigos que te mandan al celular), y usar la tecnología con cabeza fría. Martina López, una experta en seguridad informática de ESET Latinoamérica, me decía que “todos tenemos que protegernos, empezando por nosotros mismos. Todos podemos ser víctimas de un ciberataque porque todos manipulamos datos”. Ahora bien, con tantos riesgos rondando en la red, ¿crees que deberíamos exigir más regulación y control sobre las plataformas digitales para proteger a nuestros jóvenes y prevenir estos fraudes cibernéticos?
Lo que pasa es que con tanta inteligencia artificial y cosas conectadas por doquier, les facilita muchísimo el brete a estos mangantes. Antes era difícil, ahora tienen herramientas que ni nos imaginamos. Unos cuantos click y ya te están sacando los fondos de la cuenta o usando tu nombre para meterse en líos.
Los expertos en seguridad informática no paran de insistirnos: la ciberseguridad ya no es cosa de técnicos raritos, es cosito nuestro. Porque al final, todos somos responsables de proteger nuestra información. Y créeme, la info es lo más valioso que tenemos hoy en día – más que el café colón, ¡y eso dice bastante!
Piensa que si no te proteges bien, puedes perderle la camisa, sufrir daño emocional y hasta meterte en problemas legales. No es broma, mae. Las estafas de inversión, las compras falsas... ¡los fraudos online están causando perdidas millonarias a nivel mundial! Según dicen unos gringos de McKinsey, ya gastamos más de 200 mil millones de dólares en ciberseguridad, pero igual seguimos perdiendo miles de millones. ¡Qué sal!
¿Te acuerdas cuando te llegaba un correo diciendo que ganaste un viaje gratis? Pues ahora es peor. Te mandan notificaciones falsas de multas de tránsito, supuestas facturas impagas… ¡de todo pa’ engañarte! Estos tipos son maestros en disfrazarse de funcionarios oficiales, y ahí tienes que estar más alerta que gato amagüeso.
Pero no todo es plata, hay cosas mucho peores. El ciberacoso y el 'grooming' (que es cuando te coquetean online con malas intenciones) siguen aumentando, especialmente entre los más jóvenes. Plataformas como Snapchat se han convertido en terrenos perfectos para estas agresiones. Imagínate, tus hijos o tus sobrinos están expuestos a peligros que ni siquiera conoces. ¡Es un tema serio que debemos tomar con toda la seriedad del mundo!
Además, ahora le suman la suplantación de identidad. Con el auge del internet, los jueguecitos online y las criptomonedas, los delincuentes andan inventándose identidades falsas para hacer compras ilegales, sacar préstamos a tu nombre e incluso dañar tu reputación crediticia. ¡Qué torta! Imagina tener que limpiar tu nombre después de semejante desastre.
Entonces, ¿qué hacemos? Bueno, los especialistas dicen que la clave está en educarnos digitalmente, activar la autentificación multifactor (esos códigos que te mandan al celular), y usar la tecnología con cabeza fría. Martina López, una experta en seguridad informática de ESET Latinoamérica, me decía que “todos tenemos que protegernos, empezando por nosotros mismos. Todos podemos ser víctimas de un ciberataque porque todos manipulamos datos”. Ahora bien, con tantos riesgos rondando en la red, ¿crees que deberíamos exigir más regulación y control sobre las plataformas digitales para proteger a nuestros jóvenes y prevenir estos fraudes cibernéticos?
