¡Ay, Dios mío, qué alivio! Después de meses de sentirnos como si nos estuvieran exprimiendo hasta el último colón, la Aresep finalmente le dio caña a los precios de los combustibles. Sí, señores, parece que vamos a poder echarle un poquito menos a la troca y quizás tener para comprar unas gaseosas después del trabajo. La noticia llegó como anillo al dedo, porque ya estábamos todos pensando en empezar a caminar o revivir la época del autobús.
Según la Autoridad Reguladora, la rebaja responde directamente a cómo se han movido los precios en el mercado internacional. Aparentemente, las cosas se han calmado un poco allá afuera, y eso se traduce en menos plata en la bomba para nosotros. No sé ustedes, pero yo estoy agarrándole con pinzas, porque ya hemos visto muchas sorpresas con estos precios, que suben y bajan como montaña rusa.
Ahora bien, veamos los números concretos: la gasolina súper bajará 19 colones, llegando a los 662; la regular tendrá una reducción de 2 colones, quedando en 637; el diésel se descontará en 6, llegando a 563, y el gas licuado de petróleo (LPG) también recibirá un respiro de 224 colones, quedando en 7.047. Para muchos, esto significa un poquito más de tranquilidad en el bolsillo, especialmente para esos que dependen del carro para ir al brete diario. Mario Mora, el intendente de energía, resaltó que casi dos millones de vehículos se beneficiarán, así como más de la mitad de los hogares que usan gas para cocinar. Eso sí, la verdad es que el LPG sigue siendo el rey del consumo, con un 32% utilizándolo la gente en sus casas, ¡lo que demuestra que todavía hay muchos comiendo frijoles con gas!
Si miramos hacia atrás, 2025 ha sido un año con precios más amigables que el año pasado. Desde diciembre de 2024 hasta este diciembre, vimos una reducción significativa: la súper cayó 42 colones, la regular 33 y el diésel 8. Un buen dato para recordar, aunque no significa que estemos libres de fluctuaciones. La volatilidad del mercado internacional siempre nos puede dar sustos, así que hay que estar ojo avizor.
Pero miremos la realidad, ¿de qué sirve esta rebajita si luego aparecen otros aumentos inesperados? Ya sabemos cómo funciona la cosa, ¿verdad? Una mano te da y la otra te quita, y al final siempre terminamos pagando la cuenta. Muchos dicen que estas medidas son solo “para calmar las aguas”, mientras siguen buscando otras maneras de sacarle dinero al pueblo. ¿Serán capaces de mantener estos precios bajos durante mucho tiempo, o es solo un parche temporal?
Y hablando de futuro, la incertidumbre sigue ahí. Las tensiones geopolíticas, la producción de crudo en otros países, e incluso factores climáticos pueden influir en los precios del combustible. Así que, aunque ahora podamos respirar un poco más tranquilos, no podemos bajar la guardia. Hay que seguir vigilantes y exigiendo transparencia a las autoridades. Al fin y al cabo, nuestro bolsillo es asunto serio, ¡y nadie nos va a robar la feria!
Este cambio en los precios llega justo a tiempo, considerando que estamos entrando a temporada navideña. Mucha gente utiliza el carro para visitar a familiares y viajar por el país, así que cualquier ahorro es bienvenido. Aunque, seamos honestos, con los precios de los panecitos y la comida, igual vamos a tener que apretarnos el cinturón para poder celebrar dignamente. ¡Pero bueno, al menos ya no tendremos que vender un riñón para llenar el tanque!
En fin, ¿creen que esta rebaja en los combustibles marcará una verdadera diferencia en nuestras vidas diarias, o será simplemente otro espejismo en medio de la crisis económica? ¿Deberían tomar medidas más drásticas para estabilizar los precios a largo plazo, o creen que la situación actual es suficiente? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios, máes!
Según la Autoridad Reguladora, la rebaja responde directamente a cómo se han movido los precios en el mercado internacional. Aparentemente, las cosas se han calmado un poco allá afuera, y eso se traduce en menos plata en la bomba para nosotros. No sé ustedes, pero yo estoy agarrándole con pinzas, porque ya hemos visto muchas sorpresas con estos precios, que suben y bajan como montaña rusa.
Ahora bien, veamos los números concretos: la gasolina súper bajará 19 colones, llegando a los 662; la regular tendrá una reducción de 2 colones, quedando en 637; el diésel se descontará en 6, llegando a 563, y el gas licuado de petróleo (LPG) también recibirá un respiro de 224 colones, quedando en 7.047. Para muchos, esto significa un poquito más de tranquilidad en el bolsillo, especialmente para esos que dependen del carro para ir al brete diario. Mario Mora, el intendente de energía, resaltó que casi dos millones de vehículos se beneficiarán, así como más de la mitad de los hogares que usan gas para cocinar. Eso sí, la verdad es que el LPG sigue siendo el rey del consumo, con un 32% utilizándolo la gente en sus casas, ¡lo que demuestra que todavía hay muchos comiendo frijoles con gas!
Si miramos hacia atrás, 2025 ha sido un año con precios más amigables que el año pasado. Desde diciembre de 2024 hasta este diciembre, vimos una reducción significativa: la súper cayó 42 colones, la regular 33 y el diésel 8. Un buen dato para recordar, aunque no significa que estemos libres de fluctuaciones. La volatilidad del mercado internacional siempre nos puede dar sustos, así que hay que estar ojo avizor.
Pero miremos la realidad, ¿de qué sirve esta rebajita si luego aparecen otros aumentos inesperados? Ya sabemos cómo funciona la cosa, ¿verdad? Una mano te da y la otra te quita, y al final siempre terminamos pagando la cuenta. Muchos dicen que estas medidas son solo “para calmar las aguas”, mientras siguen buscando otras maneras de sacarle dinero al pueblo. ¿Serán capaces de mantener estos precios bajos durante mucho tiempo, o es solo un parche temporal?
Y hablando de futuro, la incertidumbre sigue ahí. Las tensiones geopolíticas, la producción de crudo en otros países, e incluso factores climáticos pueden influir en los precios del combustible. Así que, aunque ahora podamos respirar un poco más tranquilos, no podemos bajar la guardia. Hay que seguir vigilantes y exigiendo transparencia a las autoridades. Al fin y al cabo, nuestro bolsillo es asunto serio, ¡y nadie nos va a robar la feria!
Este cambio en los precios llega justo a tiempo, considerando que estamos entrando a temporada navideña. Mucha gente utiliza el carro para visitar a familiares y viajar por el país, así que cualquier ahorro es bienvenido. Aunque, seamos honestos, con los precios de los panecitos y la comida, igual vamos a tener que apretarnos el cinturón para poder celebrar dignamente. ¡Pero bueno, al menos ya no tendremos que vender un riñón para llenar el tanque!
En fin, ¿creen que esta rebaja en los combustibles marcará una verdadera diferencia en nuestras vidas diarias, o será simplemente otro espejismo en medio de la crisis económica? ¿Deberían tomar medidas más drásticas para estabilizar los precios a largo plazo, o creen que la situación actual es suficiente? ¡Déjenme saber su opinión en los comentarios, máes!