¡Ay, Dios mío, qué wea! La producción de arroz en Costa Rica se cayó más duro que Juan Diego pintándole verrugas a la Virgen. Tres años de la 'Ruta del Arroz' y parece que le metieron dinamita a las cosechas. Los números no mienten, y bueh, los arroceros están sudando la gota gorda.
Todo empezó cuando el Gobierno de Chaves sacó adelante esa jugada de bajar los aranceles para importar arroz barato. La idea era abaratar el costo pa’l consumidor final, pero resultó que se abrió la puerta pa’ que llegaran montones de arroz de afuera, dejándose sin pega a nuestros campesinos. Ahora, los expertos dicen que esto es peor que lo que pasó con el Plan Escudo de Don Oscar, cuando intentaban arreglar la crisis inmobiliaria. Al menos ahí había intención de apoyar al productor local, aunque salió torcido.
Según Conarroz, la Corporación Arrocera Nacional, que sabe más de arroz que yo de ballets, la cantidad de tierras sembradas con arroz se desplomó casi un 60%. ¡Un 59%, para ser exactos! Pasamos de tener 35 mil hectáreas a apenas 14 mil. Eso es como si nos quitaran medio país de arrozales. Antes, en 2010, teníamos más productores gracias a ese plan medio loco de Don Oscar, pero luego todo volvió a ir cuesta abajo, y ahora estamos en niveles históricos bajos. ¡Parece broma!
Y no es que el clima nos estuviera jodiendo, ¿eh? No hemos tenido huracanes tipo Otto ni bacterias como la que mató las plantas en 2021. Así que la culpa no es del tiempo, sino de las políticas. Según Conarroz, “¿Qué ha sido más nefasto para el sector: diez años de desastres naturales o tres años de las políticas actuales? Los números hablan por sí solos”. Ahí lo tienen, directo al grano, sin rodeos, como decimos nosotros acá.
Ahora, la 'Ruta del Arroz' consiste en dos decretos que redujeron los aranceles de importación a casi nádeque. Bajaron de un 35% a un mísero 3.5% para el arroz en grano y de un 35% a un 4% para el arroz ya listo para vender. Además, quitaron toda regulación sobre los precios, dejando todo al libre mercado. Claro, ¡como si el arroz fuera a competir con el arroz subsidiado de otros países!
Las consecuencias son claras: la producción nacional se ha reducido en casi el 60% en tres años, perdiendo más de la mitad del arroz que solíamos producir. Miles de productores han cerrado negocio y muchos, que son familias trabajando en sus propios terrenos, están viendo cómo se les va el sustento de las manos. El 80% de los arroceros son pequeñas fincas, esas que realmente dan trabajo y mueven la economía en las zonas rurales. ¡Una verdadera pena, mae!
Y para colmo, las importaciones se han disparado. En 2022, solo el 26% del arroz que comemos viene de Costa Rica, mientras que el resto lo traemos de afuera. Ahora, el dato más alarmante: ¡el 85% del arroz que llega a nuestra mesa es importado! Lo que antes era un plato bien tico, hecho con arroz de nuestro suelo, ahora puede que sea arroz de China, Vietnam o quién sabe dónde. Dicen que ni los consumidores se han beneficiado, porque el arroz sigue caro, y los productores, pues… bueno, ya saben, se fueron al traste.
Esta situación me preocupa, diay. Dependemos cada vez más de otros países para alimentar a nuestra gente. Si algo pasa allá, ¿qué vamos a comer? ¿Vamos a empezar a cultivar quinua en el patio trasero? A propósito, ¿creen que el gobierno debería reconsiderar la ‘Ruta del Arroz’ y ponerle un freno a tanta importación, o creen que el libre mercado siempre encuentra el camino correcto? ¡Den su opinión, necesito saber qué piensan mis compas del foro sobre este brete!
Todo empezó cuando el Gobierno de Chaves sacó adelante esa jugada de bajar los aranceles para importar arroz barato. La idea era abaratar el costo pa’l consumidor final, pero resultó que se abrió la puerta pa’ que llegaran montones de arroz de afuera, dejándose sin pega a nuestros campesinos. Ahora, los expertos dicen que esto es peor que lo que pasó con el Plan Escudo de Don Oscar, cuando intentaban arreglar la crisis inmobiliaria. Al menos ahí había intención de apoyar al productor local, aunque salió torcido.
Según Conarroz, la Corporación Arrocera Nacional, que sabe más de arroz que yo de ballets, la cantidad de tierras sembradas con arroz se desplomó casi un 60%. ¡Un 59%, para ser exactos! Pasamos de tener 35 mil hectáreas a apenas 14 mil. Eso es como si nos quitaran medio país de arrozales. Antes, en 2010, teníamos más productores gracias a ese plan medio loco de Don Oscar, pero luego todo volvió a ir cuesta abajo, y ahora estamos en niveles históricos bajos. ¡Parece broma!
Y no es que el clima nos estuviera jodiendo, ¿eh? No hemos tenido huracanes tipo Otto ni bacterias como la que mató las plantas en 2021. Así que la culpa no es del tiempo, sino de las políticas. Según Conarroz, “¿Qué ha sido más nefasto para el sector: diez años de desastres naturales o tres años de las políticas actuales? Los números hablan por sí solos”. Ahí lo tienen, directo al grano, sin rodeos, como decimos nosotros acá.
Ahora, la 'Ruta del Arroz' consiste en dos decretos que redujeron los aranceles de importación a casi nádeque. Bajaron de un 35% a un mísero 3.5% para el arroz en grano y de un 35% a un 4% para el arroz ya listo para vender. Además, quitaron toda regulación sobre los precios, dejando todo al libre mercado. Claro, ¡como si el arroz fuera a competir con el arroz subsidiado de otros países!
Las consecuencias son claras: la producción nacional se ha reducido en casi el 60% en tres años, perdiendo más de la mitad del arroz que solíamos producir. Miles de productores han cerrado negocio y muchos, que son familias trabajando en sus propios terrenos, están viendo cómo se les va el sustento de las manos. El 80% de los arroceros son pequeñas fincas, esas que realmente dan trabajo y mueven la economía en las zonas rurales. ¡Una verdadera pena, mae!
Y para colmo, las importaciones se han disparado. En 2022, solo el 26% del arroz que comemos viene de Costa Rica, mientras que el resto lo traemos de afuera. Ahora, el dato más alarmante: ¡el 85% del arroz que llega a nuestra mesa es importado! Lo que antes era un plato bien tico, hecho con arroz de nuestro suelo, ahora puede que sea arroz de China, Vietnam o quién sabe dónde. Dicen que ni los consumidores se han beneficiado, porque el arroz sigue caro, y los productores, pues… bueno, ya saben, se fueron al traste.
Esta situación me preocupa, diay. Dependemos cada vez más de otros países para alimentar a nuestra gente. Si algo pasa allá, ¿qué vamos a comer? ¿Vamos a empezar a cultivar quinua en el patio trasero? A propósito, ¿creen que el gobierno debería reconsiderar la ‘Ruta del Arroz’ y ponerle un freno a tanta importación, o creen que el libre mercado siempre encuentra el camino correcto? ¡Den su opinión, necesito saber qué piensan mis compas del foro sobre este brete!