¡Ay, Dios mío! Esto sí que es turbio, ¿eh? La cosa anda que da risa negra con estos temas de seguridad. Resulta que el OIJ, luego de tanto tiempo, está pensando en darle protección a la familia de Geiner Zamora, el pobre hombre que lo tumbaron a matar en pleno Guápiles. Uno se queda pensando, ¿dónde estaban antes?
Pues mire, Michael Soto, el director interino de la Policía Judicial, soltó la bomba diciendo que la Oficina Especializada contra la Delincuencia Organizada (OECDO) va a ver qué onda con esto de proteger a los allegados. Parece que ahora sí les preocupa el peligro que puedan correr, pero pa' entonces ya es muy tarde, ¿no creen? Al final, la vida de Geiner ya se fue al traste.
Y eso no es todo, porque resulta que la Oficina de Crimen Organizado quiere acercarse a la familia para darles toda la información que no pudieron dar antes. Cuentan con razón, ¡el mae tiene derecho a saber qué pasó con su pareja!, pero uno piensa: ¿para qué ahora? Después de tanto tiempo de investigación, ¿ahora quieren contarles la verdad?
Lo que más me molesta es que Susana Lazo, la esposa del fallecido, dice que lo más duro es la ausencia de Geiner en los momentos importantes. Imagínense, la graduación de su hija, un momento lleno de alegría, y solo quedó un hueco enorme en la mesa. Dice que el Poder Judicial lo trató como “un número más”. ¡Qué sal! Así no se trata a los héroes que dan la vida por defender al país.
Pero la cosa no termina ahí, porque parece que Geiner y su familia ya habían recibido amenazas desde 2020. Estuvieron en el Programa de Protección a Víctimas por casi un año, pero luego volvieron a salir a la calle… ¡Qué descuido! Uno se pregunta, ¿qué pasa con esos programas si no funcionan realmente? ¿De qué sirve meter a alguien en un programa si al final sigue corriendo peligro?
Y lo peor es que, a pesar de las alertas de amenazas contra funcionarios judiciales en Guápiles, nunca lo trasladaron. ¡Es increíble! Le dieron vía libre para que lo mataran. Eso demuestra la falta de coordinación y la corrupción que impera en algunos lugares. ¿Será que tenían intereses oscuros involucrados en todo esto?
Ahora, dicen que agarraron a unos cuantos sospechosos, incluyendo al supuesto gatillero, Josué Méndez Núñez, alias 'Gato'. Aparentemente, este ‘Gato’ fue contactado por Castro Mora, alias ‘Cotoño’, para liquidar a Geiner. Estos tipos andaban traficando drogas en Toro Amarillo y otros sectores de Pococí, y Geiner, como buen policía, estaba investigándolos. Entonces, ordenaron que lo eliminaran. ¡Un brete lo tuvieron montado!
Y hablando de orden, recordemos que Arias Monge, alias ‘Diablo’, sigue siendo el prófugo más buscado de Costa Rica, con una recompensa millonaria de la DEA sobre su cabeza. Este wey anda moviendo fichas a lo grande, cambiando su estrategia y convirtiéndose en un mero proveedor de droga y armas para otras bandas. ¿Cómo podemos esperar acabar con la delincuencia organizada si no agarramos a este cabecilla? ¿Ustedes creen que el Estado debería invertir aún más recursos en capturarlo o enfocarse en atacar a las bandas más pequeñas que operan actualmente?
Pues mire, Michael Soto, el director interino de la Policía Judicial, soltó la bomba diciendo que la Oficina Especializada contra la Delincuencia Organizada (OECDO) va a ver qué onda con esto de proteger a los allegados. Parece que ahora sí les preocupa el peligro que puedan correr, pero pa' entonces ya es muy tarde, ¿no creen? Al final, la vida de Geiner ya se fue al traste.
Y eso no es todo, porque resulta que la Oficina de Crimen Organizado quiere acercarse a la familia para darles toda la información que no pudieron dar antes. Cuentan con razón, ¡el mae tiene derecho a saber qué pasó con su pareja!, pero uno piensa: ¿para qué ahora? Después de tanto tiempo de investigación, ¿ahora quieren contarles la verdad?
Lo que más me molesta es que Susana Lazo, la esposa del fallecido, dice que lo más duro es la ausencia de Geiner en los momentos importantes. Imagínense, la graduación de su hija, un momento lleno de alegría, y solo quedó un hueco enorme en la mesa. Dice que el Poder Judicial lo trató como “un número más”. ¡Qué sal! Así no se trata a los héroes que dan la vida por defender al país.
Pero la cosa no termina ahí, porque parece que Geiner y su familia ya habían recibido amenazas desde 2020. Estuvieron en el Programa de Protección a Víctimas por casi un año, pero luego volvieron a salir a la calle… ¡Qué descuido! Uno se pregunta, ¿qué pasa con esos programas si no funcionan realmente? ¿De qué sirve meter a alguien en un programa si al final sigue corriendo peligro?
Y lo peor es que, a pesar de las alertas de amenazas contra funcionarios judiciales en Guápiles, nunca lo trasladaron. ¡Es increíble! Le dieron vía libre para que lo mataran. Eso demuestra la falta de coordinación y la corrupción que impera en algunos lugares. ¿Será que tenían intereses oscuros involucrados en todo esto?
Ahora, dicen que agarraron a unos cuantos sospechosos, incluyendo al supuesto gatillero, Josué Méndez Núñez, alias 'Gato'. Aparentemente, este ‘Gato’ fue contactado por Castro Mora, alias ‘Cotoño’, para liquidar a Geiner. Estos tipos andaban traficando drogas en Toro Amarillo y otros sectores de Pococí, y Geiner, como buen policía, estaba investigándolos. Entonces, ordenaron que lo eliminaran. ¡Un brete lo tuvieron montado!
Y hablando de orden, recordemos que Arias Monge, alias ‘Diablo’, sigue siendo el prófugo más buscado de Costa Rica, con una recompensa millonaria de la DEA sobre su cabeza. Este wey anda moviendo fichas a lo grande, cambiando su estrategia y convirtiéndose en un mero proveedor de droga y armas para otras bandas. ¿Cómo podemos esperar acabar con la delincuencia organizada si no agarramos a este cabecilla? ¿Ustedes creen que el Estado debería invertir aún más recursos en capturarlo o enfocarse en atacar a las bandas más pequeñas que operan actualmente?