¡Ay, mi gente! Pues resulta que el candidato Eli Feinzaig le está echando ganas a la promesa de revocar el decreto sobre el aborto terapéutico que dejó plantado Don Rodri Chaves. Se dice que si llega a la Casa Amarilla, va a ponerle pausa a esa normativa que ha dejado a muchas mujeres preocupadas y buscando soluciones.
Para refrescarles la memoria, el decreto que sacó Chaves allá por octubre pasado, cambió totalmente las reglas del juego. Antes, con la norma técnica del 2019, una mujer podía interrumpir su embarazo si su vida o salud estaban en peligro. Pero ahora, solo si la muerte está a la vuelta de la esquina, ¿me entienden?
Feinzaig, que siempre ha sido más bien liberal en esos temas de derechos reproductivos y salud pública, no se quedó callado. Dice que esto es un “retroceso” que pone en riesgo la seguridad de las mujeres. Quiere volver a las condiciones que había antes, darle al personal médico esa libertad para tomar decisiones cuando la salud de una mae esté en peligro, diay.
El mae Feinzaig, en un encuentro con la prensa, soltó unas frases contundentes: “Que no quede ninguna duda, vamos a revertir la atrocidad que hizo este Gobierno con esa norma técnica.” ¡Con rebeldía, mi gente! Puso énfasis en que proteger la vida no puede ser selectivo y que atender a las pacientes es un deber legal y moral.
Ahora, recordemos qué había dicho el Presidente Chaves cuando promulgó su decreto: aseguró que estaba protegiendo tanto la vida de la madre como la del bebé por nacer. Un discurso con mucha retórica, pa’ ponerle sabor, pero dejando a varias organizaciones de defensa de los derechos de la mujer con la mosca atrás de la oreja, cómo decimos acá.
Este rollo del aborto terapéutico ha generado muchísima controversia en el país. Hay quienes defienden la vida desde la concepción a capa y espada, y otros que creen que la autonomía de la mujer y su derecho a decidir sobre su cuerpo son fundamentales. La polarización, como siempre, está a tope.
Y claro, toda esta movida electoral añade más leña al fuego. Feinzaig busca captar el voto de aquellos que se sienten identificados con sus posturas liberales, especialmente entre las mujeres y jóvenes. Veremos si le funciona la estrategia, porque la campaña apenas está entrando en calor y todavía hay mucho brete por delante.
En fin, con todo este panorama, me pregunto: ¿creen ustedes que la reversión del decreto por parte de Feinzaig realmente marcará la diferencia en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para las mujeres en Costa Rica, o será solo una promesa más de campaña?
Para refrescarles la memoria, el decreto que sacó Chaves allá por octubre pasado, cambió totalmente las reglas del juego. Antes, con la norma técnica del 2019, una mujer podía interrumpir su embarazo si su vida o salud estaban en peligro. Pero ahora, solo si la muerte está a la vuelta de la esquina, ¿me entienden?
Feinzaig, que siempre ha sido más bien liberal en esos temas de derechos reproductivos y salud pública, no se quedó callado. Dice que esto es un “retroceso” que pone en riesgo la seguridad de las mujeres. Quiere volver a las condiciones que había antes, darle al personal médico esa libertad para tomar decisiones cuando la salud de una mae esté en peligro, diay.
El mae Feinzaig, en un encuentro con la prensa, soltó unas frases contundentes: “Que no quede ninguna duda, vamos a revertir la atrocidad que hizo este Gobierno con esa norma técnica.” ¡Con rebeldía, mi gente! Puso énfasis en que proteger la vida no puede ser selectivo y que atender a las pacientes es un deber legal y moral.
Ahora, recordemos qué había dicho el Presidente Chaves cuando promulgó su decreto: aseguró que estaba protegiendo tanto la vida de la madre como la del bebé por nacer. Un discurso con mucha retórica, pa’ ponerle sabor, pero dejando a varias organizaciones de defensa de los derechos de la mujer con la mosca atrás de la oreja, cómo decimos acá.
Este rollo del aborto terapéutico ha generado muchísima controversia en el país. Hay quienes defienden la vida desde la concepción a capa y espada, y otros que creen que la autonomía de la mujer y su derecho a decidir sobre su cuerpo son fundamentales. La polarización, como siempre, está a tope.
Y claro, toda esta movida electoral añade más leña al fuego. Feinzaig busca captar el voto de aquellos que se sienten identificados con sus posturas liberales, especialmente entre las mujeres y jóvenes. Veremos si le funciona la estrategia, porque la campaña apenas está entrando en calor y todavía hay mucho brete por delante.
En fin, con todo este panorama, me pregunto: ¿creen ustedes que la reversión del decreto por parte de Feinzaig realmente marcará la diferencia en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva para las mujeres en Costa Rica, o será solo una promesa más de campaña?