¡Ay, pata! La espera parece eterna, pero parece que sí vamos viendo movimiento en esos intercambios que tanto necesitamos por acá. Resulta que el ministro Zeledón nos acaba de soltar el calendario tentativo para los intercambios de Grecia, Naranjo y San Ramón, además del de El Coyol. Bueno, digamos que todavía hay tiempo para hacer caminatas hasta dejar el pie parchado, pero al menos ya tienen fecha tentativa, ¿no?
Si se ponen a pensar, la carretera San José – San Ramón es un dolor de cabeza nacional. Todos los que hemos tenido que irnos a occidente sabemos de qué va la cosa: tráfico, colas, bocinas… Un verdadero estrés a cualquier hora del día. Se supone que estos cuatro pasos a nivel, una vez listos, ayudarían a aliviar un poco esa congestión que nos desespera a todos, aunque el ministro reconoce que aun sin la ampliación completa de la carretera, ya tenemos algunos “cuellos de botella” bastante gordos.
Según el MOPT, el contrato para el intercambio de El Coyol estará listo antes de que termine esta semana, y el resto de los proyectos deberían arrancar en 2026. La idea es que la ejecución de cada uno tome entre 12 y 14 meses, así que prepárense, porque tendremos que seguir paciendo un buen rato. Y eso sin contar que todavía necesitan aprobar el crédito millonario, ¡qué brete!
Hablando de plata, el famoso préstamo de $770 millones para financiar toda la obra está dando vueltas en la Asamblea Legislativa. Ahí, la Comisión de Asuntos Hacendarios ya empezó a darle, revisando cada detalle del contrato con el BCIE y el OPEP. Esperan que aprueben el crédito antes de que cambie el gobierno, para que el próximo pueda continuar con el proyecto. Porque si no, la cosa se pone más que salada, como siempre pasa en estos casos.
Y ojo que la inversión no es poca cosa: hablamos de $600 millones del BCIE y 150 millones de euros del OPEP. Con esa lana quieren construir no solo los intercambios, sino también 16 intercambios nuevos, mejorar siete existentes, ponerle 32 puentes, 15 retornos, 20 puentes peatonales, ¡una chimba de cosas! Además, claro, tendrán sus ocho estaciones de peaje, que se mantendrán en $3 por trayecto. Imagínate todo ese material circulando por ahí…
Si analizamos bien el plan, la intención es priorizar los puntos más problemáticos de la carretera, de modo que la gente empiece a sentir algún tipo de alivio cuanto antes. Sin embargo, queda la incertidumbre de si la próxima administración continuará con el proyecto tal cual lo plantea el actual gobierno. Porque ya saben cómo son las cosas aquí: un cambio de gobierno y todo puede cambiar de rumbo, que pena. El ministro Zeledón está cruzando los dedos para que así no sea, esperando que los diputados aprueben el proyecto a tiempo.
Ahora, si nos ponemos técnicos, el proyecto contempla siete tramos diferentes con velocidades de diseño variadas, pasando de 90 km/h en el tramo La Sabana – Repretel hasta unos más tranquilos 60 km/h en el radial Río Segundo. También incluyen ductos de servicios públicos, iluminación, señalización y sistemas de contención vehicular. En fin, una verdadera modernización de la carretera, pero con el clásico sabor costarricense: lento, pero seguro... y con mucho papeleo en medio.
Así que, amigos, la pelota está en el techo de los diputados. ¿Será que finalmente veremos estos intercambios terminados dentro de un plazo razonable, o seguiremos atascados en la carretera por años? ¿Creen que el próximo gobierno cumplirá con el compromiso de seguir adelante con el proyecto, o será otro revés para los viajeros occidentales? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!
Si se ponen a pensar, la carretera San José – San Ramón es un dolor de cabeza nacional. Todos los que hemos tenido que irnos a occidente sabemos de qué va la cosa: tráfico, colas, bocinas… Un verdadero estrés a cualquier hora del día. Se supone que estos cuatro pasos a nivel, una vez listos, ayudarían a aliviar un poco esa congestión que nos desespera a todos, aunque el ministro reconoce que aun sin la ampliación completa de la carretera, ya tenemos algunos “cuellos de botella” bastante gordos.
Según el MOPT, el contrato para el intercambio de El Coyol estará listo antes de que termine esta semana, y el resto de los proyectos deberían arrancar en 2026. La idea es que la ejecución de cada uno tome entre 12 y 14 meses, así que prepárense, porque tendremos que seguir paciendo un buen rato. Y eso sin contar que todavía necesitan aprobar el crédito millonario, ¡qué brete!
Hablando de plata, el famoso préstamo de $770 millones para financiar toda la obra está dando vueltas en la Asamblea Legislativa. Ahí, la Comisión de Asuntos Hacendarios ya empezó a darle, revisando cada detalle del contrato con el BCIE y el OPEP. Esperan que aprueben el crédito antes de que cambie el gobierno, para que el próximo pueda continuar con el proyecto. Porque si no, la cosa se pone más que salada, como siempre pasa en estos casos.
Y ojo que la inversión no es poca cosa: hablamos de $600 millones del BCIE y 150 millones de euros del OPEP. Con esa lana quieren construir no solo los intercambios, sino también 16 intercambios nuevos, mejorar siete existentes, ponerle 32 puentes, 15 retornos, 20 puentes peatonales, ¡una chimba de cosas! Además, claro, tendrán sus ocho estaciones de peaje, que se mantendrán en $3 por trayecto. Imagínate todo ese material circulando por ahí…
Si analizamos bien el plan, la intención es priorizar los puntos más problemáticos de la carretera, de modo que la gente empiece a sentir algún tipo de alivio cuanto antes. Sin embargo, queda la incertidumbre de si la próxima administración continuará con el proyecto tal cual lo plantea el actual gobierno. Porque ya saben cómo son las cosas aquí: un cambio de gobierno y todo puede cambiar de rumbo, que pena. El ministro Zeledón está cruzando los dedos para que así no sea, esperando que los diputados aprueben el proyecto a tiempo.
Ahora, si nos ponemos técnicos, el proyecto contempla siete tramos diferentes con velocidades de diseño variadas, pasando de 90 km/h en el tramo La Sabana – Repretel hasta unos más tranquilos 60 km/h en el radial Río Segundo. También incluyen ductos de servicios públicos, iluminación, señalización y sistemas de contención vehicular. En fin, una verdadera modernización de la carretera, pero con el clásico sabor costarricense: lento, pero seguro... y con mucho papeleo en medio.
Así que, amigos, la pelota está en el techo de los diputados. ¿Será que finalmente veremos estos intercambios terminados dentro de un plazo razonable, o seguiremos atascados en la carretera por años? ¿Creen que el próximo gobierno cumplirá con el compromiso de seguir adelante con el proyecto, o será otro revés para los viajeros occidentales? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!
