Maes, cuando uno piensa que la carrera presidencial para el 2026 todavía está fría, sale una noticia que le pone picante al asunto. Resulta que José Aguilar, el candidato del nuevo Partido Avanza, acaba de tirar sobre la mesa la que parece ser su carta más pesada: su candidata a la primera vicepresidencia es Marcela Ortiz. Y si el nombre no les suena, créanme que su currículum sí lo hará, sobre todo si a ustedes, como a mí, les quita el sueño el despiche de inseguridad que vivimos.
Diay, ¿y quién es esta señora? No es ninguna novata en la vara. Ortiz es una experta en seguridad y crimen organizado. Y no lo digo yo, lo dice su brete. La mae fue directora general adjunta del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), ha sido consultora para la ONU y tiene una maestría en criminología. O sea, no es una política tradicional que un día se despertó y dijo “voy a resolver la inseguridad”. La hoja de vida de la mae, ¡qué nivel! Aguilar está apostando todo a una narrativa clara: si el principal problema del país es el narco y la violencia, aquí tienen a alguien que, en teoría, sabe cómo entrarle al toro por los cuernos.
Claro, del dicho al hecho hay un trecho. Las propuestas que trae Ortiz suenan interesantes, pero hay que verlas con lupa. Habla de un Consejo de Seguridad Ampliado que incluya al sector privado. Suena bien, pero ¿cómo se evita que eso se convierta en un club de compas? Propone un “C-5”, un centro de monitoreo con cámaras para una respuesta policial inmediata. ¡Qué chiva suena! Pero es la eterna promesa de la tecnovigilancia que ya hemos oído antes. Quizás lo más concreto y aterrizado son las “rutas seguras”, empezando por las paradas de bus para proteger a las mujeres del acoso y los asaltos. Esa sí es una vara que ataca un problema real y tangible que miles de ticas viven todos los días.
Pero el plato fuerte que Aguilar y Ortiz están sirviendo es el tal “Acuerdo Nacional contra la Narco-infiltración”. La idea es convocar a todo el mundo (partidos, empresas, sindicatos, iglesias, etc.) a firmar un pacto para blindar al país. Quieren declarar emergencia nacional, reasignar presupuestos y reformar el sistema judicial para que no sigan soltando criminales como si nada. La intención es buena, nadie lo duda. El problema es que en este país somos expertos en firmar pactos que se quedan en la foto. La pregunta del millón es si esta vez será diferente o si, una vez pasada la campaña, el acuerdo se va a ir al traste como tantos otros buenos propósitos.
Al final, esta movida de Avanza es estratégicamente muy inteligente. Pone el tema de la seguridad en el centro del debate desde ya y se posicionan con una figura de autoridad técnica. Le mandan un mensaje directo a Chaves y a cualquier otro que quiera jugar la carta del “hombre fuerte”. Aguilar dice “yo no soy un Bukele, yo traigo a los expertos”. Ahora la bola queda en nuestra cancha. Toca analizar si esta fórmula es la solución que el país necesita o si es simplemente un buen empaque para las mismas ideas de siempre.
Y ahora, se las tiro a ustedes, maes del foro: Más allá del humo y los discursos de campaña, ¿creen que una ficha con el perfil técnico de Marcela Ortiz de verdad puede hacer una diferencia en el despiche de la inseguridad? ¿O es la misma vara con una cara nueva? ¡Los leo!
Diay, ¿y quién es esta señora? No es ninguna novata en la vara. Ortiz es una experta en seguridad y crimen organizado. Y no lo digo yo, lo dice su brete. La mae fue directora general adjunta del Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), ha sido consultora para la ONU y tiene una maestría en criminología. O sea, no es una política tradicional que un día se despertó y dijo “voy a resolver la inseguridad”. La hoja de vida de la mae, ¡qué nivel! Aguilar está apostando todo a una narrativa clara: si el principal problema del país es el narco y la violencia, aquí tienen a alguien que, en teoría, sabe cómo entrarle al toro por los cuernos.
Claro, del dicho al hecho hay un trecho. Las propuestas que trae Ortiz suenan interesantes, pero hay que verlas con lupa. Habla de un Consejo de Seguridad Ampliado que incluya al sector privado. Suena bien, pero ¿cómo se evita que eso se convierta en un club de compas? Propone un “C-5”, un centro de monitoreo con cámaras para una respuesta policial inmediata. ¡Qué chiva suena! Pero es la eterna promesa de la tecnovigilancia que ya hemos oído antes. Quizás lo más concreto y aterrizado son las “rutas seguras”, empezando por las paradas de bus para proteger a las mujeres del acoso y los asaltos. Esa sí es una vara que ataca un problema real y tangible que miles de ticas viven todos los días.
Pero el plato fuerte que Aguilar y Ortiz están sirviendo es el tal “Acuerdo Nacional contra la Narco-infiltración”. La idea es convocar a todo el mundo (partidos, empresas, sindicatos, iglesias, etc.) a firmar un pacto para blindar al país. Quieren declarar emergencia nacional, reasignar presupuestos y reformar el sistema judicial para que no sigan soltando criminales como si nada. La intención es buena, nadie lo duda. El problema es que en este país somos expertos en firmar pactos que se quedan en la foto. La pregunta del millón es si esta vez será diferente o si, una vez pasada la campaña, el acuerdo se va a ir al traste como tantos otros buenos propósitos.
Al final, esta movida de Avanza es estratégicamente muy inteligente. Pone el tema de la seguridad en el centro del debate desde ya y se posicionan con una figura de autoridad técnica. Le mandan un mensaje directo a Chaves y a cualquier otro que quiera jugar la carta del “hombre fuerte”. Aguilar dice “yo no soy un Bukele, yo traigo a los expertos”. Ahora la bola queda en nuestra cancha. Toca analizar si esta fórmula es la solución que el país necesita o si es simplemente un buen empaque para las mismas ideas de siempre.
Y ahora, se las tiro a ustedes, maes del foro: Más allá del humo y los discursos de campaña, ¿creen que una ficha con el perfil técnico de Marcela Ortiz de verdad puede hacer una diferencia en el despiche de la inseguridad? ¿O es la misma vara con una cara nueva? ¡Los leo!