Pues mire usted, la jugosísima recompensa de medio millón de dólares que la DEA puso por la cabeza de Alejandro Arias Monge, alias "Diablo", sigue dando para más. Ya van como cuatro meses desde que se lanzó la oferta, y parece que ni chirriarle a sus compas más allegados. Esto me huele raro, ¡bien raro!
Como bien sabemos, "Diablo" es considerado el criminal más peligroso de nuestro país, con una red que se extiende como maleza por toda la zona fronteriza con Nicaragua, llegando hasta el Pacífico Central. Se le acusa de tráfico de drogas a gran escala, asesinatos, lavado de billetes verdes y demás fechorías que dan escalofríos.
Lo curioso de todo este caso es que, a pesar de la presión de las autoridades estadounidenses y costarricenses, y de la promesa de una lana considerable, nadie del círculo íntimo de "Diablo" ha mordido el anzuelo. Eso, mis queridos lectores, nos indica una sola cosa: el mae este paga hasta el alma para que le guarden la espalda. ¡Y vaya que les remueve!
El director del OIJ, Randall Zúñiga, lo dijo clarito en una entrevista reciente: la gente que lo protege está recibiendo un buen juguetón. No sé ustedes, pero yo creo que deben estar viviendo como reyes, porque si no, quién iba a aguantar tanta humareda y riesgo por un simple pacto de silencio.
Además, Zúñiga recalcó que ninguna de las pistas que han recibido ha sido lo suficientemente sólida como para llevarlos directamente a “Diablo”. Parece que el mae este sabe moverse como pez en el agua, escondiéndose en lugares prácticamente inaccesibles, aprovechándose de la geografía complicada de nuestra tierra. Un verdadero maestro del disfraz, díganlo ustedes.
En comparación con otros capos del Caribe costarricense, como aquel caso de Gamboa, “Diablo” prefiere mantener un perfil bajo. No anda dejando mensajes rebuscados en redes sociales ni buscando protagonismo mediático. El mae simplemente desaparece, como humo en el viento. Eso sí, utiliza las redes sociales para mandar regaños y sembrar el miedo entre nosotros, mandando fotos de armas y amenazas directas a funcionarios públicos, ¡qué barbaridad!
Ahora, hablando de medidas, el gobierno de Estados Unidos ha habilitado líneas directas para recibir información, tanto por teléfono (+1-956-517-7023) como por correo electrónico ([email protected]). Así que, si tienen alguna cosilla que aportar, no sean tímidos y den un paso al frente. ¡Puede que estén ayudando a limpiar un poco nuestro país!
Pero volviendo a lo que decía, la pregunta que me hago es: ¿hasta dónde llegará la lealtad de estas personas para proteger a “Diablo”? ¿Es solo dinero, o hay algo más profundo en juego, como lazos familiares o acuerdos secretos que los mantienen atados a este hombre? ¿Creen que la recompensa eventualmente tentará a alguno de ellos, o “Diablo” seguirá siendo un fantasma esquivo por mucho tiempo?
Como bien sabemos, "Diablo" es considerado el criminal más peligroso de nuestro país, con una red que se extiende como maleza por toda la zona fronteriza con Nicaragua, llegando hasta el Pacífico Central. Se le acusa de tráfico de drogas a gran escala, asesinatos, lavado de billetes verdes y demás fechorías que dan escalofríos.
Lo curioso de todo este caso es que, a pesar de la presión de las autoridades estadounidenses y costarricenses, y de la promesa de una lana considerable, nadie del círculo íntimo de "Diablo" ha mordido el anzuelo. Eso, mis queridos lectores, nos indica una sola cosa: el mae este paga hasta el alma para que le guarden la espalda. ¡Y vaya que les remueve!
El director del OIJ, Randall Zúñiga, lo dijo clarito en una entrevista reciente: la gente que lo protege está recibiendo un buen juguetón. No sé ustedes, pero yo creo que deben estar viviendo como reyes, porque si no, quién iba a aguantar tanta humareda y riesgo por un simple pacto de silencio.
Además, Zúñiga recalcó que ninguna de las pistas que han recibido ha sido lo suficientemente sólida como para llevarlos directamente a “Diablo”. Parece que el mae este sabe moverse como pez en el agua, escondiéndose en lugares prácticamente inaccesibles, aprovechándose de la geografía complicada de nuestra tierra. Un verdadero maestro del disfraz, díganlo ustedes.
En comparación con otros capos del Caribe costarricense, como aquel caso de Gamboa, “Diablo” prefiere mantener un perfil bajo. No anda dejando mensajes rebuscados en redes sociales ni buscando protagonismo mediático. El mae simplemente desaparece, como humo en el viento. Eso sí, utiliza las redes sociales para mandar regaños y sembrar el miedo entre nosotros, mandando fotos de armas y amenazas directas a funcionarios públicos, ¡qué barbaridad!
Ahora, hablando de medidas, el gobierno de Estados Unidos ha habilitado líneas directas para recibir información, tanto por teléfono (+1-956-517-7023) como por correo electrónico ([email protected]). Así que, si tienen alguna cosilla que aportar, no sean tímidos y den un paso al frente. ¡Puede que estén ayudando a limpiar un poco nuestro país!
Pero volviendo a lo que decía, la pregunta que me hago es: ¿hasta dónde llegará la lealtad de estas personas para proteger a “Diablo”? ¿Es solo dinero, o hay algo más profundo en juego, como lazos familiares o acuerdos secretos que los mantienen atados a este hombre? ¿Creen que la recompensa eventualmente tentará a alguno de ellos, o “Diablo” seguirá siendo un fantasma esquivo por mucho tiempo?
