¡Aguántense, porque esto cayó pesado! Resulta que el Comité Paralímpico Nacional anda aprietado, y no precisamente por falta de talento de nuestros deportistas. No, señores, la cosa es más complicada: el Icoder les está pidiendo que le devuelvan alrededor de 10 millones de colones. ¡Diez millones!, diay, eso es pa’ construir unas buenas rampas accesibles, ¿verdad?
La bronca viene de atrás, allá por el 2023. Al parecer, entre el ordinario y el extraordinario, el comité recibió unos buenos ¢259.9 millones y otros ¢58 millones, respectivamente. Todo iba bien hasta que llegó la hora de hacer cuentas y resultó que hubo unos “detalles”, como dice el ministro Donald Rojas, que no andaban bien.
Según el ministro, detectaron unos gastitos que no estaban ganzuados, eh, que no estaban aprobados. Uno de 8 millones y otro de 2 millones y cambio. Lo que significa que ahora el Comité tendrá que meterle mano al bolsillo y devolver la lana. Rojas también comentó que ya han estado atendiendo estos temas y buscando soluciones, pero parece que todavía queda camino por recorrer para que el Comité pueda volver a andar tranqui tranquilito.
Andrés Carvajal, el presidente del Comité, reconoce que la cosa no ha sido fácil. Dice que el proceso se ha demorado más de la cuenta y que están esperando una resolución administrativa del Icoder para poder poner todo en orden. Parece que están tratando de arreglar la papa, vamos, solucionar el problema, pero la burocracia a veces te mete un susto, ¿no?
Lo más preocupante de todo, y esto nos preocupa a todos los amantes del deporte paralímpico, es cómo afecta esto a los atletas. Porque, ¿quién paga los boletos aéreos, los uniformes, los seguros...? Bueno, resulta que mientras el Comité esté así, el Icoder se pone las pilas y hace las gestiones para que nuestros atletas puedan ir a competir. Un gesto noble, sí señor, pero que demuestra la necesidad urgente de resolver este problemón.
Y ojo, porque el Icoder no se anda con juegos. Si una organización no cumple con las obligaciones financieras, pueden llegar hasta las instancias judiciales para recuperar el dinero. Imaginen la humillación y el daño que eso le causaría a la imagen del deporte paralímpico nacional. ¡Qué torta sería eso!
Ahora, pensando en el futuro, el Comité Paralímpico tiene que ponerse las pilas con el proceso de idoneidad que abre el Icoder en noviembre. Necesitan demostrar que están cumpliendo con todas las regulaciones y que tienen las finanzas al día. Sino, ¡adiós ayudas y adiós oportunidades para nuestros atletas!
Definitivamente, este es un momento difícil para el Comité Paralímpico. Pero esperemos que logren salir adelante y que nuestros atletas puedan seguir representando a Costa Rica con orgullo. Ahora, dime, ¿creen que el Icoder debería ofrecer algún tipo de plan de pago flexible para ayudar al Comité a superar esta crisis, o deberían mantener la postura firme de exigir el cumplimiento estricto de las normas?
La bronca viene de atrás, allá por el 2023. Al parecer, entre el ordinario y el extraordinario, el comité recibió unos buenos ¢259.9 millones y otros ¢58 millones, respectivamente. Todo iba bien hasta que llegó la hora de hacer cuentas y resultó que hubo unos “detalles”, como dice el ministro Donald Rojas, que no andaban bien.
Según el ministro, detectaron unos gastitos que no estaban ganzuados, eh, que no estaban aprobados. Uno de 8 millones y otro de 2 millones y cambio. Lo que significa que ahora el Comité tendrá que meterle mano al bolsillo y devolver la lana. Rojas también comentó que ya han estado atendiendo estos temas y buscando soluciones, pero parece que todavía queda camino por recorrer para que el Comité pueda volver a andar tranqui tranquilito.
Andrés Carvajal, el presidente del Comité, reconoce que la cosa no ha sido fácil. Dice que el proceso se ha demorado más de la cuenta y que están esperando una resolución administrativa del Icoder para poder poner todo en orden. Parece que están tratando de arreglar la papa, vamos, solucionar el problema, pero la burocracia a veces te mete un susto, ¿no?
Lo más preocupante de todo, y esto nos preocupa a todos los amantes del deporte paralímpico, es cómo afecta esto a los atletas. Porque, ¿quién paga los boletos aéreos, los uniformes, los seguros...? Bueno, resulta que mientras el Comité esté así, el Icoder se pone las pilas y hace las gestiones para que nuestros atletas puedan ir a competir. Un gesto noble, sí señor, pero que demuestra la necesidad urgente de resolver este problemón.
Y ojo, porque el Icoder no se anda con juegos. Si una organización no cumple con las obligaciones financieras, pueden llegar hasta las instancias judiciales para recuperar el dinero. Imaginen la humillación y el daño que eso le causaría a la imagen del deporte paralímpico nacional. ¡Qué torta sería eso!
Ahora, pensando en el futuro, el Comité Paralímpico tiene que ponerse las pilas con el proceso de idoneidad que abre el Icoder en noviembre. Necesitan demostrar que están cumpliendo con todas las regulaciones y que tienen las finanzas al día. Sino, ¡adiós ayudas y adiós oportunidades para nuestros atletas!
Definitivamente, este es un momento difícil para el Comité Paralímpico. Pero esperemos que logren salir adelante y que nuestros atletas puedan seguir representando a Costa Rica con orgullo. Ahora, dime, ¿creen que el Icoder debería ofrecer algún tipo de plan de pago flexible para ayudar al Comité a superar esta crisis, o deberían mantener la postura firme de exigir el cumplimiento estricto de las normas?