¡Quiiiiiiibo! Resulta que la Contraloría, esos muchachos siempre atentos a ver si estamos haciendo las cosas bien, puso el freno a algunas modificaciones que quería hacerle Hacienda a nuestro querido (o no tanto) Tribu-CR. Vamos por partes, porque esto tiene más vueltas que una rotonda en Escazú.
Como ya saben, Tribu-CR es el nuevo sistema tributario que nos prometieron para modernizar el país, agilizar trámites y, en teoría, quitarle dolores de cabeza a todos los contribuyentes. Han ido activando módulos poquito a poco, y esperemos que para 2028 esté completo. Pero parece que no todo va color de rosa, y ahora la Contraloría levanta algunas cejas.
La primera observación, y la que ha generado más ruido, está relacionada con el Órgano de Normalización Técnica (ONT). Al parecer, Hacienda quería cambiarlo para que dependiera directamente de la Dirección General de Tributación. La idea era simplificar procesos, pero la Contraloría dice “¡frenazo!”. Argumentan que el ONT necesita mantener su independencia para poder tomar decisiones técnicas sin presiones políticas. ¡Y tienen razón, mae!
Otro punto caliente es el tema de los pagos parciales del impuesto sobre la renta para quienes empiezan un negocio. Hacienda proponía calcularlos a partir del segundo período fiscal, lo cual, dicen ellos, ayudaría a aliviar un poco la carga inicial para los emprendedores. En teoría suena bien, pero la Contraloría advierte que eso podría afectar las finanzas públicas a largo plazo. ¡Un costito ahí, un costito allá, y al final nos vamos todos al garete!
Bernal Aragón, el subcontralor general, lo dejó claro en la comisión de Asuntos Hacendarios: es fundamental asegurar que el ONT mantenga su autonomía técnica. Según él, cualquier criterio emitido por este organismo debería tener peso propio y no verse influenciado por intereses externos. ¡Eso es democracia, mi gente! Que cada quien haga su chamba sin que nadie les diga qué decir.
Ahora, sobre los pagos parciales, la Contraloría no se opone rotundamente, pero pide que se calcule cuidadosamente el impacto financiero. Le preocupa que, aunque beneficie a los nuevos negocios, termine afectando la capacidad del Estado para financiar servicios públicos esenciales. ¡Y vaya que tenemos muchos gastos, diay!
En medio de tanta controversia, hay un rayito de esperanza: la Contraloría sí dio luz verde a otra reforma, la que busca implementar el llamado “buzón hacendario”. Esta herramienta digital promete facilitar la comunicación entre los contribuyentes y el Ministerio de Hacienda, agilizando notificaciones y trámites. ¡Un avance importante para acabar con esos papeleos interminables, chunches!
En fin, la historia sigue escribiéndose, y parece que Tribu-CR aún tiene camino por recorrer. Ahora, me pregunto... ¿cree usted que estas observaciones de la Contraloría son necesarias para asegurar que el nuevo sistema tributario funcione correctamente, o simplemente son trabas burocráticas que retrasan el progreso del país?
Como ya saben, Tribu-CR es el nuevo sistema tributario que nos prometieron para modernizar el país, agilizar trámites y, en teoría, quitarle dolores de cabeza a todos los contribuyentes. Han ido activando módulos poquito a poco, y esperemos que para 2028 esté completo. Pero parece que no todo va color de rosa, y ahora la Contraloría levanta algunas cejas.
La primera observación, y la que ha generado más ruido, está relacionada con el Órgano de Normalización Técnica (ONT). Al parecer, Hacienda quería cambiarlo para que dependiera directamente de la Dirección General de Tributación. La idea era simplificar procesos, pero la Contraloría dice “¡frenazo!”. Argumentan que el ONT necesita mantener su independencia para poder tomar decisiones técnicas sin presiones políticas. ¡Y tienen razón, mae!
Otro punto caliente es el tema de los pagos parciales del impuesto sobre la renta para quienes empiezan un negocio. Hacienda proponía calcularlos a partir del segundo período fiscal, lo cual, dicen ellos, ayudaría a aliviar un poco la carga inicial para los emprendedores. En teoría suena bien, pero la Contraloría advierte que eso podría afectar las finanzas públicas a largo plazo. ¡Un costito ahí, un costito allá, y al final nos vamos todos al garete!
Bernal Aragón, el subcontralor general, lo dejó claro en la comisión de Asuntos Hacendarios: es fundamental asegurar que el ONT mantenga su autonomía técnica. Según él, cualquier criterio emitido por este organismo debería tener peso propio y no verse influenciado por intereses externos. ¡Eso es democracia, mi gente! Que cada quien haga su chamba sin que nadie les diga qué decir.
Ahora, sobre los pagos parciales, la Contraloría no se opone rotundamente, pero pide que se calcule cuidadosamente el impacto financiero. Le preocupa que, aunque beneficie a los nuevos negocios, termine afectando la capacidad del Estado para financiar servicios públicos esenciales. ¡Y vaya que tenemos muchos gastos, diay!
En medio de tanta controversia, hay un rayito de esperanza: la Contraloría sí dio luz verde a otra reforma, la que busca implementar el llamado “buzón hacendario”. Esta herramienta digital promete facilitar la comunicación entre los contribuyentes y el Ministerio de Hacienda, agilizando notificaciones y trámites. ¡Un avance importante para acabar con esos papeleos interminables, chunches!
En fin, la historia sigue escribiéndose, y parece que Tribu-CR aún tiene camino por recorrer. Ahora, me pregunto... ¿cree usted que estas observaciones de la Contraloría son necesarias para asegurar que el nuevo sistema tributario funcione correctamente, o simplemente son trabas burocráticas que retrasan el progreso del país?