¡Ay, Dios mío! Esto sí que pinta feo. Las bolsas de Asia amanecieron pintadas de rojo sangre hoy, y todo por el temblor que le agarró a los inversionistas con la inteligencia artificial. Parece que alguien les tiró aguacate al pastel y ahora todos andan buscando a quién echarle la culpa, ¡el rollo!
La cosa empezó a torcerse cuando se empezaron a cuestionar si toda esta movida de la IA no era una especie de burbuja inflándose a lo loco. Imagínate, gente que antes estaba metiendo plata a derecha y a izquierda, ahora anda pensando si no van a salir perdiendo el ranquel. Como cuando inviertes en un chunche que te prometen que va a cambiar tu vida y al final resulta ser un completo fracaso.
Todo esto viene cargado con la expectativa del reporte de resultados de Nvidia, el rey de los chips y el gran padrino de la IA. Esa junta puede definir el futuro del sector, así que ni los chinos, ni los japoneses, nadie se atreve a mover un dedo hasta ver qué dice Nvidia. Ya saben, esperar sentado como buen tico, aunque a veces sienta que me quemo el ojito.
Y como si fuera poco, ahí tenemos la bronca entre China y Japón por Taiwán, que siempre está amenazando con echar a volar la espuma. Eso, sumándole las dudas sobre si la Reserva Federal de Estados Unidos va a bajar las tasas de interés pronto... vaya brete, ¿verdad?
El Nikkei de Tokio, que normalmente es como el gallito de pelea de la región, se desplomó más de un 3% ayer y hoy no logró recuperarse, terminando con una caída del 0.34%. Empresas de semiconductores, esos que hacen los cachivaches que hacen funcionar la tecnología, sufrieron bastante. Uno se queda pensando: ¿será que estamos exagerando con toda esta dependencia de la tecnología?
En Corea del Sur, la cosa no fue mucho mejor. El Kospi también se fue cuesta abajo, arrastrando consigo a gigantes como Samsung y SK Hynix. Ahí sí que el ambiente se puso bien pesado, como cuando te enteras que te vas a comer frijoles solos el domingo. Pero bueno, al menos tienen frijoles, ¿no?
Hong Kong tampoco escapó a la ola de ventas, aunque algunos mercados del sureste asiático lograron mantenerse a flote. Por ejemplo, las Filipinas demostraron que aún hay quien sabe hacer bien las cosas, o quizás simplemente tenían mejores chuches que invertir. Mientras tanto, Xiaomi, a pesar de haber ganado un montón de dinero y entrar al negocio de los carros eléctricos, vio cómo sus acciones se desplomaban, llegando a niveles que no se veían desde hace rato. ¡Qué pena, mae!
Ahora, dejando de lado los números y las gráficas, me pregunto: ¿Estamos nosotros, los costarricenses, preparados para navegar en este mar turbulento de la IA? ¿Deberíamos estar preocupándonos más por la seguridad cibernética, la capacitación de nuestros trabajadores o simplemente asegurarnos de tener suficiente café para enfrentar la tormenta? ¡Dígame, qué piensa usted?
La cosa empezó a torcerse cuando se empezaron a cuestionar si toda esta movida de la IA no era una especie de burbuja inflándose a lo loco. Imagínate, gente que antes estaba metiendo plata a derecha y a izquierda, ahora anda pensando si no van a salir perdiendo el ranquel. Como cuando inviertes en un chunche que te prometen que va a cambiar tu vida y al final resulta ser un completo fracaso.
Todo esto viene cargado con la expectativa del reporte de resultados de Nvidia, el rey de los chips y el gran padrino de la IA. Esa junta puede definir el futuro del sector, así que ni los chinos, ni los japoneses, nadie se atreve a mover un dedo hasta ver qué dice Nvidia. Ya saben, esperar sentado como buen tico, aunque a veces sienta que me quemo el ojito.
Y como si fuera poco, ahí tenemos la bronca entre China y Japón por Taiwán, que siempre está amenazando con echar a volar la espuma. Eso, sumándole las dudas sobre si la Reserva Federal de Estados Unidos va a bajar las tasas de interés pronto... vaya brete, ¿verdad?
El Nikkei de Tokio, que normalmente es como el gallito de pelea de la región, se desplomó más de un 3% ayer y hoy no logró recuperarse, terminando con una caída del 0.34%. Empresas de semiconductores, esos que hacen los cachivaches que hacen funcionar la tecnología, sufrieron bastante. Uno se queda pensando: ¿será que estamos exagerando con toda esta dependencia de la tecnología?
En Corea del Sur, la cosa no fue mucho mejor. El Kospi también se fue cuesta abajo, arrastrando consigo a gigantes como Samsung y SK Hynix. Ahí sí que el ambiente se puso bien pesado, como cuando te enteras que te vas a comer frijoles solos el domingo. Pero bueno, al menos tienen frijoles, ¿no?
Hong Kong tampoco escapó a la ola de ventas, aunque algunos mercados del sureste asiático lograron mantenerse a flote. Por ejemplo, las Filipinas demostraron que aún hay quien sabe hacer bien las cosas, o quizás simplemente tenían mejores chuches que invertir. Mientras tanto, Xiaomi, a pesar de haber ganado un montón de dinero y entrar al negocio de los carros eléctricos, vio cómo sus acciones se desplomaban, llegando a niveles que no se veían desde hace rato. ¡Qué pena, mae!
Ahora, dejando de lado los números y las gráficas, me pregunto: ¿Estamos nosotros, los costarricenses, preparados para navegar en este mar turbulento de la IA? ¿Deberíamos estar preocupándonos más por la seguridad cibernética, la capacitación de nuestros trabajadores o simplemente asegurarnos de tener suficiente café para enfrentar la tormenta? ¡Dígame, qué piensa usted?